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martes, 30 de mayo de 2023

La preguntita.

 Hola navegantes.

Ya está aquí la preguntita que me asalta siempre que estoy a punto de emprender una navegación larga con el Corto Maltés: "¿Qué se me habrá perdido a mí en Londres?". Surge siempre que abandono mi zona de confort y mis rutinas.

Obviamente es una pregunta mal planteada porque el destino es lo de  menos. Yo sin el mar no me entiendo, y el destino lo elijo por su distancia desde Santander para permitirme estar navegando tres meses. Lo mismo que cuando decidí dar la vuelta a España, a Francia, a Italia, o ir a Bretaña o a la isla de Elba. Por el mismo motivo no me importa hacer un plan B: el golfo de Morbihan si me encuentro los canales de Bretaña cerrados, o Bruselas si no puedo cruzar el Canal de la Mancha o no me dejan entrar con el barco en Inglaterra por el Brexit. En todos esos casos estaré navegando unos tres meses, que es lo que motiva el viaje.

La preguntita suele ser reiterativa los primeros días de navegación, como si quisiera colgarme el pesimismo en bandolera, y sobre todo viene a compartir mi jergón por la noche. Pero al cabo de una semana me deja en paz y empiezo a disfrutar plenamente del mar y de las sorpresas que me depara cualquier navegación. Como es una vieja conocida ya sé cómo torearla.

Recapitulando, los puntos que más me preocupan de este viaje son:

1) La subida de las Landas y los ejercicios de tiro.

2) La colmatación de algas de los canales de Bretaña.

3) El cruce del Canal de la Mancha.

4) Tener problemas para entrar en Inglaterra por el Brexit.

Y 5) Las orcas en la navegación de vuelta.

Pero ya os conté en viajes anteriores que los puntos que más me preocupaban fueron finalmente los más fáciles y agradables, y que los problemas surgieron donde menos los esperábamos. Y la vida sería muy aburrida sin incertidumbres. Te descubren la emoción de estar vivo en estos tiempos de existencias rutinarias en que todo parece encaminado a hacer el mundo lo más aburrido posible. Como dijo Paulo Coelho en “El alquimista”: “si crees que la aventura es peligrosa prueba la rutina, es mortal”.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 29 de mayo de 2023

Dibucarta de despedida.

 Hola navegantes.

Aunque esta dibucarta lleva fecha del 31 de mayo, he decidido adelantarla un poco y publicarla hoy. Así me da tiempo, antes de marcharme, a enviar por correo el original al primero que la transcriba abajo, en los "comentarios" (clic encima para verla mejor):

Ánimo que es fácil.

domingo, 28 de mayo de 2023

Retoques.

 Hola navegantes.

Faltando sólo 5 días para salir hacia Londres, estamos dando los últimos retoques al Corto Maltés, aunque ya está prácticamente todo terminado.

Hemos instalado la línea de vida en la cubierta. En invierno la quitamos para que no acumule humedad y suciedad, y para que la cinta dure más. En invierno solemos navegar dentro de la bahía, no es como los sitios de ¡uf! por donde navegamos en verano, y allí no es necesaria. 

 


La utilidad de esta línea y la forma de instalarla lo conté aquí:

Clic aquí. 

Ayer vimos que se había roto el terminal que cierra uno de los escoteros del génova:


 Normalmente lleva esta tapa:

 Su única utilidad es proteger el perfil para no herirte el pie si vas descalzo por el barco, algo que no debería hacerse nunca. Pero como los accidentes ocurren aunque tomes todas las precauciones, y nadie está libre de tener que correr descalzo por la cubierta ante algún imprevisto, hemos preferido protegerlo. El perfil es muy viejo y ya no hay piezas de recambio, y aunque las hubiera ya no me llegaría antes de la fecha prevista para salir. Así que lo hemos resuelto (no sé si provisional o definitivamente) con masilla epoxi:

 No queda tan bonito, pero sí protegido. Como el barco es de un astillero francés, buscaré esa pieza en las tiendas de acastillaje de Francia.

