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jueves, 30 de junio de 2022

Balance de la navegación al Golfo Artabro.

 Hola navegantes.

Aquí va un pequeño balance de la navegación al Golfo Artabro este mes de junio:

Tiempo empleado: 32 días (28 de mayo a 28 de junio).

Millas recorridas: 576.



Pernoctaciones en marinas: 17, o sea, el 53 % de las noches.

Precio de las marinas: desde 6,8 euros por noche (Ribadeo en temporada baja) a 22,4 euros por noche (Coruña en temporada alta).

Coste: 438 euros por persona y mes.

Consumo de gasolina: 58 litros. Supone que hemos hecho a motor, solo o apoyando a las velas, el 20 % del recorrido.

Operaciones de mantenimiento, reparaciones y bricolaje: 15.

Días inmovilizados por mal tiempo: 1 (3%).

Lo mejor: habernos librado de los ataques de las orcas. Haber pernoctado en 8 puertos nuevos que no conocía en Galicia y Asturias. Con estos ocho, me parece que ya conozco todos los puertos entre Francia y Portugal.

Lo peor: la meteorología, con una  mayoría de días invernales y con lluvia. El susto con las rompientes en la entrada de Ortigueira (Clic aquí), y con el puente en la entrada de Puentedeume (Clic aquí).

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 29 de junio de 2022

Llegamos a Santander.

 Hola navegantes.

Ayer salimos de San Vicente mientras los operarios desarmaban el segundo pantalán que habían amarrado al de cortesía para grabar la película. En cuanto nos fuimos separaron el accesorio y lo remolcaron al muelle de los pesqueros, para montarlo en un camión con destino a San Sebastián.

Luego vino una jornada con un viento flojito del Nordeste que nos venía de cara,  lo que nos obligó a hacer 35 millas en 9 horas a motor, bajo un sol como el as de oros, recurriendo a todo lo posible para protegernos.


Todos los intentos para navegar a vela no sirvieron para nada e incluso derivábamos hacia el Oeste, como si quisiéramos volver a Galicia.

Al llegar a Santander la bahía parecía el Mediterráneo, con la gente en los veleros navegando en bikini, algo muy extraño en estas tierras lluviosas del Norte. En la foto, Miguel y yo en Puerto Chico a la llegada.

Pronto haré un resumen de lo que ha supuesto esta navegación al Golfo Artabro.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 27 de junio de 2022

Otra vez en Cantabria.

 Hola navegantes.

Hoy salimos de Llanes en bajamar, con sólo un metro y medio de agua sobre el umbral que os conté ayer, y con una fuerte corriente entrante. Además unas olas de cara que, aunque no rompían, nos hicieron dar algunos pantocazos en la estrecha canal de entrada. Una salida muy estresante pues hasta se veía bajo la quilla el hormigón del umbral.

Luego vino una jornada de poco viento, pero que como era corta (20 millas) aprovechamos para hacer entera a vela, eso sí, muy despacito. Hemos venido al primer puerto de Cantabria por el Oeste, San Vicente de la Barquera. Descartamos los otros dos puertos que hay entre Llanes y Santander, Comillas por estar cerrado por obras para instalar pantalanes, y Suances porque estaba cerrado por la olas rompientes sobre su barra.

Llegamos a San Vicente a las 16 horas, pudiendo disfrutar toda la tarde de este precioso pueblo. Subimos a la Iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles, desde donde de tiene una vista preciosa del Río Gandarilla, el que desemboca en el puerto


y del propio puerto allá abajo:

La iglesia no pudimos verla porque en San Vicente se está rodando desde hace algunas semanas una película que me han dicho que es de Emilio Martínez Lázaro (el de Ocho apellidos vascos) y que se titulará "Clase y familia". De esto no puedo dar fe porque son opiniones recogidas en la calle. Lo que si es verdad es que el rodaje es impresionante, con varios camiones, y que han modificado los atraques de tránsito para grabar allí algunas escenas y poder posar encima del pantalán toda su parafernalia.

Mañana nos espera otra jornada de poco viento, pero esperamos llegar ya a Santander.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 26 de junio de 2022

Con la brisa de 95 octanos hasta Llanes.

 Hola navegantes.

