Buen comienzo, con un pequeño susto.

Hola navegantes. 

Hoy hemos iniciado mi amigo Juan y yo la navegación al Mediterráneo con una etapa que amenazaba ser desagradable, y no lo ha sido. Estaba anunciado un viento del NE (de cara hasta el cabo de Ajo y luego por el través hasta Laredo) nuboso y con chubascos. Un día de los de no sacar al perro. El viento se cumplió, pero tuvimos la suerte de llegar a Laredo secos. 

La etapa fue dando bordos "a la francesa" (con el motor y la vela mayor) hasta el Cabo de Ajo, y luego sólo a vela en un bordo maravilloso hasta Laredo, a una media de 5 nudos.

A la altura de la Punta Garfanta, al E del Cabo Quejo, íbamos confiados a pasar junto a una roca llamada "Piedra Morcejonera", que según el Navionics está 2 metros bajo el agua en bajamar, suficiente para pasar sobre ella:

Pero nos dio mal yuyu que el nombre popular es "rompetimones":

Así que fuimos muy atentos y vimos en proa una zona de pequeñas rompientes de color blanco ópalo, y que en el seno de las olas aparecía un mojón rocoso en la superficie, del tamaño de un balón de pilates. ¡Aquella roca, a 600 metros de la orilla, no estaba 2 metros bajo el agua sino en la superficie!. Conseguimos virar a tiempo y dejarla por estribor, pero ¡menudo susto!.

Este recorrido lo he hecho muchas veces con el Corto Maltés pero siempre más lejos de la costa. En esta ocasión el viento nos había hecho derivar mucho hacia la playa, y pasamos muy cerca de las numerosas rocas que jalonan la playa de Noja.

Llegamos a Laredo con la amenaza de una tormenta, pero finalmente no nos agarró. 

En Laredo se incorporó mi amigo Alberto, que no pudo venir hoy por un problema familiar, y seguiremos juntos hacia Hondarribia.

 Con cuidado, navegantes.