Hemos despejado sitio de trabajo en la cocina quitando el Plotter Raymarine. Era un aparato viejo que abultaba mucho, ocupaba un buen espacio en la encimera a popa de la cocinita, y ya no le usábamos nunca. Además al cocinar se salpicaba entero:


El no usarlo es porque la cartografía se vendía en cartuchos aparte, y si no tenías el de tu zona de navegación estabas vendido. En la navegación a la Isla de Elba el plotter se nos quedó en blanco. Después de muchas comprobaciones llegué a la conclusión de que el cartucho que tenía de Italia finalizaba justo en mitad del Mar de Liguria, donde estábamos, cuando yo creía que abarcaba toda Italia. Y no tenía el cartucho siguiente. Total, que estábamos sin cartografía en mitad del mar. Menos mal que Nacho llevaba el Navionics (el mismo programa informático y con las cartas correctas) en su tablet y nos defendimos con ella. Los próximos días estuvieron marcados por las gestiones para conseguir el dichoso cartucho, por desgracia sin resultado. El Plotter había alcanzado su obsolescencia (con menos de 10 años) los cartuchos estaban descatalogados, y sólo con un poco de suerte podría encontrar algún resto en otra tienda de Italia. Y me costaría 200 € el que incluyese sólo las costas de Italia. Y eso rebuscando mucho y desde luego no de una forma inmediata. ¡Vaya gracia, estar retenidos en el puerto de Savona por un cartucho y no por la meteorología!. Como queríamos seguir viaje me dieron los teléfonos de cuatro tiendas de electrónica marina en Génova por si hacíamos escala allí, donde al final tampoco lo encontramos.

Entonces decidí descargarme la aplicación de Navionics en el móvil. Es el mismo programa de navegación del plotter con el inconveniente de que la pantalla es más pequeña y de que el móvil no es estanco ni está pensado para resistir el ambiente marino. A cambio es mucho más barato (treinta y tantos euros con la cartografía de toda Europa) y más intuitivo y fácil de utilizar por la pantalla táctil. Y otra ventaja es que puedes llevarlo al cuello en una bolsa estanca y consultar la cartografía sin abandonar el timón. Desde entonces es el que utilizo, y llevo otros dos móviles a bordo con el Navionics descargado, por si me falla el de mi teléfono habitual. 

Así ha quedado la cocina sin el plotter:

Finalmente, hemos empezado a embarcar la ropa para los 3 meses y la intendencia para los primeros días, salvo los alimentos que necesitan frío que los embarcaremos el último día. Lo que aún  no he decidido es si embarcar una herradura o una pata de conejo, por aquello de la suerte, que nos va a hacer mucha falta.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 25 de mayo de 2023

¡Vaya!, amplían el campo de tiro.

 Hola navegantes.

Siguen dándonos noticias para dejar la moral en los calcetines. Los siguientes ejercicios de tiro del ejército francés en Las Landas (del 22 al 26 de mayo) han ampliado su campo, y ya van en latitud desde 44º 15' N a 44º 25' N, y en longitud entre la costa y 1º 45' W. O sea, un rectángulo cuyo lado está a casi 19 millas de la costa, lo que nos impide pasar por fuera. 


Respecto a los horarios, la mayoría de los días se limitan a 4 horas diurnas, pero algunos van a disparar desde las 8 a las 18 h. De momento descansan el sábado y el domingo.

Espero que para la segunda semana de junio, cuando pasaremos nosotros, lo hayan reducido. Aunque no tengo vocación eclesiástica, igual pido recomendación a algún santo.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 21 de mayo de 2023

Seguir nuestra posición en tiempo real.

 Hola navegantes.

Ya falta sólo una semana para que salgamos con el Corto Maltés hacia Londres.Si todo va bien, el 1 de junio. Como en otras navegaciones, podréis seguir nuestro recorrido en el trak que sube a este blog nuestra baliza Spot. Se accede en la columna derecha, en el apartado "Dónde estamos". Se abre un cuadro de diálogo pidiendo que selecciones un rango de fechas, porque las que tiene ya acumuladas son excesivas para mostrar en un solo mapa. Recomiendo seleccionar "7 d" (7 días):


 Si accedéis antes de que salgamos puede pareceros que no funciona, porque ahora no hay posiciones subidas. Para enseñaros un trak he seleccionado un mes (1 m) como veis en el recuadro negro superior de la siguiente imagen, en vez de 7 días, para que incluya una de las últimas excursiones al monte, donde por cierto la baliza tiene la misma utilidad. Haced clic encima para verlo mejor.


Si colocáis el cursor sobre cualquiera de los puntos del trak se abre otro recuadro negro (el inferior) que os da el día y la hora, nuestra posición, la velocidad y la altitud (en el mar, poco útil). Los detalles de este tipo de baliza y la forma de uso la expliqué aquí:

 Clic aquí.

 La baliza en teoría debe situarse en una superficie horizontal con el logotipo mirando hacia el cielo, pues la antena que detecta los satélites está bajo el logo. 