Hoy empecé el día con una gestión tonta. Ayer en la playa de los dinosaurios vimos que en un camping tenían recambios de la bombona de camping gas que llevábamos varios días buscando. Pero no habíamos llevado la gastada para hacer el cambio. Así que por la mañana, antes de salir a navegar, volví a la playa con la bici para comprarlo. A ver si notáis la adaptación que hemos tenido que hacer en la bici para Asturias.

Luego vino una jornada tediosa porque la brisa no daba ni para dispersar el humo de un cigarrillo, y tuvimos que hacer toda la etapa a motor. Los varios intentos que hicimos para navegar a vela, probando todas las combinaciones, fueron infructuosos. Y había unas olas anárquicas que nos zarandeaban, y cada vez que iba al triángulo de proa para alguna maniobra amenazaba con caerme al agua.

Llegamos a Llanes a primera hora de la tarde. Su puerto se modificó hace años y se protegió su entrada con unas compuertas, que cierran cuando hay temporales para proteger a los barcos. Además se añadió un umbral como en las esclusas y los puertos de marea de Normandía. Es un muro en el fondo del mar que evita que el puerto se vacíe entero en bajamar. Siempre queda dentro una altura de agua igual a la altura del muro. A cambio, hay que pasar por encima del muro y cada barco tiene una franja horaria donde puede pasar, según la altura de la marea y su calado. En el costado del muro suele haber una escala que indica la altura de agua sobre el muro en cada momento. Lo malo, que en Llanes esa escala es casi imperceptible y los números están casi borrados, lo que la hace poco práctica. En la foto, cuando entramos nosotros había 4 metros (ver la escala a la derecha de la entrada). 

 Como llegamos pronto nos dio tiempo a recorrer el pueblo, especialmente la vía fluvial que recorre el río Carrocedo. Es el que desemboca en el puerto de Llanes, que atraviesa un paisaje campestre muy verde y tiene una pista ciclable:

También los alrededores del puerto, con esta preciosa escultura a la mujer del pescador, mirando el mar frente a los cubos esperando la vuelta del pesquero:

Y me despido con la imagen del Corto Maltés en Llanes. Si todo va bien, en dos días estamos en Santander.

Con cuidado, navegantes.

Mejor que ayer, y una de dinosaurios.

 Hola navegantes.

Si ayer la navegación fue buena, hoy mejor. Desde que salimos de Candás nos agarró un viento del Oeste que nos permitió hacer todo el recorrido hasta Lastres (24 millas) a rumbo directo y en un solo bordo paralelo a la costa. Era de fuerza 5, con olas de 2-3 metros, y lo hicimos sólo con el espinaker en unas 4 horas, lo que da un PROMEDIO de 6 nudos. En el shuss de alguna ola vimos en el plotter más de 10 nudos, algo vertiginoso. Naturalmente a esa velocidad tienes que concentrarte tanto en el timón y no salirte del rumbo que no estás para hacer fotos que lo demuestren. Si os lo creéis bien, y si no no importa.


Íbamos tan deprisa que estuvimos barajando seguir hasta Ribadesella, 10 millas más al Este. Pero nos dimos cuenta de que llegaríamos en bajamar (cuando la entrada de la ría cala 2 metros) y que esa entrada está abierta precisamente al oeste, de donde venía hoy toda la rasca. La guía Imray lo dice claramente: "no se puede entrar con mar gruesa o con vientos fuertes del mar", y hoy se daban ambas condiciones. Así que nos quedamos en Lastres. El Corto Maltés es el primer velero a popa del barco de pesca:


En el pantalán faltaba la cornamusa para amarrar la popa, y tuvimos que hacer un apaño en el soporte de los rodillos. Espero que no se desgaste por el roce y se nos suelte por la noche.


El puerto de Lastres se distingue desde el mar por una estructura de 9 patas que fue la base de un cargadero de mineral. Unas cintas transportadoras lo bajaban desde la mina hasta ese amarre en el agua, donde se cargaban los barcos. Ahora está abandonado, pero sirve para tomar la demora de entrada al puerto, que es concretamente al 220º viniendo desde el Norte o el Oeste:


Por la tarde fuimos a ver las huellas de dinosaurios de la playa de La Griega, un paseo de un par de horas por una senda costera, que tuvimos que hacer con los paraguas. Son huellas o "icnitas" que tienen 154 millones de años. Los dinosaurios las dejaron en una laguna interior de barro que había entonces en Asturias, y posteriormente se han mineralizado y ahora son de roca. Corresponden a saurópodos y terópodos:



Nuestras vecinas de pantalán son dos chicas con una barco típico transmundista, hasta con piloto de viento, y sólo me queda preguntarles para que sirve la silla que adorna el piloto de viento. Si me entero os lo contaré.


