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domingo, 30 de enero de 2022

Publicidad náutica (27): contra el mareo.

 Hola navegantes.

 Si la primera vez que embarcáis a un tripulante se marea, es casi seguro que no cogerá afición y no volverá a embarcar nunca.

El barco navegando tiene tres movimientos:

  • "Balanceo": es el movimiento arriba y abajo de los costados, babor y estribor.
  • "Cabeceo": es el movimiento arriba y abajo de la proa y la popa.
  • "Cuchareo": este es el peor. Se produce por una combinación de los dos anteriores, que bajo ciertas circunstancias entran en resonancia y se amplifican. Es como cuando antiguamente se disolvía una pastilla en una cuchara con agua, y para facilitar la disolución se hacía una olita que recorría la cuchara en sentido circular, de ahí su nombre. Esa olita iba cogiendo amplitud y terminaba por salirse.

El balancero y el cabeceo se producen siempre, pero el cuchareo no, ya que depende tanto del diseño del barco como de las características de las olas de ese día.

Para evitar el balanceo y el cabeceo a veces se hace, aunque es poco práctico, redistribuir los pesos dentro del barco: centrar y bajar los pesos. Hay quien quita el fueraborda y lo amarra dentro de la cabina, junto a la base del palo, y lo mismo con el ancla y su cadena. Yo personalmente no lo hago por el lío que supone, y por el riesgo de estar sin motor en caso de una emergencia. Pero por ejemplo Paul de Meerschman, del que os hablé en la última entrada, lo hacía siempre que empezaba una etapa larga.

El siguiente anuncio es de un medicamento contra el mareo, y es genial porque la peonza reproduce el "cuchareo":


Yo personalmente no me mareo nunca, pero con mis tripulantes utilizo el STUGERON (Cinaricina) con el inconveniente de que necesita receta médica, al contrario que la  BIODRAMINA (Dimenhidrinato) que se vende sin receta. Los dos son muy eficaces, pero he comprobado la superioridad del Stugeron y con la ventaja, sobre todo para los niños, de que lo hay en gotas que no saben a nada, por lo que es fácil dárselo con un vasito de agua y ni se enteran. Y se toleran mejor que los comprimidos. Para que su actuación sea perfecta hay que darlo una media hora antes de embarcar, de forma preventiva, aunque si ya se ha mareado también es útil.

Por otra parte hay otros trucos contra el mareo: 

  • Sentarse en la cubierta cerca de la base del palo. Allí te da el aire en la cara y es donde menos se mueve el barco, por estar cerca del punto sobre el que que giran el balanceo y el cabeceo, y por lo tanto también el cuchareo.
  • Encargarse de alguna tarea y mirar al horizonte. Para esto es perfecto ser el que lleva el timón.
  • Evitar el ambiente cerrado y con olor a gasoil del interior de la mayoría de los barcos.  
  • Evitar el frío. Aunque sea contradictorio con el punto anterior, a algunos se les pasa el mareo al meterse en el barco cerca del motor, pero a ellos les funciona. Abrigarse bien.
  • Respecto a comer o permanecer en ayunas no hay una regla fija, pero si se prefiere tomar algo yo recomiendo trocitos de plátano, que es la única fruta que sabe igual al entrar que al salir, o sea, no tiene un sabor asqueroso al vomitarla.
  • Y siempre extremar las medidas de seguridad con el que se ha mareado. Puede caerse por la borda al vomitar por la prisa con que se asoma, y porque el mareo no le deja concentrarse en todos los peligros, por ejemplo en ver las olas que se acercan. Es mejor que vomite en un cubo sin salir de la bañera, y si es posible colocarle un arnés.
  • También debe llevar arnés el que ha tomado un fármaco para el mareo, aunque ya se encuentre bien, porque disminuye los reflejos. De hecho,  el prospecto recomienda no conducir.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 27 de enero de 2022

Como no sabía que era imposible, lo hizo.

 Hola navegantes.