 

Pero en el barco hay que llevarla siempre encima por si te caes al agua. Y si se cae al agua el que no la lleva hay que engancharla al aro salvavidas antes de lanzarlo, para que la tenga en su poder y pueda activarla y mandar su situación desde el mar. Funciona perfectamente llevándola en el bolsillo, que en navegación es más cómodo porque ya se llevan bastantes cosas colgadas del cuello (las gafas, el anemómetro, los prismáticos, el compás de marcaciones, el móvil en su funda estanca, el MP3, el sombrero, etc.) no todas a la vez, claro. Aunque en teoría la baliza es resistente al agua según la norma IPX7 (sumergible a 1 metro de profundidad por 30 segundos) la llevamos dentro de una funda estanca. 

Lo que no me gusta es el servicio de postventa. El año pasado se me rompió la tapita de goma que protege el botón SOS, y sin esa tapa es fácil activar esa función por error:


Pues resulta que la tapita, que se instala simplemente por presión en la carcasa, no se vende suelta, y por esa tontería tuve que comprar una baliza nueva. La activación involuntaria es una buena faena, pues te cobrarían todos los gastos generados si se inicia un eventual rescate.

La utilidad del seguimiento por algún familiar se demuestra en casos reales, como éste: un navegante iba haciendo un trak a 6 nudos al rumbo 95º. Su  mujer vio desde su ordenador en casa que de repente cambió el rumbo al 5º y la velocidad cayó a 1 nudo. Ese cambio de velocidad y un rumbo tan atípico que no le conducía a su destino le hizo sospechar que había pasado algo imprevisto, y llamó a Salvamento Marítimo. Lo que había pasado era que yendo con el viento de través y a buena velocidad el velero volcó. En el vuelco todo se desordena a bordo y el capitán perdió la baliza, que no obstante siguió a bordo y emitiendo. Al enderezarse el barco había desarbolado, y quedó derivando hacia sotavento a la velocidad de un nudo, que la baliza siguió registrando. Si no llega a ser por la mujer nadie se habría enterado del accidente, pues el capitán no tuvo tiempo de activar la función SOS y luego no encontró la baliza para hacerlo. Lo que pudo haber terminado en un drama se resolvió con un rescate, gracias al seguimiento por un familiar.

Con cuidado, navegantes.

viernes, 19 de mayo de 2023

Paul De Meerschman sigue este blog.

 Hola navegantes.

Hace unos años os conté la historia de Paul De Meerschman, un navegante francés que con un velero como el Corto Maltés (6,8 metros de eslora y fueraborda de 6 CV) tenía un currículum impresionante navegando por toda Europa, hasta los países nórdicos. Después, con más de 60 años y recién salido de una operación de los riñones, se dio una vuelta por Escocia y luego por África, cruzó el Atlántico en solitario, recorrió el arco de las Antillas, Cuba y las Bahamas, para terminar recalando en México. Como no sabía que era imposible, lo hizo.

En México le sorprendió la pandemia mundial del Covid y una avería importante (se le rompió el palo) que prácticamente le decidieron a volver a Francia. Regaló el barco a un amigo francés que lo iba a utilizar como vivienda para un guarda, y volvió a Francia en avión. Allí publicó el libro de sus aventuras en el velero "Zen", titulado "Pequeño barco, gran viaje (las aventuras y tribulaciones del barco Zen y de su discípulo)", que puede conseguirse en Amazon:

Cuando parecía que iba a dedicarse a la vida contemplativa porque ya no tenía barco, consciente de que el tiempo siempre corre más deprisa que nosotros se compró uno aún más pequeño, de 5,50 metros de eslora, bautizado "Tao", y con ese barquito dio la vuelta a Francia el año pasado. Lo hizo siguiendo un recorrido muy parecido al nuestro con el Corto Maltés en 2018:


 Todas las aventuras de ese viaje las ha publicado en un libro que acaba de salir titulado "Petit bateau tour de France", también en Amazon:

Yo ya lo he comprado para leerlo durante nuestro recorrido por Francia hacia Londres, donde prácticamente vamos a recorrer otra vez toda la fachada atlántica de Francia antes de llegar a Inglaterra. Así iré ambientando nuestro recorrido con sus historias y comparándolas con las nuestras. Los dos libros están en francés, y os los recomiendo mucho si podéis leer en el idioma de Molière.