Con cuidado, navegantes.

sábado, 25 de junio de 2022

Pura vela (mojada).

 Hola navegantes.

Uno de los axiomas de la vela es que nunca hay que desaprovechar un viento portante. Hoy salimos de Luarca y en la misma bocana nos recibió un viento del Oeste de fuerza 5 que nos permitió izar sólo el espinaker y hacer puntas de 7,8 nudos, y a rumbo directo. Un auténtico milagro.


Esa ocasión no se desaprovecha y, aunque estuvimos dudandolo muchas veces, decidimos alargar la etapa y pasar hoy en Cabo de Peñas. En vez de las 22 millas previstas hasta la ría de San Esteban de Pravia, nos hemos venido a Candás, 40 millas, casi el doble, en 10 horas de pura vela.

La navegación ha sido una chulada, siempre con el viento portante y alternando el espinaker solo, en orejas de burro con el génova atangonado, y con la mayor en la subida por el oeste del Cabo de Peñas, en que el viento nos entraba por el través de babor. Sólo al llegar a la punta del Cabo el viento primero desfalleció y luego se nos puso de cara, y como ya estábamos deseando llegar hicimos la última hora a motor. Y además bajo la lluvia.

En Candás había un mercadillo típico de productos asturianos, amenizado con un grupo folclórico de danza. Tiene una senda costera que te lleva al faro y a la Capilla de San Antonio de Padua, en un acantilado sobre el puerto.


Es el Santo de los amores y noviazgos, y las chicas le entonaban esta oración: "¡Ay! San Antonio bendito, casamentero de mozas, cásame a mí la primera, y después casa a las otras". 

La senda está adornada con esculturas de los ganadores de un concurso anual de escultura, algunas muy bonitas:


El puerto de Candás se amplió hace unos años con dos escolleras, y dentro han instalado los pantalanes deportivos.


A los veleros de tránsito nos sitúan en las cabezas de los pantalanes. Aquí podéis vernos, hoy eramos el único velero de tránsito:


Bajo la lluvia entramos, y bajo la lluvia seguimos. La Marina es de buena calidad, con los servicios en su Club Náutico Cuatro Vientos, aunque queda un poco lejos de los atraques. Pero el principal inconveniente es que piden nada menos que 50 euros de fianza por las llaves, y sólo puedes devolverlas a partir de las 10 h. que entra el marinero, o sea que es imposible salir a navegar temprano. Salvo que quieras dejarles esa generosa propina.

El puerto primitivo, que ha quedado dentro de las nuevas escolleras, también se dragó. Antes se secaba en bajamar, quedando un fondo de arena donde se celebraban corridas de toros.


Pero aquello también pasó a la historia. Aquí podéis ver su historia:

Clic aquí

Y aquí algunas fotos de aquel curioso ruedo:




Era un espectáculo farandulero porque a veces el toro se escapaba por el mar, y que, como veréis en las fotos, atraía multitudes.

Mañana seguiremos nuestra navegación hacia el Este. Con cuidado, navegantes.

jueves, 23 de junio de 2022

Mucho bueno, y una llegada húmeda, hasta Luarca.

 Hola navegantes.

Hoy en Ribadeo nos ha visitado Adrián, un navegante que nos está siguiendo por el blog, para saludarnos. Le hemos enseñado el barco, que tenía ganas de conocer, y hemos compartido anécdotas de nuestros barcos y nuestras navegaciones, lo que entre navegantes siempre nos entretiene mucho.


Al salir de Ribadeo, Adrián nos ha tomado fotos del paso bajo el puente y nuestro alejamiento mar adentro. Son fotos que se agradecen mucho, porque pocas veces tenemos la oportunidad de ver nuestro barquito desde fuera, como nos ven los que se quedan en tierra. Gracias, Adrián.




La última es frente al faro de la isla Pancha,  la imagen típica de Ribadeo.

Siguió una navegación apacible de 25 millas hasta Luarca, prácticamente todas a vela menos un corto intervalo de poco más de media hora en que el viento desertó y, viendo las velas lacias, tuvimos que ayudarnos con el motor. Además en esa media hora se pudo a llover. El resto del día fue con un viento del Norte y luego del Oeste, con poca ola, que nos permitió navegar con la mayor y al final con el espinaker, y hasta hacernos una comida caliente de cuchara, lo que navegando es muy raro.