Esa frase la he visto atribuida a Einstein, y a Edison cuando inventó la bombilla. Resume muy bien la limitación que impone a nuestros sueños el creer  que son imposibles. Viene a cuento de mi amigo Paul de Meerschman, un navegante francés del que os hablé en la entrada del 4-2-17. Con un velero como el Corto Maltés (seis metro y pico y fueraborda de 6 CV) ya entonces tenía un currículum impresionante navegando por toda Europa, hasta los países nórdicos. Pues después, con más de 60 años y recién salido de una operación de los riñones, se dio una vuelta por Escocia y luego por África, cruzó el Atlántico en solitario, recorrió el arco de las Antillas, Cuba y las Bahamas, para terminar recalando en México. Efectivamente, como Paul no sabía que con su barquito era imposible, fue y lo hizo.

En México le sorprendió la pandemia mundial del Covid y una avería importante (se le rompió el palo) que prácticamente le decidieron a volver a Francia. Regaló el barco desarbolado a un amigo francés que lo iba a utilizar como vivienda para un guarda, y volvió a Francia en avión.

Ahora, con la tranquilidad de su retiro en Francia, ha publicado el libro de sus aventuras en el velero "Zen", titulado "Pequeño barco, gran viaje (las aventuras y tribulaciones del barco Zen y de su discípulo)". Aparte de compartir, obviamente, el título, el libro da muestras de la sencillez de un hombre al que el mar ha hecho modesto y que narra esas navegaciones impresionantes como quien cuenta una partida de bridge, sin un latido más rápido que otro cuando nos describe situaciones en las que su vida estuvo en peligro.

El libro está en francés, y os lo recomiendo si podéis leerlo en el idioma de Molière. Se puede pedir en Amazon. Aquí va  mi pequeño homenaje a Paul, la dibufirma de su velero, el "Challenger Horizon" bautizado "ZEN":

Con cuidado, navegantes.

martes, 25 de enero de 2022

Falleció el del barril.

 Hola navegantes.

En las entradas de 27-12-18 y 10-5-19 os hablé de Jean-Jacques Savin, un francés de 72 años que cruzó el Atlántico en un barril, sin propulsión. 

Por desgracia el 1 de enero salió de Portugal para un  nuevo reto, cruzar el Atlántico a remo (ya con 75 años) y ha fallecido en el intento. Su embarcación de 8 metros de eslora, llamada "Audacieux" ("Audaz") era una barca de remos como las habituales del remo oceánico, con una célula de supervivencia donde refugiarse en los temporales y donde se lleva la electrónica.

Desde el 20 de enero su equipo de seguimiento no tenía noticias de él después de que activara la baliza de emergencia, y la marina portuguesa descubrió la embarcación volcada y sin signos de vida, algo inexplicable pues estos barcos suelen ser autoadrizables, es decir, que al volcar se enderezan solos.:

 Jean-Jacques era un exmilitar paracaidista y triatleta, y conocía bien el mar. Veremos si el accidente se ha debido a algo relacionado con su edad, o a circunstancias inevitables para cualquiera. Se le achaca la falta de resistencia y fortaleza física de los años jóvenes (en estas travesías a remo se consumen 12.000 calorías al día) pero él acababa de demostrar, con el barril, que ni siquiera es necesario remar, que cualquier abjeto flotante abandonado en Europa termina llegando al Caribe impulsado por los vientos y las corrientes. O sea que no hay que darse la matada para conseguirlo, sino ser capaz de resistir física y psicológicamente los meses de aislamiento. Si se van sabiendo más detalles del accidente os los contaré por aquí. Descanse en paz.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 24 de enero de 2022

La utilidad de un azucarillo.

 Hola navegantes.

En el barco muchas veces queremos dejar un tambucho abierto para ventilar, pero vamos a irnos y nos da miedo que se ponga a llover y a la vuelta lo encontremos todo mojado.

Para eso sirve el truco del azucarillo. Se utiliza un azucarillo como botón y ojal para un cabito que sostiene levantada la tapa del tambucho:

El azucarillo se ata con un as de guía hecho corredizo:

y se pasa por un ojal hecho en el otro cabito:

Si empieza a llover el agua escurre por el cabito, disuelve el azucarillo y la tapa se cierra:



También sirve para una tapa corredera en horizontal. Se la somete a tensión con un pulpo que tienda a cerrarla, y se la mantiene abierta con el ojal del azucarillo. Al disolverse el azucarillo, el pulpo actúa y la cierra.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 23 de enero de 2022

Baluchon: Buena Esperanza por carretera.

 Hola navegantes. 

