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lunes, 29 de noviembre de 2021

Boyas que confunden.

 Hola navegantes..

En la navegación a Bretaña en 2015 nos sorprendió la forma de algunas boyas amarillas en la costa atlántica de Francia. Concretamente os enseñé la del Río Vilaine, con forma de barco. Son boyas amarillas que marcan el punto de recalada o de acercamiento a algún lugar y que deben verse desde muy lejos. Las hay en todas las costas. En esta ocasión vimos desde lejos lo que nos pareció una balsa de náufragos o un barquito de pesca. Al acercarnos comprobamos que la propia boya tenía forma de barco, con un cartel que indicaba su posición y naturalmente sin motor pues siempre estaba fondeada. 

Yo era la primera vez que lo veía y creo que puede dar lugar a confusiones por su forma. A nosotros, en concreto, nos hizo dar un amplio rodeo para acercarnos a ver qué era aquello. Si con mal tiempo ves lo de la foto siguiente inmóvil en el mar, lo primero que piensas es en un barquito en apuros, y lo normal es acercarte a mirar. Podéis ver detalles en la entrada del 17.7.15.

Pues ahora están poniendo otras con forma de caseta de vestuario de playa.

Algunas son boyas de recogida de datos oceanográficos, que tal vez precisen esa forma para cobijar los aparatos científicos, pero hemos visto boyas en España con el mismo cometido y que conservaban su forma estándar (un cilindro, un cono o un castillete). La verdad, no sé lo que pensaría o lo que haría si viera "eso" flotando entre la bruma o un día de mal tiempo, pero seguro que me distrae de lo que tengo que hacer en vez de darme confianza en que estoy llegando a donde quiero llegar.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 28 de noviembre de 2021

Las bicis en el barco.

 Hola navegantes.

Mi amigo y navegante David Fernández, también de Santander, tiene un canal de Youtube dedicado a los inventos de bajo coste para los veleros. Se llama "thelowcostsailor" y os lo recomiendo, aunque a mí no me gustaría navegar en un barco con tanta electrónica. Pero tiene muchísimos seguidores entre los que tienen habilidad para estos bricolajes, porque desde luego siguiendo sus consejos te ahorras mucho dinero.

El último vídeo se refiere a las bicis a bordo, y podéis verlo aquí:

Clic aquí.

En el vídeo yo doy mi experiencia respecto al uso de las bicis en los viajes en velero, por el mar y por los canales.

 Espero que os guste.

Con cuidado, navegantes.


sábado, 27 de noviembre de 2021

Habrá libro de la vuelta a Italia.

 Hola navegantes.

En efecto,  la editorial ExLibric ha vuelto a recoger el guante y publicará el libro de nuestra vuelta a Italia en el Corto Maltés. Se titulará "¿Cuándo llegamos? (la vuelta a Italia del Corto Maltés)" y este es el índice:

1

Las incertidumbres de la pandemia y las primeras etapas, hasta Francia.

2

En Francia de isla en isla.

3

Navegaciones duras hasta Niza.

4

Primeras etapas en Italia.

5

Problemas con los atraques en el entorno de Roma.

6

El Archipiélago Pontino.

7

Cosas raras: el Fata Morgana y el comportamiento del piloto automático.

8

Conociendo Sicilia y las Eolias.

9

El Estrecho de Mesina y las costas desoladas del Sur.

10

El salto al tacón de la bota y la llegada al Adriático.

11

El horror del Promontorio Gargano, y las Islas Tremiti.

12

Meteorología podrida en el Adriático.

13

Reencuentro con Ana y el Delta del Po.

14

Llegamos a Venecia.

15

La navegación por el Río Po y sus canales.

16

La estancia en Mantova y el regreso a Santander.

17

Resumen, conclusiones y balance personal.

Anexo 1

Escalas y millas recorridas.

Anexo 2

Lo que llevo.

Anexo 3

El botiquín.

Anexo 4

Transcripción de las dibucartas.

Seguramente salga en primavera. 

Con cuidado, navegantes.


jueves, 25 de noviembre de 2021

Dibucarta del capítulo 6.

Hola navegantes.

Aunque todavía está sin traducir la anterior, aquí os pongo otra dibucarta, la del capítulo 6 (clic encima para verla mejor):


 Acabábamos de recorrer las islas del Archipiélago Pontino, y especialmente Ventotene, una de las joyas de esta navegación. Tiene un puerto romano que no está construido cerrando una ensenada natural con una escollera, como todos. Se excavó en la roca para dar servicio al emperador Augusto, que veraneaba aquí, ya que la isla no tenía puerto natural. Se extrajeron 60.000 m3 de piedra a base de piquetas y martillos. También están moldeados en la roca los norays para las amarras, una piscina natural en el exterior del puerto, unas cuevas para los tinglados portuarios (que ahora son restaurantes, tiendas y centros de buceo) y dos acueductos subterráneos para llevar agua a la ciudad. Es impresionante lo que se hacía cuando la mano de obra era barata o gratis.  