Justo entrando a Luarca se puso a llover otra vez, y a tronar, y terminamos la maniobra bajo la lluvia. Miguel tuvo que ir a buscar una óptica con urgencia porque por el camino aplastó las gafas de ver. Y también a buscar un recambio de la botella de camping-gas para el farolillo que usamos cuando no hay electricidad. Pero parece ser un producto antediluviano, porque ni ayer en Ribadeo ni hoy en Luarca hay forma de conseguirlo.

Ahora estamos esperando que escampe, para dar una vuelta por este bonito pueblo y ver si podemos cenar algo.

Hasta mañana, navegantes.

miércoles, 22 de junio de 2022

Por fin un día de auténtico verano.

 Hola navegantes.

- "¿Qué podríamos hacer para simplificar La Administración?".

-"Tengo una idea. Podríamos crear una Dirección General".

Pues así es. Me ha llegado una carta certificada de la Dirección General de Simplificación Administrativa de la Xunta de Galicia diciéndome que mi escrito de denuncia sobre las bicis en el autobús de Betanzos (entrada de 10.6.22) lo habían hecho llegar al Ayuntamiento de Sada. Valdrá para lo relativo al policía municipal que pasó de mí, pero no sé qué competencia puede tener el Ayuntamiento de Sada sobre la empresa ALSA, que es de ámbito nacional. Ya veréis como se lo devuelven a la Xunta y así se "simplifica" el trámite.

Hoy hemos salido del Portiño de Morás con destino a Ribadeo, ya en la frontera con Asturias. Aquí la foto de despedida de este tranquilo puertecito, con los bloques de la escollera abandonados en los prados y los penachos de las chimeneas de Alúmina Española dominando todo:

Luego hemos tenido por fin un día de auténtico verano. Una navegación apacible con un viento evanescente que nos permitió izar la mayor y el espinaker, a rumbo directo hasta llegar a puerto. Una gozada.

Hemos dedicado la tarde a recorrer otra vez Ribadeo, que me trae recuerdos preciosos de anteriores escalas, y hemos cenado en un restaurante que tenía monedas entre las piedras de la pared:

Al parecer es una costumbre empezada por los peregrinos como recuerdo, propina, o para atraer la suerte, y que luego se ha mantenido tanto en Galicia como en otras regiones del Camino de Santiago.

Como mañana seguiremos por Asturias, hoy me despido con una imagen nocturna del Corto Maltés, cuando deja de ser un medio de transporte por el mar y pasa a ser tu pequeño hogar de vacaciones:


Con cuidado, navegantes.

martes, 21 de junio de 2022

Mucho, mucho motor.

 Hola navegantes.

Hoy salimos de Cedeira con pronóstico de poquísimo viento, y además de cara. Y por desgracia se cumplió. Nos hemos hecho 38 millas en casi 10 horas, y todas a motor. En la foto, Miguel al pasar el Cabo de Ortegal, con sus famosos picachos.

Después de las paliza queríamos conocer el puerto de San Ciprián, entre Alúmina Española y Burela. Es un puerto raro, raro, porque han bloqueado las olas con un muro construido encima de unos escollos, el islote Anxuela, frente al puerto. Eso ha dejado dos entradas estrechísimas y con poquísimo calado (la entrada del Este, la que recomienda la Guía Imray, 0,8 metros) muy peligrosas.



Llegamos a la trampa recién salidos de un chubasco, y poco antes de la entrada cogimos unas algas con la hélice, que por suerte pudimos quitar con el bichero sin sacar el motor, no me imagino si hubiéramos tenido que sacarlo allí. 



Después de una entrada estresante con la orza y el timón subidos, llegamos a una dársena enana con un pantalán pequeño, con cabida para un solo barco. Algunas barcas habían echado cabos entre el pantalán y su boya para acercarlas al embarcar, y claro, uno de esos cabos se trabó en nuestro fueraborda. Aunque lo soltamos enseguida añadió estrés al que ya traíamos. Y para rematarlo todo, el pantalán no tenía cornamusas para la popa y bailaba rock and roll aunque aparentemente no había olas. Mientras yo preguntaba a un paisano el mejor sitio para amarrar, Miguel a duras penas conseguía que el barco no se destrozase con el pantalán. Creedme, San Ciprián no es un sitio para entrar con un velero.


