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jueves, 21 de marzo de 2019

Día mundial de la poesía.

Hola navegantes.

En efecto, hoy es el día mundial de la poesía, ese género tan  denostado (sólo 1% de las ventas de obras literarias, por debajo incluso del ensayo, con un 3,6%) que parece hecho para interesar sólo a los que son algo tontos o muy simples. Pero en esta época de las opiniones poco fundamentadas, expresadas rápidamente y a veces incluso sin palabras, sólo con emoticonos, espero que siga quedando un hueco para los que se solazan con la belleza de las palabras, el ritmo, la rima y lo que un renglón sugiere, más que lo que expresa. 

Vuelvo a ofreceros este poema, con el que termina "Dibucartas al grumetillo", ahora acompañado de su dibupoema para disfrutar también de su  expresión visual:

 EL FUTURO DE UN GRUMETILLO.

Yo no sé si a los veinte te veré con pantalones de cuero y con guerrera
o escribiendo poesías de amor con flores en el pelo, detrás de una tetera.

No sé si a los treinta te veré tirado en el sofá apurando las colillas
o intentando mantener tu juventud con pantalón de deporte y zapatillas.

No sé si a los cuarenta te veré solo y obsesionado por no perder el flequillo,
o feliz con una hermosa mujer enseñando a vivir a un rubio grumetillo.

No sé si a los cincuenta te veré harto de hacer un trabajo improductivo
o contento con el justo equilibrio entre la profesión y lo caritativo.

No sé si a los sesenta te veré adicto al trabajo y con un descapotable
o adelantando tu jubilación pensando que te queda una vida formidable.

No sé si a los setenta te veré prolongando tu trabajo peripatético
o con diez años detrás disfrutando de nuestro mundo polifacético.

No sé si a los ochenta te veré con la caja de pastillas, cayéndosete la baba,
o paseando feliz por Puertochico con los nietos colgados de la cachaba.

No sé si a los noventa te veré en una silla de ruedas, ido y pellejudo,
o contando de tu juventud las historias del barco del marino patilludo.

Pero yo estoy contento por haber comprendido que, aunque la forma no la sé,
en todos esos años, desde algún sitio más o menos lejano, te veré.



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Y aquí el dibupoema, que no sale en el libro y es especial para vosotros, que seguís el blog:


miércoles, 20 de marzo de 2019

Una bala perdida.

Hola navegantes.

Aunque no es un tema náutico, esta vez no me resisto a contar la anécdota de nuestra última salida al monte. Fuimos al pico Tureña, al Norte de Burgos, una zona de trincheras y búnqueres de la guerra civil. En la cima encontramos un proyectil sin explotar de unos 30 cm de largo y unos 10 cm de diámetro, completamente oxidado y obviamente un resto de aquella contienda:






Al volver a casa llamé a la Guardia Civil de Burgos, y antes de media hora se ponía en contacto conmigo el jefe de la unidad de desactivación de explosivos, al que dí la foto y la ubicación. El día siguiente me llamó para comunicarme que ya habían explosionado el proyectil y que lo habían identificado como uno italiano de 100 mm. Fijaos cómo quedó el lugar de la explosión al compararlo con la foto anterior (se han desintegrado las rocas de alrededor) y la carcasa del proyectil, que era de hierro y se había abierto como un huevo cocido:






Debe servir de aviso para los montañeros sobre la peligrosidad de estos artefactos aunque hayan pasado tantos años, y sobre la necesidad de comunicar su presencia a la Guardia Civil. Para mí es increíble que estando al aire libre en una zona concurrida por excursionistas, en ochenta años nadie les hubiera informado.

Clic aquí

Y aquí.

lunes, 18 de marzo de 2019

viernes, 15 de marzo de 2019

martes, 12 de marzo de 2019

Un anuncio náutico muy tierno.

Hola navegantes.

A veces en el sitio más inesperado te encuentras una joya. En la revista Voiles et Voiliers ha aparecido este anuncio. En vez de ofrecer a la venta algún barco de segunda mano o solicitar tripulantes para una travesía, dice:

"Donación de material. 

Antiguo monitor de vela, tengo 80 años y desgraciadamente ya no puedo navegar. Ofrezco gratuitamente ropas de aguas en excelente estado, que podrán ser de utilidad a algún tripulante no adinerado... (sigue una relación de ropas de aguas de primeras marcas).