(en la última podéis comprender por qué les sorprende tanto en las marinas cuando les digo nuestra eslora, somos el chiquitín, el cuarto por la izquierda).

En la dibucarta mi barquito se pregunta si me gustaría más viajar en barco o en la furgoneta, como antes. ¡Vaya pregunta!.

Como siempre, mandaré el dibujo original al primero que la traduzca abajo, en los "comentarios". Esta es fácil.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 22 de noviembre de 2021

¿Barcos o aviones?

 Hola navegantes.

En entradas anteriores he criticado los nuevos "barcos" que en realidad son ya aviones, pues navegan fuera del agua sólo conectados a ella por un alerón o "foil" que le sirve de sustentación. Los fabricantes y los equipos ya no se cortan un pelo,algunas tripulaciones han embarcado pilotos de avión en vez de marinos, y están cambiando hasta la estética. En un barco siempre se ha trabajado con la resistencia hidrodinámica (al agua) para disminuirla y que corriera más. Como ahora ya van por fuera del agua lo que se está estudiando es la resistencia aerodinámica (al aire), o sea, igual que los aviones.

Fijaos en el último bólido que se considera será el barco del futuro:


 Lo que veis es el puesto de  pilotaje. ¿No os recuerda a las primeras avionetas de caza?. Es la única parte del barco por donde el marino puede asomarse. No hay bañera, ni protección de la entrada a la cabina, ni parabrisas, sólo un hueco para sacar la cabeza. Todas las maniobras se hacen en el interior de la cabina:


Y en vez de timón, se dirige el barco con esto:

 ¿No os recuerda al volante de un Fórmula 1?.

El barco es un trimarán gigantesco capaz de navegar más deprisa que el viento (con 8 nudos de viento ha corrido a 18) y le han sacado puntas de velocidad de 47 nudos (el Corto Maltés se da por contento con puntas de 7). En un cálculo teórico, sobre los foils podría triplicar la velocidad del viento, algo que parece irracional, ir más deprisa que el viento que te propulsa, pero que obedece a que con la velocidad se crean su propio viento aparente, que es mayor que el viento real, "meteorológico". 

Yo sigo pensando que "eso" no es navegar a vela, y que cuando haya habido unos pocos accidentes les dejarán navegar solo por pasillos específicos, para que no se crucen con los navegantes normales.

Con cuidado, navegantes.

viernes, 19 de noviembre de 2021

Falleció Maximilien Berque, uno de los gemelos aventureros.

 Hola navegantes.

Igual no le conocéis, pero Maximilien, gemelo de Emmanuel, ha sido uno de los más grandes aventureros náuticos de los últimos 50 años. Falleció el 11 de agosto, a los 71 años, como todos quisiéramos: durante el sueño.

Su padre, Jacques Berque, fue un famoso sociólogo y antropólogo que criticó el protectorado francés en Marruecos, fue represaliado y escribió numerosos libros que influyeron mucho en la política de su país, y de Europa, con el mundo árabe.

Los gemelos nacieron en 1950 en Marruecos. Rebeldes e inseparables, pero poco proclives al compromiso tal vez como reacción al enorme de su padre, vivieron una juventud de  "mar, sexo y surf" en la costa de Las Landas. Pero el tiempo no pasaba en balde y en los años en que todos sus amigos se establecían en la sociedad, ellos habían caído en la marginalidad y casi en la indigencia, sin profesión ni oficio, viviendo en tiendas de campaña o en chamizos en las dunas de Las Landas para poder hacer surf.


 A los 32 años se hacen esta reflexión:

"Paradójicamente, sin una moneda en el bolsillo, hemos vivido en el lujo. El lujo del tiempo libre, de las relaciones desinteresadas. Queríamos gustar sin poseer, existir sin tener. El problema es que a fuerza de ser libres nos hemos hecho muy diferentes, miserables y aislados, completamente separados de los demás, finalmente prisioneros en un embotellamiento cada vez más estrecho, encerrados en nuestra libertad. Puede ser también la edad. Hemos vivido hasta aquí completamente despreocupados, como niños, sin pensar jamás en el futuro, totalmente confiados en un porvenir que a la fuerza tenía que ser bonito. Por lo menos tenemos la suerte de estar en buena salud  (nota: no del todo, pues poco después le dio un infarto) y todavía gustamos a las chicas. Pero pronto ellas elegirán a otros, por su juventud o por su estabilidad pecuniaria... "

Por aterrizarlo todo: se dieron cuenta de que habían metido la pata. Y con la necesidad de hacer algo "importante" decidieron atravesar el Atlántico en un  mini-velero construido por ellos mismos, el "Micromegas", de 4 metros de eslora. 