Ante lo visto decidimos que allí no nos quedábamos y retrocedimos al Portiño de Morás, que conocimos a la ida y nos encantó (ver entrada de 2.6.22). Aquí estamos ahora refugiados de la lluvia descansando de una jornada agotadora.

La parte buena, que hemos salido de la zona peligrosa de los ataques de orcas sin incidentes, porque la manada sigue en el Estrecho de Gibraltar, eso sí, allí haciendo de las suyas.



Mañana intentaremos llegar a Ribadeo, una etapa de sólo 21 millas, donde esperamos tener una tarde libre y descansar.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 20 de junio de 2022

Lluvia para revender.

 Hola navegantes.

Hoy salimos por fin del encierro de La Coruña a pesar de que el pronóstico daba mucha lluvia y olas todavía de 3-4 metros. Y en efecto acertó, y hubo las dos cosas. La lluvia no nos abandonó en toda la travesía, lo que resultó muy fastidioso. Y las olas nos zarandearon a voluntad, pero por suerte no rompían y lo único que hacían era añadir incomodidad a la lluvia.

En total han sido 30 millas. Las primeras trece, hasta el Cabo Prior, no hizo casi nada de viento y tuvimos que ayudarnos con el motor. Pero en el Cabo Prior nos alcanzó la fría cuchilla del viento del Oeste, con fuerza 3-4, que nos permitió venir hasta Cedeira en un solo bordo y a rumbo directo, con las velas en orejas de burro.

En mitad de la empopada se rompieron los remaches que sujetan la escota de la vela mayor a la botavara, y la vela se soltó y nos dio un pequeño susto. Por suerte pudimos repararlo en Cedeira entre un aguacero y otro:


Además vimos que habíamos trabado con la hélice lo que parecía un manojo de algas, pero no conseguíamos desprenderlas con el bichero. Sospechamos que habría algo más y sacamos el motor, y lo que nos encontramos fue un pedazo de cabo que debía llevar tanto tiempo en el agua que había criado una colonia de algas encima, y realmente parecía sólo un alga. Pero era tan duro que claro, no salía con el bichero.


En Cedeira intentamos quedarnos en el muro junto al travelift como a la ida, pero hoy entraba una ola peleona que no paraba de chocarnos con la pared y no iba a dejarnos dormir, y nos hemos cambiado a un pantalán de servicio un poco más dentro en la bahía, pero que no tiene luz ni agua. Hoy nos vuelve a tocar austeridad.

A última hora vino a saludarnos nuestro amigo Jesús Barcia, navegante de Cedeira, y nos trajo una bolsa de hielo, algo muy de agradecer porque sin electricidad no tenemos nevera. Gracias, Jesús.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 19 de junio de 2022

Confinados en La Coruña.

 Hola navegantes.

No es por el Covid sino por la meteorología. Hoy teníamos pensado empezar el viaje de vuelta pero la meteorología nos sorprendió con un aviso de temporal en toda la costa de La Coruña. Lo peor no iba a ser el viento, que sería de fuerza 5 y favorable (del Oeste) sino las olas, que por la tarde iban a alcanzar los 4-6 metros.


Al escucharlo nuestra moral sufrió el mismo bajón que el barómetro. En condiciones normales ya es un mar inabordable con el Corto Maltés, pero peor aún sabiendo nuestro destino. La única escala accesible era Cedeira, un puerto pesquero al fondo de un estrecho fiordo rodeado de escollos, y abierto precisamente al NW, de donde iban a venir las olas. Y su profundidad en bajamar es de 4,5 metros. Como llegaríamos justo en bajamar nos podíamos encontrar con unas olas de popa de 4-6 metros entrando en un fiordo con 4,5 metros de calado, y rodeados de escollos, el suicidio perfecto. Y todo aderezado con aguaceros y mala visibilidad.

Con tanto en contra decidimos no salir hoy y esperar una mejoría. Decisión que han compartido todos los veleros de tránsito en Coruña, porque del pantalán de las esloras de 12 metros (el doble que el Corto Maltés) tampoco ha salido nadie. Espero que la mejoría ocurra mañana.

Así que hemos dedicado el día mariposear por la ciudad. Acompañé a Ana al autobús de vuelta a Santander, y al volver al barco me cayó la del pulpo. Se estaba celebrando el triatlón de los paraatletas, y ver correr bajo la lluvia a los invidentes y amputados te hacía reflexionar sobre lo que de verdad es importante en la vida y tenemos y no valoramos.