En entradas anteriores (13-5-20, 16-5-20, 14-10-20, 21-1-21, 7-3-21 y 17-5-21) os hablé del francés Yann Quenet, que está dando la vuelta al mundo en su velerito "Baluchon", de 4 metros de eslora, construido por él mismo. Ya ha recorrido tres cuartas partes de la circunferencia del planeta y ha llegado a Sudáfrica. Arribado a Richard’s Bay, en la costa Este de Sudáfrica, la siguiente etapa debía llevarle a Ciudad del Cabo, en la costa Oeste, atravesando el famoso Cabo de Buena Esperanza, uno de los tres duros del mundo.

En Sudáfrica se encontró enfrentado a las exigencias del Covid (necesidad de avisar por anticipado a las autoridades de cada sitio donde fuera a hacer escala) como si eso pudiera preverse yendo a vela, y más en aquellas regiones. Os recuerdo que ya el Covid le expuso a peligros mucho mayores al no poder tocar tierra en Australia y tener que hacer de una tirada de Nueva Caledonia a La Reunión (¡7.000 millas!). Estas dificultades administrativas se juntaron a la dificultad técnica de navegar por esas regiones inhóspitas (el cabo se llama también "Cabo de las Tormentas"), que están sembradas de naufragios.

Sin necesidad de demostrar nada, y mucho menos su nivel de testosterona, Yann ha tomado una decisión curiosa, que le permite el pequeño tamaño de su barco. Aprovechando que un amigo tenía que ir a Ciudad del Cabo por carretera y con un remolque vacío, ha construido una cuna para adaptar su velerito al remolque:

y lo ha llevado 1.500 km por carretera:

 Ya veréis como algún marino listo de los que se mojan más en el bar que en el mar dice que esa vuelta al mundo no vale, porque hizo trampa en el Cabo de Buena Esperanza.

Ahora le queda remontar el Atlántico y sale sin una ruta definida debido a las incertidumbres tanto de la meteorología como del Covid. Por ejemplo, la escala lógica sería la Isla de Santa Helena. Pero allí sólo hacen el test de Covid los jueves, y si llegase un viernes tendría que esperar en un fondeo muy expuesto una semana sin bajar a tierra. En ese caso no descarta seguir hasta Brasil o la Guyana Francesa, y desde allí a Francia, con lo que se haría dos travesías "extras" del Atlántico. Así, como el baja a por el pan.

A estas alturas parece que va a conseguirlo, y estamos deseando verle arribar a Francia.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 22 de enero de 2022

¡Diez años ya!.

 Hola navegantes.

Pues sí, este año es el décimo aniversario de nuestra vuelta a España y del arranque de este blog, que ya se acerca al medio millón de visitas. Parece mentira. A principios de 2012, hace ahora 10 años, estábamos Luis Espejo y yo dando vueltas a si sería posible esto:

  

Dar la vuelta a España a vela en uno de nuestro barquitos (Luis tenía un Sun 2000 y yo un Tonic 23, los dos de seis metros y pico). Se decía que era imposible hacer navegación de altura con menos de ocho  metros de eslora, pero nosotros habíamos navegado por toda la cornisa cantábrica y creíamos que sí podríamos hacerlo, siguiendo nuestras mismas costumbres y simplemente disponiendo de más tiempo y siendo capaces de superar la mamparitis de tres o cuatro meses viviendo en ese espacio, reducido como una tienda de campaña. Y en efecto, lo conseguimos.

Para el recuerdo, aquí os traigo la reseña de nuestro viaje en el revista francesa Voiles et Voiliers, la de mayor tirada en el deporte de la vela:

Y la dibucarta que hice para sus lectores:

 Y aquí el encabezamiento de la sección, con la ubicación del Corto Maltés en el mapa mundi al lado de otros barcos que estaban haciendo travesías oceánicas:

 Una bonita manera de meter a los barcos pequeños en el universo de las navegaciones de altura, aunque nosotros fuéramos costeando.

Ya lo he dicho muchas veces, pero aquella circunnavegación fue la que nos abrió los ojos a comprender que sí, que era posible hacer largas y bonitas navegaciones con un velero pequeño. Y no solo eso, sino que nos permitía acceder a lugares donde los veleros grandes no llegaban. Además de la navegación por el mar, nos metimos en muchas rías, ríos navegables y finalmente en el Canal de Midi para cerrar la vuelta a la Península y volver a Santander por el Este, en vez de tener que desandar el camino y darle otra vuelta en sentido horario para regresar por el Oeste. Eso con un barco grande no habría sido posible.