 

Y lo hicieron sin electrónica, sin radio, sin baliza, sin  motor, sin balsa salvavidas, sin esponsor y sin  asistencia externa. Más de 6.000 millas entre Las Landas y Florida. La travesía la hicieron en 1996 pero no escribieron el libro ("Les mutins de la mer") hasta 2001. Al llegar a Florida se hicieron esta reflexión:

"Ya en suelo americano nos dimos cuenta de que nuestro récord era ciertamente fabuloso, pero tan inútil como correr los 100 metros en 9 segundos en una final olímpica".

Claro, desde el punto de vista práctico no les resolvía nada haberlo logrado.  De hecho, sin dinero para repatriar el barquito, decidieron dejarlo abandonado en el muelle de una mansión en los canales de florida, con las velas, el acastillaje y el sextante, para que al menos sirviera a algún niño para jugar.

En los años siguientes, tal vez porque era lo único que podían hacer, se dedicaron a batir otros récords náuticos. El más famoso, otra travesía del Atlántico en un "prao" (piragua polinesia con balancín) construido por ellos mismos, sin ningún instrumento, ni brújula, ni sextante, ni reloj, ni cartas, ningún libro y  ni siquiera una guía de las estrellas. Fue en 2003 y ya tenían 53 años. 

 

El prao medía 6,5 metros de eslora, 80 cm de manga, y pesaba 300 kg. Salieron de Lanzarote en marzo, con intención de llegar a La Desirade, en Guadalupe, más de 3.000 millas al Oeste.

 

La fecha tan atípica la eligieron por la posición de los astros, que es lo que iban a utilizar para orientarse. Habían memorizado las posiciones de las estrellas que tendrían en el cénit en cada latitud cada día, y con eso se orientaron. Y lo consiguieron, porque alcanzaron la minúscula isla (3 x 10 km) 27 días después.

La vida a bordo fue espartana, sin cocinilla, comiendo a base de gofio, latas de sardinas, leche en polvo, y el agua racionada a un litro por persona y día. Todo el viaje estuvieron con los trajes de aguas de plástico pegados en las muñecas y los tobillos con cinta americana para que no entrase agua, y durmiendo por turnos en una cama ataúd.


 

¿Y al llegar?. Pues igual que la vez anterior:

"Estábamos como locos de contentos, aunque nadie nos esperaba a la llegada ya que sin patrocinador no suele haber prensa. Esto explica la confidencialidad de nuestra travesía. Es el precio que hay que pagar. Creemos que una navegación de este tipo podría haber interesado al mundo. Del mismo modo que Thor Heyerdhal se convirtió en su época en un  héroe mundial con el "Kon Tiki" y eso que en su travesía teóricamente arcaica, él disponía a bordo de cartas, relojes, sextante, y emisor-receptor de radio. Estábamos muy contrariados. En fin, de cualquier modo, lo esencial es hacer las cosas. Lo repetiremos...".

Descanse en paz.

martes, 9 de noviembre de 2021

Dibucarta de capítulo 4.

 Hola navegantes.

Con la preparación del libro de la vuelta a Italia tengo un poco abandonado el blog, y voy a resucitarlo poniendo alguna de las dibucartas, y ofreciendo, como siempre, el dibujo original al primero que la traduzca.

Aquí la del capítulo 4, cuando llegamos a Italia después de hacernos toda la costa mediterránea de Francia, y nos acordábamos de las dificultades legales y administrativas relacionadas con el Covid (hacer clic encima para verla mejor):


Por lo demás deciros que nuestra vida ha vuelto a su curso normal del invierno, que todas las tareas pendientes en el Corto Maltés están terminadas, y que el problema que tuvimos con el piloto automático está en vías de resolución. Al parecer tenía un componente defectuoso y como entraba en la garantía están resolviéndolo en la casa, esperando una pieza que tiene que venir del Reino Unido.

Por cierto, el libro estará redactado en primera persona por mi barquito, no por mí, con lo que a lo mejor es el primer libro de la historia escrito por un velero.

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 3 de noviembre de 2021