Por si fueran pocas las coincidencias, en el número de junio de la revista Voiles et Voiliers donde salió el reportaje de nuestra vuelta a Italia, ha salido también el de su vuelta a Francia, o sea que hemos compartido la gloria efímera de las páginas de esa magnífica revista de vela. Para que le conozcáis, es éste de la cabellera de Beatle:

Leyéndolo comprendes que el que no navega es porque no quiere (el barco le costó 2.000 euros) y la facilidad con que muchos "navegantes" encuentran disculpas para no moverse del sillón y mojarse más en el bar que en el mar, aun teniendo barcarrones que podrían competir en electrónica y comodidades con un  Boeing 747. He aquí un jubilado con un barquito modestísimo, cruzando el Atlántico y recorriendo toda Europa, que disfruta del mar aunque en los barcos pequeños algún día tengamos que limpiarnos los dientes con Ajax. Y  no es exageración, que yo os confieso que un día tuve que ducharme con jabón de lavavajillas.

Y ahora, por un comentario de la entrada de ayer del blog, me entero de que es seguidor de este blog, lo cual me honra. Gracias, Paul. Aunque no nos conocemos personalmente, te admiro y espero poder conocernos algún día y tal vez compartir una navegadita.

 Con cuidado, navegantes.

jueves, 18 de mayo de 2023

La gestión de los canales en Francia.

 Hola navegantes.

Me han preguntado por la complicada gestión de los canales en Francia. En efecto, Francia está surcada por canales navegables desde hace dos siglos. Poco a poco se han ido transfiriendo a las regiones (como nuestras Comunidades Autónomas) y ahora están gestionados así:

 (hacer clic encima para verlo mejor). Como veis, hay canales dependientes de la red nacional (en rojo), ya transferidos a las regiones (en puntos marrones), pendientes de transferir (en azul), y vías navegables ya inutilizadas, por falta de mantenimiento, colmatación o falta de interés (en puntos rojos). Fijaos si será compleja la red que hay una guía Imray de 312 páginas sólo para los canales de Francia:

Nosotros para ir a Londres vamos a coger los de la esquina Noroeste, que están transferidos a Bretaña. En esta red son diferentes las tasas, los calados, el paso libre bajo los puentes, la gestión de los residuos,  la forma de pasar las esclusas y su tamaño, las infraestructuras para salvar los desniveles (esclusas, ascensores, rampas de agua, etc), el tránsito del mar a los canales y de los canales a los propios ríos, el permiso necesario para navegar por ellas y hasta algunas normas de circulación.

En las guías te dan las distancias, los calados, los puentes, los servicios y las infraestructuras. Curiosamente en las aguas interiores las distancias no se dan en millas sino en km, y la velocidad en km/hora en vez de en nudos. Hay que tenerlo en cuenta al interpretar las señales de límites de velocidad:

 

 (hacer clic encima para verlo mejor). Y que al hablar con los escluseros o las autoridades no te entienden si les hablas de millas o de nudos, se encuentran violentos como si llevaras abierta la cremallera y te lo hacen repetir y transformar a sus unidades.

En fin, un universo de navegación muy diferente al del mar, para el que hay que documentarse antes de introducirse en él. Pero una vez que lo conoces, se te abre un universo nuevo que no tiene desperdicio. Si vuestro velero tiene menos de 1,40 metros de calado os aconsejo vivamente que os intereséis por la navegación interior, y que al menos una vez en vuestra vida vayáis a conocerlo.

Con cuidado, navegantes.

martes, 16 de mayo de 2023

Empiezan los contratiempos.

 Hola navegantes.

Todavía no hemos empezado a preparar los bártulos para salir de Santander y ya empiezan los contratiempos. Os dije que los canales que salvan el Finisterre francés tenían dos posible entradas por el Atlántico, una por el Río Loira y otra por el Río Vilaine, terminando los dos en Saint Malo. Y que pensábamos hacer la ida por el Loira, visitando Nantes, y la vuelta por el Vilaine. Pues he llamado al organismo responsable de los canales en Bretaña (están transferidos a las autoridades regionales) y una voz aflautada me ha dado la noticia de que este año la entrada por el Loira está seca en una parte de su recorrido, concretamente entre Nantes y Guenrouet. 

Están haciendo obras en el embalse que nutre de agua a las esclusas (cuando se abren para el paso de los barcos) y una parte del recorrido estará seca todo el año. Imposible pasar. En la siguiente foto podéis ver la esclusa que marca el límite, a su derecha un canal bien lleno de agua, y a la izquierda seco y convertido en un chorongal.


Así que no nos queda más remedio que hacer la ida y la vuelta por el Río Vilaine. Nantes lo visitaremos igual, pero en vez de llegar por el Río Loira la haremos en tren o autobús desde La Turballe, el puerto inmediatamente anterior a la entrada del Río Vilaine, donde haremos el cambio de tripulación.