Después siguieron la navegación a Arcachon, a Bretaña, a la isla de Elba, la vuelta a Francia y por fin este verano la vuelta a Italia, siempre con el Tonic 23 como os he contado en estas páginas. Después de la primera  juventud la vida puede ser una constante fuente de lobreguez, y para los navegantes estas navegaciones "de aventura" (a mí no me gusta llamarlas así, que conste) pueden ser una forma de animarla.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 20 de enero de 2022

Entrevista en la Cadena SER.

Hola navegantes.

Me ha entrevistado María Gutiérrez, para el programa "Hoy por hoy Cantabria" de la Cadena SER, sobre nuestra vuelta a Italia en el verano del 21. He recuperado ahora el podcast y podéis oír la entrevista aquí:

Clic aquí.


 Con cuidado, navegantes.

martes, 18 de enero de 2022

Una funda para el piloto automático.

 Hola navegantes.

El piloto automático es un complemento imprescindible en las navegaciones de crucero. Las etapas de 10-12 horas, o más, no hay quien las aguante llevando el timón a mano, aunque te turnes. Llega un momento que el cansancio y el aburrimiento te hacen distraerte, y todos reconocen que en esas circunstancias el aparatito lleva el barco mejor que el capitán. El piloto automático no se cansa ni se distrae, y aunque es verdad que pilota con cierta holgura (hace un rumbo ondulante) y que no sabe anticiparse al efecto de las olas, como el humano, en las etapas de muchas horas esos efectos son inapreciables.

En nuestra más reciente vuelta a Italia tuvimos tres averías técnicas más o menos importantes: la rotura del espí, la obstrucción por algas del fueraborda en los canales, y el fallo del piloto automático. Fijaos si consideramos importante al piloto que, a pesar de la falta de espacio en los veleros pequeños, llevamos dos, uno de repuesto por si falla en principal. El nuestro de repuesto es el viejo, que todavía funciona aunque metiendo ruidos y chirridos, y tuvimos la mala suerte de que en algunas etapas de la vuelta a Italia nos fallaron los dos. Entonces tuvimos que hacer algunas etapas de hasta 14 horas llevando el barco a mano, turnándonos a la barra cada hora, y os aseguro que fueron los días peores.

También da idea de su importancia el hecho de que cuando va descargándose la batería, el piloto automático es el componente electrónico al que damos prioridad, desenchufando cualquier otro antes que él.

Pues para proteger el piloto automático (que ya me repararon al volver a Santander) de las salpicaduras y de los golpes, Paquita, la madre de David Calvo (uno de mis tripulantes en la vuelta a Italia y en otros viajes del Corto Maltés) me ha hecho una funda de neopreno. Permite proteger la carcasa y seguir viendo y manipulando los controles electrónicos a través de una ventana transparente sobre la pantalla:


La verdad es que con el piloto así protegido se va más seguro, y esta es mi forma de agradecérselo: gracias ........


Con cuidado, navegantes.

lunes, 17 de enero de 2022

Publicidad náutica (26): ¡que no hay playa!.

 Hola navegantes. 

Otro ejemplo de querer imaginar el mar en Madrid. La fuente de la Plaza de Neptuno:


 reconvertida por algún imaginativo:

Con cuidado, navegantes.

domingo, 16 de enero de 2022

Publicidad náutica (25).

 Hola navegantes.

Este es el cartel de un salón náutico de venta de barcos de ocasión en Francia. 


Concretamente se celebra en Crouesty, a la entrada del Golfo de Morbihan, donde estuvimos con el Corto Maltés en 2015, en nuestra navegación a Bretaña. Crouesty está a la entrada del enorme golfo, que tiene unos 150 km2, pero su entrada (47º 33,0’ N; 2º 55,3’ W) es muy angosta, 700 metros, y por ella entra y sale la marea con un chorro grandioso. Puede superar los 9 nudos y adquirir la forma de ríos o torrentes dentro del mar, siendo la segunda corriente más fuerte en Europa. 