Y termina:

 "Contactar por e-mail porque estoy sordo".

En contadas ocasiones también ha habido ofertas de regalar un velero, cuando los gastos de mantenimiento ya no justifican una afición que no puede disfrutarse por la edad o la enfermedad, haciendo feliz a alguien que le cae como un regalo del cielo. Me vino a la cabeza aquella frase de Teresa de Calcuta, a la que cito sólo por su altruismo: "El bien que hagas será olvidado mañana. Haz el bien de todos modos".

¡Con cuidado, navegantes!.

lunes, 11 de marzo de 2019

A vela por Venecia.

Hola navegantes.

No son pocas las ganas que tengo de navegar en el Corto Maltés por Venecia. Seguramente mi siguiente gran travesía sea la vuelta a Italia, que ya estoy empezando a preparar en sucio posiblemente para 2020, y que por supuesto incluirá la navegación por la ciudad del amor. Por si fuera poco, el último número de Voiles et Voiliers publica esta foto antigua de un velerito por uno de los canales pequeños. ¡No te fastidia!


jueves, 7 de marzo de 2019

Habrá libro de la vuelta a Francia.

Hola navegantes.

La Editorial ExLibric ha vuelto a recoger el guante y va a publicar el libro de  nuestra vuelta a Francia el verano pasado. Su título, "Ladrar al espejo (la vuelta a Francia del Corto Maltés"). Como sabréis, en un Tonic 23 salimos de Santander, ascendimos la costa atlántica hasta Bretaña, a continuación el Canal de la Mancha hasta cerca de la frontera con Bélgica, y finalmente descendimos por los ríos y canales del interior de Francia hasta el Mediterráneo. Sorprendentemente los mares gruesos de Bretaña y Normandía no fueron lo difícil del viaje, sino las aguas interiores, colmatadas de algas y sin recursos para apoyar a la navegación de recreo, que casi nos obligan a abandonar por sucesivas averías del fueraborda.

Tres meses, más de dos mil millas y el descubrimiento de trece ríos son el balance de la circunnavegación de Francia. Una colección de anécdotas y sitios maravillosos y sorprendentes, como la navegación bajo la Torre Eiffel o por el río La Rance, frenado por una presa mareomotriz que provoca mareas artificiales, independientes de la luna. Antes de salir habíamos estudiado las múltiples dificultades del recorrido, que casi nos hacen desistir de intentarlo con ese barquito. Pero por el camino fuimos comprendiendo que esas advertencias eran como el perro que ladra a un espejo y se asusta de sí mismo (de ahí el título). Pasa mucho en la vela, de tanto repetir los posibles peligros terminamos creyéndonoslos, alimentando nuestros propios temores y los de los demás. Está claro que esos peligros existen, pero sobre todo si no se planifica bien y uno termina en el lugar inapropiado en el peor momento. Pero finalmente el Corto Maltés (un velerito de seis y pico metros de eslora y con un fueraborda de 8 CV, y al final del viaje de 6 CV) pasó por todos esos sitios y circunstancias, teóricamente tan peligrosos, sin ninguna dificultad, disfrutando día a día de la navegación sin ningún incidente grave.

El libro está ilustrado con “dibufirmas” (el nombre de los puertos de recalada transformado en la silueta de un barco) y ha sido prologado por Santiago González Zunzundegui, navegante transmundista vasco, que en su velero JoTaKe dio la vuelta al mundo con su familia. Este es el índice:



    Prólogo, por Santiago González Zunzundegui.
1    Los peligros de la circunnavegación de Francia, y el porqué del título.
2    Los preparativos.
3    Como siempre, el Purgatorio de Las Landas.
4    Conociendo el Río Charente y el Joshua de Moitessier.
5    Las primeras islas.
6    El complicado Río Etel y las islas Groix y Glénan.
7    El mítico Raz du Seine.
8    La Rada de Brest y el río Aulne.
9    Otros rincones escondidos y el río Elorn.
10    El Finisterre francés y la entrada en el Canal de la Mancha.
11    El río Trieux y la llegada a Saint-Malo.
12    Las mareas artificiales de La Rance.
13    El Corto Maltés en el Reino Unido y el Raz Blanchard.
14    Arromanches, el desembarco (fallido) de Normandía.
15    Los acantilados de Normandía y los primeros problemas con el motor.
16    Una despedida del mar preciosa.
17    Primeros problemas en los canales.
18    Llegamos a París.
19    A punto de abandonar.
20    El largo túnel y un motor nuevo... que también falla.
21    A propulsión hacia el Sur.
22    Un fin de viaje muy, muy raro.
23    Resumen, conclusiones y balance personal.
Anexo 1    Escalas y millas recorridas.
Epílogo    A mi barco.