La parte buena, que la voz me ha garantizado que esta vía de agua, la del Vilaine, estará permeable hasta Saint Malo todo el verano. Su calado estándar es de 1,40 metros, y en las peores sequías del verano de 1 metro, o sea que con mi calado de 70 cm con la orza subida podré pasar seguro. Es completamente gratuita, tanto para navegar como para pasar las esclusas (no hay que sacarse "La Vignette", como en otros canales) y cuenta con numerosos y abundantes servicios, incluyendo agua, electricidad, aseos, y chuponas de aguas negras. Y además el Río Vilaine es navegable a vela (sin desarbolar) hasta Redon, o sea que los primeros días de navegación fluvial podremos hacerlos a vela entre los paisajes campestres, mucho más agradable que a motor. El Vilaine ya lo conocimos en la navegación a Bretaña en 2015, y nos encantó. Por cierto, la megaesclusa de la presa que frena el Río Vilaine se ha convertido en un espectáculo, con gradas para el público y todo, y pasar por ella con tu velero es una experiencia que no se olvida.

Clic aquí.

En Redon tendremos que desarbolar para seguir hacia el Norte. Curiosamente allí no tienen grúa para desarbolar, pero en la Capitanía me han preguntado la eslora y el desplazamiento del Corto Maltés, y los detalles de cómo está anclado el palo en la cubierta. Al decirles que menos de 7 metros y menos de una tonelada y media me han asegurado que en los barcos pequeños lo hacen habitualmente usando como grúa el palo mayor y la driza de un velero más grande. Ellos se encargan de avisar al dueño, darte un atraque junto a él y dirigir la maniobra. En la siguiente foto nuestro atraque en 2015, justo al lado de un velero más grande que a lo mejor podría habernos servido para ese trabajito. Yo no he desarbolado nunca así, y será una experiencia nueva.


 
Aquí podéis leer mis impresiones al llegar a Redon en la navegación de 2015 a Bretaña:

Clic aquí.

Otro contratiempo ha sido confirmar el riesgo de obstrucción de los canales por las algas. Esto dice la información oficial:


 Viene a decirte que en verano hay proliferación de algas invasivas que pueden fastidiarte la navegación. Para que te quedes con lo positivo, también dice que hay "barcos corta-césped" encargados de limpiar los canales, y que adaptes tu velocidad al alcanzarlos. Son así:


Todos los que nos metemos en los canales somos conscientes de que su tránsito no es meteorítico y que lo que cuenta es el disfrute de cada minuto, pero de ahí a que te recuerden el atasco de algas que puedes encontrar y que a lo mejor tienes que navegar detrás de un corta-césped hay un abismo. Me quedo con esta hormiga en la oreja, pero al menos dice mucho de los responsables del canal (la región de Bretaña) porque afrontan de alguna manera esta proliferación de algas, lo que no vimos en ningún canal de los que cogimos en la vuelta a Francia, entre el Mar del Norte y el Mediterráneo.

 Con cuidado, navegantes.

lunes, 15 de mayo de 2023

Preparándonos contra las orcas.

 Hola navegantes.

En entradas anteriores os conté el problema de las orcas que atacan a los veleros, dirigiéndose directamente al timón y mordiéndolo hasta que lo arrancan. Es un comportamiento aprendido que está extendiéndose peligrosamente entre la manada de orcas del Atlántico. Para los navegantes a vela igual da por qué lo hacen, tenemos que llevar a bordo los medios para defendernos porque ya han atacado a cientos de veleros y hundido cuatro, con familias a bordo que han salvado la vida de milagro. Y si  no te hunden, te provocan daños carísimos de arreglar que no cubre el seguro (las compañías sólo aseguran los daños propios a los barcos nuevos) y que te inmovilizan varias semanas en puerto, dando al traste con todos tus planes de navegación. 

Esta manada vive entre el Estrecho de Gibraltar y Galicia, desplazándose siguiendo al atún rojo, que es su alimento principal. Ahora están haciendo de las suyas en el Estrecho de Gibraltar, frente a Barbate, y en verano emigran hacia Galicia siguiendo a su alimento. Pero ha habido ataques desde Lanzarote hasta Brest, al Norte de Francia, y por eso no descartamos encontrarnos con ellas, especialmente a la vuelta de Londres en agosto. En la siguiente imagen el sitio de los ataques registrados:

Como son una especie protegida nuestras "autoridades" nos recomiendan no hacer nada, apagar el motor y la electrónica, intentar grabarlas para identificar a los ejemplares, dejarles que te rompan el timón y si tienes mala suerte que te hundan el barco, y cuando terminen llamar a Salvamento Marítimo. Sólo les falta recomendar que mientras observas te fumes un tabaco liadillo con las piernas cruzadas. Estas recomendaciones algunos medios las repiten como el  muñeco del ventrílocuo, sin una lectura mínimamente crítica. 