Ni que decir tiene que cuando la marea vaciante se enfrenta a vientos del Sureste al Suroeste se forma una barra en la entrada, con olas cortas y rompientes. El interior del golfo está salpicado de 60 islas e islotes con vegetación abundante y playas, la mayoría deshabitadas. Aunque en general la corriente de marea sigue el recorrido de los canales entre islas con la regularidad de un mapa de carreteras, en algunas zonas puede generar remolinos que atrapan al barco, y en muchos lugares hay contracorrientes. Una leyenda atribuye la creación del golfo a las lágrimas de las hadas desalojadas del cercano bosque de Brocelianda, donde se sitúan las aventuras de la Mesa Redonda y otros cuentos y leyendas. Las hadas habrían echado luego sus coronas al agua, que se habrían convertido en las islas.

El golfo recibe las aguas de cuatro ríos principales, el Auray, el Vincin, el Marle y el Noyalo, que son parcialmente navegables y que pensábamos explorar. Un tercio de la superficie del golfo se seca en bajamar, y su profundidad oscila entre 20 metros en las zonas centrales de los canales, hasta sólo 20 cm. entre algunas islas y muchas zonas por encima del cero, es decir, que se secan en bajamar. De un extremo a otro hay 20 kilómetros, una distancia tan grande que la marea tarda más de dos horas en recorrerla y las tablas de mareas tienen la información doble: por un lado los horarios en Port-Navalo, justo en la boca de entrada, y por otro lado en Arradon, en su extremo Norte.

La dificultad principal es afrontar el paso en el momento correcto de la marea. Hay que presentarse en la entrada del golfo media hora antes de la pleamar en Port-Navalo, y hacer las 12 millas que separan Crouesty de Vannes en 2-3 horas a favor de la marea. Alicia y yo decidimos pasar en el momento que más tiraba porque nos seducía la experiencia de sentirnos arrastrados a más de 9 nudos por la corriente, y que pocas veces en su vida el Corto Maltés ha ido tan veloz. En cuanto llegamos al paso nos agarró una corriente que parecía que estábamos en el Amazonas. Las boyas parecía que navegaban como una zodiac rápida, aunque obviamente estaban paradas, y cerca de las orillas rocosas y de los bajos se formaban olas como las de los ríos caudalosos. A la entrada nos arrastraba a 9,2 nudos. Cualquier fallo en esa corriente habría sido irreversible, porque mi fueraborda no da más de 5 nudos de velocidad en las mejores condiciones (sin viento ni olas) y si me hubiera ido por el canal equivocado no habría podido dar marcha atrás y en ese laberinto de islas era fácil perderse, varar o chocar contra un bajo. Pero llevábamos todo el recorrido marcado con puntos de GPS en el plotter, y la carta del golfo memorizada en la cabeza, y todo fue emocionante pero sin incidentes.

Pues en ese puerto curioso a la entrada del golfo se celebra todos los años un salón del barco de ocasión, y os traigo el cartel anunciador de este año. Con el lema "Realice sus sueños de niño" presenta un  niño a la rueda de timón de un barco, levantando el pulgar por haber conseguido ya su "sueño", con la más tópica camiseta marinera de rayas blancas y azules, y con una cara muy bien lograda entre niño y adulto expresando satisfacción. Un bonito cartel que logra su objetivo, porque realmente los barcos de ocasión son baratos, no se han deteriorado como los coches, y si su dueño anterior ha sido cuidadoso puede que incluso estén mejor que uno nuevo, recién salido del astillero.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 13 de enero de 2022

Dibucarta del capítulo 14.

 Hola navegantes.

Esta es la dibucarta del capítulo 14 del libro "¿Cuándo llegamos?" (la vuelta a Italia del Corto Maltés)", que saldrá en primavera. Es de cuando llegamos por fin a Venecia, después de un mes subiendo por el Adriático, la parte más penosa de ese viaje. Aunque se suele tener una imagen idealizada del Mediterráneo como un mar de veraneo, lo cierto es que la mayoría del Adriático está muy al Norte (Venecia dos grados de latitud más al Norte que Santander, por ejemplo). Nuestra navegación por allí fue en septiembre y cogimos muchos días de tiempo invernal. Pero nos estaba esperando Venecia, la ciudad del amor, "la serenísima", y eso lo compensaba todo.

(clic encima para leerla mejor).