martes, 5 de marzo de 2019

Una foquita y delfines en la bahía.

Hola navegantes.

Ya hemos empezado a navegar en esta primavera anticipada, y las primeras salidas están siendo pródigas en sorpresas.

Un día vimos a una foquita nadando sola entre El Puntal y la playa de Los Peligros. A mí no me dio tiempo a grabarla, pero posteriormente se ha difundido este vídeo en las redes. Lo siento, pero no sé quién es el autor:

Clic aquí.

Es una pena porque al parecer está sola. Y otro día a unos delfines pescando por la misma zona de la bahía:


Tampoco sé quién es el autor, lo siento. En cualquier caso nos hace presentir lo cerca que están nuestros meses buenos, ¡otro verano!.

Dibufirma del Ciudadano García.

En agradecimiento a Jose Antonio García ("Ciudadano García"), responsable del programa de RNE "Esto me suena", por el tiempo que nos dedicó y por su ayuda en la difusión de "Dibucartas al grumetillo".


domingo, 3 de marzo de 2019

viernes, 1 de marzo de 2019

Barcos de desguace como viviendas.

Hola navegantes.

Se ha creado un grave problema con los veleros que se van desguazando al final de su vida útil. No existe un sistema organizado de reciclado de las piezas, la fibra de vidrio no puede reutilizarse, y la mayoría acaban hundidos o abandonados en las esquinas o terraplenes de las marinas. Por ejemplo, en Francia hay un millón de barcos matriculados, con una edad media de 35 años, y un porcentaje alto están abandonados, a falta de reciclaje. Muy recientemente la legislación francesa obliga a los propietarios a encargarse de la destrucción o reciclaje de los barcos al final de su vida útil, pero eso cuesta entre 2 y 3.000 euros.

Una empresa francesa ha empezado a reacondicionarlos como vivienda. Normalmente recogen barcos ruinosos a los que extraen el motor, quitan la quilla y el palo, limpian y descontaminan (algunos han estado hundidos) y luego pintan el exterior y hacen nuevo el interior.


 Les sierran la popa para que se pueda acceder más cómodamente, los asientan en el terreno mediante unas calzas y les hacen un acceso en forma de terraza con un toldo por la popa.

 


El futuro propietario les indica el uso que le va a dar: como despacho o habitación de invitados en su jardín, como apartamento de alquiler en un camping, como casita de fin de semana al lado de un río, etc, y adaptan el espacio interior a sus necesidades.


Como vivienda habitual no es que sea un chollo, pero en las marinas hay mucha gente que vive habitualmente en su barco, y los últimos años yo he pasado 3 meses al año en el Corto Maltés, de menos de 7 metros de eslora, y uno se acostumbra.



La mayoría de los barcos que acondicionan son de 6 a 14 metros de eslora, y el precio oscila entre 15 y 20.000 euros incluyendo todo, hasta su instalación en el lugar de destino.



Podéis ver el vídeo aquí.


https://voilesetvoiliers.ouest-france.fr/industrie-nautique/chantier/deconstruction/video-une-nouvelle-vie-pour-les-epaves-de-bateaux-778fad04-35fe-11e9-922b-b6f3eafe8d7b?utm_source=neolane_of_newsletter-voilesetvoiliers&mediego_ruuid=7a3f6664-2b44-4069-b842-7d45bde5a917_7&mediego_campaign=20190227_email_voile-et-voiliers&utm_content=20190227&utm_campaign=of_newsletter-voilesetvoiliers&utm_medium=email&vid=1609053

A mí me ha parecido una buena idea. A ver si se sigue el ejemplo en España.