Otras actuaciones podrían ser ilegales, salvo que ante un juez demostraras que lo hiciste para preservar la seguridad del barco y de las vidas humanas que llevas a bordo. Porque, en efecto, en España entran en colisión dos cuerpos de doctrina:

1) El RD 1727/2017, de protección de los cetáceos, que entre otras cosas más agresivas que es lógico prohibir, también prohíbe los sonidos bajo el agua o dar marcha atrás. Este decreto estaba publicado antes de los ataques a veleros, y pensado para las actividades lucrativas de observación de cetáceos, en que son los barcos los que van al "encuentro" de las orcas.

Y 2) la ley 14/2014, de navegación marítima, que establece que ante una situación de  peligro el patrón debe adoptar las medidas que le permitan proteger a la embarcación y asegurar la vida humana. El artículo 183 establece que "en caso de riesgo de naufragio, el capitán adoptará cuantas medidas crea necesarias para procurar la seguridad del buque y la salvación de las personas y de los bienes". Y el 184 que "ni el armador, ni el fletador ni cualquier otra persona ... pondrán impedimentos o restricciones al capitán del buque para que adopte o ejecute cualquier decisión que, según su juicio profesional, sea necesaria para la seguridad de la vida humana en el mar... Los armadores no podrán despedir al capitán ni adoptar contra él otras medidas de naturaleza sancionadora por el hecho de haberse visto obligado a apartarse de sus instrucciones ante la necesidad de obrar del modo más adecuado para la salvaguardia de la seguridad, conforme al criterio profesional propio de un marino competente". Desde mi punto de vista, y espero que desde el punto de vista del juez,  esta ley es prioritaria cuando son las orcas las que van al "encuentro" del velero y nosotros lo único que hacemos es defendernos de un naufragio. Y además tiene más rango normativo que el Real Decreto antes citado.

Al lío. Hay que pensar en formas de defensa que no impliquen llevar un pistolero a bordo, aunque no le gusten al RD 1727. Los pescadores portugueses (el país más afectado por el problema) recomiendan llevar un tubo metálico, meter un extremo en el agua y golpearlo con un martillo o llave inglesa para espantarlas con el sonido. Yo he hecho un invento para transmitir el sonido de las bocinas de niebla al agua, que os conté en otra entrada. Para eso las he adaptado un tubo hueco, cuyo extremo hago llegar al agua por el imbornal de la bañera.




 
 
La intención es espantarlas con un ruido molesto que no las lesione. 

Otro sistema poco agresivo, que también recomiendan los pescadores de Portugal, es echar arena al agua. Al parecer las orcas evitan instintivamente las aguas arenosas para proteger sus agujeros de respiración. Una pareja sueca lo utilizó frente a las costas portuguesas en octubre, y ha dado testimonio de su éxito. Cuando se produjo el ataque empezaron a espolvorear arena en el agua sobre el timón. Apenas podían creerlo, pero el ataque cesó inmediatamente y las orcas se fueron. Nosotros hemos recogido 8 Kg de arena y si es necesario la utilizaremos como ellos.
 

 Lo malo, que es un bulto más a estibar a bordo, y no pequeño ni ligero. Un problema añadido al viaje en un pequeño velero, donde siempre nos falta espacio. De momento lo he estibado bajo la escalera de entrada a la camareta, y va a ser insoportable verlo allí todo el verano:

 Otras medidas son navegar marcha atrás (para que el timón no les recuerde a los juveniles la aleta caudal de un atún, y para que la orza les dificulte llegar con la boca al timón) o bien alejarse rápidamente en dirección a aguas menos profundas (hacia la costa) con la esperanza de que sean ejemplares juveniles que están esperando en la superficie el regreso de su madre con la caza. Si esta hipótesis fuera la cierta, los juveniles no se alejarían mucho de donde nos han atacado.

 Por si con lo anterior no desisten, hemos diseñado un sistema para blindar el timón con los puntales de varar el barco, que os conté aquí:

Clic aquí.

y que os resumo. Enlazo los extremos inferiores de los dos puntales con un cabo pasante que luego se pueda apretar desde la bañera:


Deslizo los dos puntales a los lados del timón, apoyando las gomas en el espejo de popa:


Después cazo el cabo pasante que unía sus extremos inferiores para que se junten debajo de la pala del timón. Y a continuación apoyo el extremo superior de cada puntal, que termina en un tubo acodado, en el espejo de popa, afianzándolo a las cornamusas para que no se mueva:


Terminado de instalar, la parte superior queda así:


 Y la inferior así:

Hace como una arista de protección, que permite el giro de la pala. El conjunto queda bastante firme y calculo que puedo armarlo en 5 minutos. 