Como siempre, al primero que la trascriba aquí debajo, en "comentarios", le regalo el dibujo original.

Con cuidado, navegantes.

martes, 11 de enero de 2022

Publicidad náutica (24): allí no hay playa.

 Hola navegantes.

Esta imagen anunciaba un festival o feria náutica celebrada en Madrid:

 Una perspectiva idílica desde el interior de un barco viendo, por el ojo de buey, las torres de la Plaza de Castilla detrás de una ola y bajo un cielo impoluto. Por desgracia, por mucho que se empeñen los publicistas, allí no hay playa:

 Además, y según denuncia el estudio "Global mortality from outdoor fine particle pollution generated by fossil fuel combustion", resumido en la revista de Greenpeace de otoño de 2021, la polución perjudica especialmente a los niños, porque  los colegios son uno de los espacios urbanos de Madrid y Barcelona más afectados debido a la congregación de vehículos privados a sus puertas, cuando van a dejar y a recoger a los niños.

Con cuidado, madrileños.

lunes, 10 de enero de 2022

Publicidad náutica (23): el barcoárboltractorpez.

 Hola navegantes.

A esta imagen se le puede acusar de lo que uno quiera menos de falta de originalidad:

 

Un extraño velero compuesto de la proa de un barco, un árbol como vela, un tractor como cabina y la cola de un  pez como la popa y el timón. Era de una empresa multiservicio dedicada a soportes magnéticos de grabación, de impresión, publicidad, telecomunicaciones, y hasta organización de viajes y actividades de ocio. O sea, un popurrí de cosas tan variadas como los componentes de su "velero".

Con cuidado, navegantes.

domingo, 9 de enero de 2022

Se les olvidó cerrar la compuerta.

 Hola navegantes.

En la vuelta a Francia en 2018 nos quedamos una noche en el puerto de  Perros-Guirec (48º 48,15’ N; 3º 26,30’ W) en el Canal de la Mancha. Está al fondo de una enorme bahía que se seca en bajamar, y se ha construido un muro o "umbral" en el fondo que hace que siempre quede una zona con agua, como si fuera una piscina. En la pleamar se llena, y en la bajamar el muro evita que se vacíe.

Como  nosotros llegamos en pleamar la bahía estaba completamente despejada de problemas y parecía mentira que eso estuviera seco seis horas después. Perros-Guirec es peculiar porque el muro tiene una "puerta", y al subir la marea no se pasa libremente por encima del umbral sino por la puerta. Cuando el nivel del agua fuera del puerto alcanza el de dentro abren esa compuerta, lo que permite pasar por ella a barcos de más calado que los que podrían pasar simplemente por encima del  muro. El horario de apertura depende del coeficiente de marea, y los días de coeficiente inferior a 45 no se abre. Esos días no se puede salir a navegar.

Como nosotros llegamos en la pleamar veíamos todo el puerto con sus pantalanes aparentemente accesibles y una puerta misteriosa, que es por donde teníamos que pasar, y que tenía un semáforo:

 


 Si lo intentáramos por fuera de la puerta dejaríamos allí el Corto Maltés para el descanso eterno, porque nos chocaríamos con el muro de hormigón que no veíamos. La puerta era estrechísima, y además rodeada de fuertes corrientes del agua que salía o entraba al puerto, como avisaban en un cartel. De hecho en las mareas vivas el agua se vacía por encima del umbral como una pequeña cascada, haciendo peligrosa cualquier aproximación al muro, y la Guía Imray advertía de la atención que hay que poner al soltar las amarras para no ser arrastrado. En la siguiente foto, el "umbral" del puerto apareciendo al empezar a bajar la marea:


 Y en la siguiente en plena bajamar, con el "umbral" reteniendo el agua en el interior del puerto, y el exterior completamente seco:

Una vez dentro del puerto, incluso cuando la marea se retiró, no te dabas cuenta del sitio tan atípico en que te encontrabas si no mirabas hacia fuera. Allí dentro había barcos enormes, lo que parecía inaudito al ver el panorama en cinemascope del exterior: otros barcos acostados sobre el fondo o plantados con sus puntales con las obras vivas llenas de verdín. 