Luego fui con Miguel a ver el Museo de La Casa de las Ciencias y el Planetario. El museo es extraordinario, planteado con experimentos que deben hacer los niños y planteando preguntas sin respuesta, para que luego lo aclaren con el profesor. En el planetario nos dieron una explicación sobre la luna.

La tarde la hemos dedicado a pasear y leer, y acumular fuerzas para la etapa de mañana.

Con cuidado, navegantes

viernes, 17 de junio de 2022

Cerramos el círculo.

 Hola navegantes.

Esta mañana salimos de Ferrol con destino a Coruña, cerrando así el círculo del Golfo Artabro en sentido antihorario, como nos habíamos propuesto al salir de Santander.

En el puerto de Ferrol vimos uno de los remolcadores construidos en Santander y bautizados con los números ordinales añadiendo una "h" muda. Os lo conté en las entradas de 21 y 22 de octubre de 2021. El que hay en Ferrol es el "Hocho":


Luego volvimos a recorrer el estrecho fiordo que conduce a Ferrol, pero está vez sin viento y nada que ver con nuestra difícil entrada hace unos días. Aquí podéis ver el Castillo de San Felipe con buen tiempo:


En La Coruña hemos tenido que dedicar una parte de la tarde a la intendencia: comprar gasolina (en nuestra marina no hay, y hemos tenido que ir con la bici), cambiar la botella de camping gas, hacer la compra para los próximos días que iniciaremos la vuelta a Santander, y poner una lavadora. La vez anterior tanto la lavadora como la secadora entraron en un bucle y no se paraban. Hoy la lavadora funcionaba bien, pero la secadora estaba ocupada y primero tenía un tiempo de secado de dos horas, y un rato después de tres. No podíamos esperar a la noche y tuvimos que tender toda la colada en el barco, esa imagen tan graciosa que nos identifica enseguida como navegantes de crucero en un puerto:


Mañana dedicaremos el día a descansar y despedirnos Ana y yo, y por la noche llegará Miguel para acompañarme hasta Santander, lo que esperamos que nos lleve diez días, como la venida.

Con cuidado, navegantes. 

jueves, 16 de junio de 2022

Curiosidades de Santiago de Compostela.

 Hola navegantes.

Hoy hemos pasado el segundo día conociendo Santiago. Naturalmente no voy a contaros aquí los monumentos que tiene, que para eso están las guías turísticas. Yo os cuento las cosas que nos han pasado y las curiosidades que nos han sorprendido.

En primer lugar que los pasos cebra están acompañados de la bandera del orgullo gay:


No sé si os habéis fijado, pero a esta bandera le falta un color. El arco iris real tiene siete, siendo el verde el del centro (por eso a veces se ve un rayo verde al ponerse el sol, ya que al producirse la refracción de la luz el verde es el que corre paralelo al horizonte). La del orgullo gay solo tiene seis, faltándole el azul cielo. 

Las visitas a las iglesias están llenas de curiosidades. Por ejemplo en una había instrucciones de cómo comulgar en la mano:


No sé si es una doctrina oficial o una manía del cura, pero al final siempre tienes que cogerla con dos dedos para llevártela a la boca, o sea que me pareció una tontería. También me hizo gracia que en los bancos hubiera un código bidi para obtener la chuleta de las canciones de la misa. Igual ahora a los seminaristas también les enseñan informática.


La superstición hecha norma la hemos visto en la estación de autobuses, que ha hecho desaparecer el andén número 13:


Y en la parte buena, una escultura de tamaño natural de García Lorca, vestido con el mono azul de su compañía de teatro "La Barraca". Aunque era andaluz, se enamoró de Galicia y hasta compuso poemas en gallego. La ciudad le dedicó hace dos años está escultura y es emocionante verle a tamaño natural, y tan cerca de su admirada Rosalía de Castro:

La parte mala, que justo hoy han cambiado el horario de autobuses y ayer no nos lo advirtieron al sacar el de ida, y menos tenido que esperar casi dos horas de más en la estación. Pero como se nos pincho una rueda de la bici, allí nos entretuvimos arreglándola. Y que al llegar al barco nos le encontramos lleno de polvillo, como cuando en Santander llueve barro, y nos tocó baldearlo.

Hasta mañana, navegantes.