 En fin, espero no tener que probar ninguno de ellos.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 13 de mayo de 2023

Preparar también las bicis.

 Hola navegantes.

En otras entradas os he contado por qué considero imprescindibles las bicis en las navegaciones de crucero:

Clic aquí.

Y en este vídeo  mi amigo David también elucubraba sobre la necesidad de llevar bicis a bordo:

Clic aquí.

En él cuento mi experiencia respecto al uso de las bicis en los viajes en velero, por el mar y por los canales.

Pero claro, no todo van a ser ventajas. De hecho, nos dan más disgustos que el propio barco. Imaginaos una excursión por los páramos montaraces del interior de Francia, o yendo a buscar una gasolinera a última hora del día, cuando ya estás agotado, tienes el apetito más grande que el estómago y sólo piensas en volver al barco para recogerte, cenar y acostarte. Y entonces va y se te pincha una rueda o se te rompe un radio (o dos, o tres), te pones a repararlo y eso te hace llegar a la gasolinera cerrada, dejar esa gestión para mañana, lo que te hará salir más tarde y acortar la etapa del día... y así un cúmulo de circunstancias que se encadenan hasta el infinito. Por eso siempre llevo en la mochila un pequeño taller de reparaciones, y en el barco algunos repuestos. Allí podréis encontrar cámaras, llantas y radios, parches, un espray inflador y reparador, cables de freno y acodados para su camisa, un sillín, una cubierta, dos pedales, además de los chalecos reflectantes que son obligatorios en algunos países, y no llevo los cascos porque ya no me caben. 

Y claro, justo antes de salir a un viaje las hacemos una revisión a fondo y renovación de lo más gastado. Estas minibicis van muy justas de resistencia, y además las hacemos circular entre colores de Western por pistas para las que no están diseñadas:

Las ruedas son de 14 pulgadas, o sea que en los mismos kilómetros dan más vueltas que una rueda grande y se desgastan más. Cada rueda lleva sólo 20 radios en vez de 32, con lo que va más peso a cada uno y se rompen más. Y el sillín está justo en la vertical de la rueda trasera en vez de entre las dos ruedas, con lo que los golpes repercuten más en la estructura de la rueda trasera (radios y cubierta) haciendo que se rompa más. Por eso cada verano os enseño fotos como esta:

 

que forman parte de nuestro día a día. Por otra parte, encontrar repuestos para ese tamaño de bici tan poco estándar es difícil hasta en las tiendas especializadas. De hecho, nos compramos una bici de más (en Wallapop están a unos 100 euros) para tenerla para recambios.

Ya sé que es inevitable el trabajo que nos dan en los cruceros, pero a pesar de eso opino que las bicis resuelven muchas situaciones difíciles cuando te mueves por esos parajes. Hacer las gestiones a pie bajo la canícula sería aún peor. Es como el ordenador, que sólo te acuerdas de él cuando te falla.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 11 de mayo de 2023

Santander-Londres: los puntos negros 7) el cruce del Canal de la Mancha y la remontada del río Támesis.

 Hola navegantes.

El Canal de la Mancha voy a intentar cruzarlo por el paso de Calais. Es el tránsito desde Calais a Dover, el único punto del Canal donde la distancia de costa a costa son 24 millas, es decir, 12 desde Francia y 12 desde el Reino Unido, que es para la que está despachado el Corto Maltés. El problema es que, al ser la parte más estrecha, es también donde más tiran las corrientes de marea, y en este caso de lado, hacia el Este o hacia el Oeste, generando una importante deriva (hasta 3 nudos).

 Corregir esa importante deriva lateral puede ser imposible a vela, y a motor me haría seguir una trayecto en curva hacia el destino, alargando la ruta en una zona ya de por sí difícil por el tráfico de mercantes. Además ese paso está trufado de bajos fondos, algunos de 0,1 metros en baja mar y arenales que llegan a descubrir. La corriente de marea se canaliza entre esos bajíos, haciéndote derivar de las formas más inverosímiles. 