 Os cuento esto para que entendáis lo que pasó en la noche del 4 al 5 de enero de este año. Se les olvidó cerrar la compuerta cuando bajaba la marea, y el puerto se secó entero. ¿La consecuencia?. Todos los barcos del interior del puerto en vez de quedar a flote se vararon como los del exterior, pero sin estar preparados para ello. Al apoyar su peso en las quillas se cayeron de lado, se acostaron unos encima de los otros, se trabaron los mástiles, se chocaron los cascos, y en resumen lo han catalogado como una catástrofe, con los mismos daños materiales que habría producido una violenta tempestad. El de la siguiente foto es una motora, pero imaginaos la inclinación de un velero con más de dos metros de quilla:

Me parece que al que tuvo el despiste se le va a caer el pelo, y la anécdota sirve para recordarnos la primera ley de Murphy: "Si algo puede salir mal, saldrá mal". A mí suelen decirme que siempre me pongo en lo peor, pero ya veis que es algo muy práctico de recordar, sobre todo en la navegación, porque si te acostumbras a imaginarte lo peor intentarás poner todos los medios para que no ocurra.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 8 de enero de 2022

Publicidad náutica (22).

 Hola navegantes.

Las fotos de hoy no he conseguido recuperar el producto que anunciaban, pero en ambas imágenes, posiblemente fruto de la misma campaña, queda claro el objetivo: contraponer la vida ciudadana, con su estrés en el adulto joven y sus limitaciones absurdas para la mentalidad de un niño, con la vida libre del mar y del barco.


No puedo evitarlo pero me siento identificado con ellas, qué se le va a hacer. ¡He conocido a tantos con los objetivos equivocados que cuando se dan cuenta ya no pueden volver atrás!. Os dejo esta hormiga en la oreja.

Con cuidado, navegantes.

viernes, 7 de enero de 2022

Para oir la entrevista de ayer en Radio Euskadi:

 Hola navegantes.

Si ayer no pudisteis escuchar la entrevista en directo, podéis oírla aquí:

 Clic aquí

 

(en la foto, el Corto Maltés en las islas Tremiti, del Adriático).

Un saludo.

jueves, 6 de enero de 2022

Entrevista en Radio Euskadi.

 Hola navegantes.

Esta noche (6-1-22) me entrevistará Roge Blasco, en Radio Euskadi, sobre nuestra vuelta a Italia del verano pasado. Es a las 22:30 h. y podréis escucharla en directo a esa hora aquí:

 Clic aquí 


 Un saludo

martes, 4 de enero de 2022

Ayudar a la ciencia desde nuestro barco.

 Hola navegantes.

Creo que todos hemos pensado en la posibilidad de que nuestra afición sirva para algo además de hacernos pasar buenos ratos. Hay algunas asociaciones que utilizan la vela para distintos fines altruistas, médicos o científicos. Pero si no tienes tiempo para eso, a alguien se le ocurrió utilizar a los muchísimos navegantes que surcan los mares para apoyar algún trabajo científico, dedicando muy poco tiempo. Los más conocidos son los avistamientos de cetáceos, que luego se identifican y se notifican a un lugar centralizado por la web.

 La verdad es que soy un poco escéptico, principalmente porque son observaciones fruto del azar, sin una  metodología y una zonificación planificadas. Basta que uno muy motivado convenza a varios amigos de su puerto de participar,  para que en esa zona se avisten  muchos más, y eso genera un sesgo que le quita validez a las observaciones. Aunque es posible que si participan miles de voluntarios este sesgo desaparezca, debido a la enorme casuística.

 A pesar de mi escepticismo voy a contaros otra iniciativa muy facilona. Se trata de una forma sencilla de ayudar a una institución inglesa que mide el fitoplancton del mar a través de la turbidez del agua. Hay que confeccionarse un medidor, que consiste en un disco blanco de 30 cm de diámetro (se llama "disco de Secchi") lastrado con un plomo, y retenido por una filástica. Este "inventazo" se usa desde 1865, aunque en investigaciones científicas; la participación ciudadana comenzó en 2013. El disco puede hacerse con plástico, madera o metal, da igual, lo importante es que se pinte de blanco mate y que se utilice limpio. Se le deja profundizar en el agua hasta que se deja de verlo, y entonces se mide la profundidad mediante la filástica que le sujeta. 

Aunque os parezca mentira, la "profundidad Secchi" que es a la que desaparece el disco, puede variar desde 1 metro en los estuarios hasta 80 metros en las aguas clarísimas del Ártico. La medición debe hacerse en un día de sol o sólo parcialmente nublado, entre las 10 y las 14 (hora local), sin usar gafas de sol pero sí las gafas graduadas si se necesitan. No debe hacerse si se ve el fondo, pues entonces la lectura estaría falseada por el mismo (el disco no puede bajar más).

 Hay que bajarse una aplicación gratuita del móvil (se llama "SECCHI" en Play Store) en la que luego introduces los datos de profundidad y coordenadas GPS del lugar, y si es posible la temperatura del agua. Al hacer clic en "enviar" los datos se transmiten al organismo que los analiza. Si en el lugar de la medición no hay Internet, la aplicación guarda la información y la envía cuando recupera la conexión.

La aplicación la ha puesto en marcha la Universidad de Plymouth, aunque recoge informes de todo el mundo. 

Si alguien la está utilizando ya se agradecen los comentarios.

Con cuidado, navegantes.

lunes, 3 de enero de 2022

Nueve metros y con moto.

 Hola navegantes.

En entradas anteriores os he hablado de las ventajas de llevar bici en el barco, por ejemplo en esta:

Clic aquí.

Las bicis te facilitan los recados, la visita a las ciudades, y la apertura anticipada de las esclusas en los canales. Yo las considero más importantes, en la vela de crucero, que unas velas de repuesto, por ejemplo, por citar algo que abulta más o menos lo mismo.

Pues algunos consiguen el más difícil todavía, como estos dos amigos que navegan en un Arpège (un velero de 9 metros de eslora) ¡con una moto!:

La llevan amarrada en la cubierta de proa, donde recibe todas las salpicaduras de las olas, por lo que me imagino que la moto no durará mucho, comida por el óxido. Pero lo han conseguido.

Con cuidado, navegantes.

domingo, 2 de enero de 2022

Un sordo dio la vuelta al mundo en solitario.

 Hola navegantes.

Gerry Hughes es la primera y única persona sorda congénita que ha dado la vuelta al mundo en solitario y por la ruta difícil, la de los tres cabos (Buena Esperanza, Leewin y Hornos). Nació sordo profundo y se ha manejado siempre con el lenguaje de signos. A pesar de su minusvalía, Gerry consiguió llegar a ser profesor de matemáticas y navegante aficionado. 


 Me ha impactado especialmente su historia porque yo coordiné el grupo de trabajo que implantó el programa de cribado de la sordera congénita en Cantabria, y ahora los niños que nacen sordos consiguen oír y hablar gracias al implante coclear. Normalmente ya no necesitan el lenguaje de signos, o lo usan como un apoyo secundario.

El currículum de Gerry como navegante oceánico debutó con la vuelta a las islas británicas y dos travesías del Atlántico. Entre 2012 y 2013 consiguió finalizar una vuelta al mundo en solitario y por los tres cabos, que inicialmente iba a ser sin escalas pero finalmente tuvo que tocar tierra en tres puertos (Ciudad del Cabo, Hobart y las Malvinas) por diversos problemas técnicos. Estos fueron fundamentalmente de la electrónica, pero también un vuelco en el Sur de Buena Esperanza, que es lo peor que te puede ocurrir en esa travesía. Aquí podéis leer una entrevista de cuando llegó a su puerto de destino, Troon, en el Oeste de Inglaterra, después de 210 días en el mar habiendo recorrido 32.000 millas:

Clic aquí.

 En la siguiente foto sostiene un cartelito que dice "nunca, nunca, nunca te rindas", y que me gustaría que sirviera de lema para todos los que en algún momento de este año se sientan abrumados por los problemas y estén a punto de tirar la toalla.

Cuesta comprender que un sordo pueda navegar en solitario y por esas latitudes. De noche no ves venir las olas y sólo las oyes, con un ruido que dicen que recuerda a una locomotora. Uno de los avisos de que algo va mal en el barco es la aparición de ruidos nuevos. La radio y la telefonía son los únicos medios de mantener contacto con el exterior (tu familia en tierra y los barcos y los puertos). Y al ser sordo a Gerry le faltaban todas esas ayudas que te facilita el oído. Es increíble que haya logrado dar la vuelta al mundo en esas condiciones. Me quito el sombrero.

Con cuidado, navegantes.