 

Y en las proximidades de Calais hay una zona de depósito de explosivos del ejército:

 Como las 24 millas del paso, a 4 nudos, las recorrería en 6 horas, supongo que lo más lógico es salir de Calais a mitad de la marea vaciante y dejarme derivar las tres primeras horas hacia el Este, sin alterar el rumbo de compás para intentar inútilmente dirigir la proa hacia Dover. Pasaría por encima del depósito de explosivos, Tres horas después se invertiría la marea y ahora me haría derivar durante las tres horas siguientes hacia el Oeste, devolviéndome a la línea de derrota original al llegar cerca de Dover, a donde entraría en pleamar. En conjunto describiría un trak en forma de "S". Pero este planteamiento es fruto de una elucubración mía, y lo que haré seguro es preguntar a los mandamases de la Capitanía de Calais la mejor forma de atravesar, y por supuesto seguiré sus consejos.

El otro inconveniente mayor será el tráfico de mercantes. El Canal de la Mancha es la zona marítima con mayor tráfico del mundo, y cada día lo cruzan más de 500 barcos (en nuestra travesía cortaremos la derrota de unos 125). Por supuesto existe un dispositivo de separación de tráfico, que tendremos que cortar en perpendicular y en el menor tiempo posible. Como en el Corto Maltés no tenemos radar ni AIS, aunque nos regalen patas de conejo para colgar del cuello no se nos ocurrirá cruzar un día que la visibilidad no sea perfecta y las condiciones del mar buenas. Y en esas condiciones, viéndolos venir desde lejos, supongo que lo ideal será como hacemos en Santander, cruzar a cada uno unos 50-100 metros por la popa. Pero claro, en Santander nos cruzamos como mucho con uno o dos al día, no me imagino lo que será cruzarse con 125. 

Respecto a la remontada del Támesis, en otras entradas os conté las peculiaridades del estuario:

Clic aquí.

 las dificultades por los fuertes de la Segunda Guerra Mundial:

Clic aquí.

el barco bomba hundido en su desembocadura:

 Clic aquí.

y las relativas al propio río:

Clic aquí.

En fin, no creo que el día siguiente (si llegamos a Dover) ocupemos las páginas de huecograbado, pero  desde luego se nos habrá quitado un gran peso de encima. 

¡Ah, no, que todavía nos quedará la vuelta!.

Con cuidado, navegantes.

martes, 9 de mayo de 2023

Instalando el panel solar nuevo.

 Hola navegantes.

Por aquí decimos que en Santander hay que salir a navegar aunque no llueva. Pues ayer no llovió, hizo un día precioso de sol, y lo aprovechamos para instalar el nuevo panel solar.

El viejo lo quitamos a base de cúter, para cortar el Sikaflex con que estaba sujeto, y luego nos tocó limpiar la suciedad acumulada debajo durante 12 años. El panel con las telarañas fue directo al contenedor gris.

El nuevo lo volvimos a pegar con Sikaflex, pues aunque tiene un ojete en cada esquina para atornillarlo, no nos apetecía hacer agujeros en la tapa del tambucho. Para pegarlo hizo falta aplicar compresión para que se adaptara a la forma curva de la tapa del tambucho. Para eso utilizamos todo lo de peso que encontramos a bordo.

Las conexiones las hemos hecho sacrificando los terminales estancos que trae el panel, que abultan mucho y no caben entre la puerta y la tapa del tambucho. 

 

Hemos puesto conexiones termorretráctiles de las que llevan incluido un aro de estaño, que se derrite con la misma llama que calientas la funda. Luego las hemos forrado con cinta vulcanizante y las hemos situado debajo de la tapa del tambucho, para que no se mojen. Creo que el conjunto ha quedado más estanco que con las conexiones que trae de fábrica.

Como veis, he marcado la polaridad de cada cable en la misma tapa (los dos que salen del panel son negros) para en un futuro tenerlo claro si tengo que desconectarlo para cualquier mantenimiento.

El cableado lo hemos dirigido  a través del mamparo del baño, para que flexe en la mitad de su recorrido al abrir y cerrar la tapa del tambucho, y  siempre quede pegado a ese mamparo, de manera que no te tropieces con los cables al entrar y salir de la camareta.


Una vez conectado al regulador, hemos comprobado que carga bien, a pesar de tener toda su superficie tapada con los pesos. Así ha quedado al final:


Lo único que no me gusta es la unión de los cables con el panel. Me parece muy prominente y fácil romperla de una patada al ir a la cubierta a una maniobra urgente, por ejemplo tomar rizos. En el panel anterior esa conexión era mucho más plana.


También he hecho una chuleta justo encima del voltímetro, relacionando el voltaje de la batería con el porcentaje de carga, hasta que me lo aprenda:


Es específica para las baterías AGM, y difiere un poco de las antiguas.

Bueno, el caso es que es otro tema resuelto. Hoy hacemos la revisión del extintor, supongo que bajo un paraguas, y con eso creo que ya estará finalizada la preparación del barco.

Con cuidado, navegantes.