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domingo, 28 de febrero de 2021

Uno que no volvió.

 Hola navegantes.

Cuando alguien intenta una navegación sorprendente y la termina se hace famoso, a veces por poco tiempo pero sus minutos de gloria se supone que le han valido la pena. Os he hablado de alguno: los que han cruzado el Atlántico, o incluso más, en artilugios sorprendentes, como en piragua, en un barril, en esquís, en balsa, en zodiac, en coches rellenos de espuma expandida, en windsurf, en veleros minimalistas donde no cabían tumbados, etc. Pero los que no lo logran y fallecen en el intento no sólo no se hacen famosos, sino que a veces nadie se entera de su fracaso, y por supuesto no se habla de ellos.

Pero a veces de alguno sí, por su fama previa. Es el caso de Bas Jan Ader, un curioso "artista" holandés que falleció en un intento de cruzar el Atlántico en un minivelero de 3,81 metros de eslora.

Bas había perdido a su padre cuando tenía sólo 16 días, fusilado por la Gestapo por ayudar a huir a unos 300 judíos de la Alemania nazi. Este drama se supone que le marcó toda su vida. Después de una infancia y una juventud sorprendentes y desadaptadas se hizo "artista conceptual". Su arte consistía en filmarse dejándose caer de los sitios más inverosímiles (el tejado de una casa, un árbol, en bici a un canal, arrastrado por el viento, etc), sin molestarse en explicar por qué eso era "arte" y dejando que los críticos le hicieran famosete con sus explicaciones.

Su contacto con el mar fue a los 20 años, embarcándose con un desconocido en un velero de 13 metros, "Felicidad", para cruzar el Atlántico. El capitán resultó ser un incompetente, no sabía usar el sextante y el barco estaba mal preparado, con lo que el viaje terminó en una sucesión de naufragios y salvamentos in extremis. Llegados finalmente a Estado Unidos, Bas conoce a su futura mujer y acude a la boda con muletas y cojeando como si estuviera discapacitado, cuando en realidad no le ocurría nada. Otra "performance" que no se molestó en aclarar, pero que a lo mejor también es "arte".

Durante unos años vivió de esta fama artística y practicó la vela ligera. A los 23 años quedó impresionado de la travesía del Atlántico de uno de los que sí lo consiguió, Robert Manry, en un velero de 4,10 metros de eslora, el "Tinkerbelle" ("Campanilla"). Posiblemente fue entonces cuando le dio la venada de extender su arte conceptual a la navegación y se propuso cruzar él mismo el Atlántico en un minivelero, tratando de superar a Manry. Adquirió un Guppy 13, de 3,81 metros de eslora, al que bautizó "Ocean Wave".


 Después de instalarle un timón de viento y aparejarlo con comida para 90 días y agua para 120, salió de Chatman, en la costa Este de EEUU, con dirección a Europa el 9 de julio de 1975.


Tenía 33 años y no se volvió a saber de él. En abril de 1976 se encontraron los restos de su barco al Sur de Irlanda, semihundido, sin el cadáver ni ningún rastro de Bas. Lo recuperó el pesquero gallego "Edouardo Pondal" y lo depositó en el muelle comercial de la Coruña, de donde fue robado y no se pudo investigar más. 

 

Se ha elucubrado con que Bas tal vez quiso grabar otra de sus performances dejándose caer al agua (había embarcado cámaras de fotos y de cine, y magnetófono, algo totalmente atípico en un barco tan carente de espacio). Otras teorías apuntan a un suicidio, o las más fantasiosas a una desaparición fingida para cambiar de vida. Nunca lo sabremos.

Aquí podéis ver una compilación de su "arte":

Clic aquí. 

Con cuidado, navegantes.

sábado, 27 de febrero de 2021

Un corazón en la estela.

 Hola navegantes.

En la Vendée Globe la navegante Samantha Davis estaba patrocinada por la asociación francesa "Initiatives-Coeur", que dedica el dinero recaudado a sufragar la cirugía cardiaca de niños afectos de cardiopatías congénitas. Se calcula que con la regata a conseguido salvar la vida a 102 niños.

En su honor, antes de entrar en a puerto de Les Sables d'Olonne, el final de la travesía, dibujó con la estela de su  barco un corazón en el mar:

 

Es un regalo inmaterial que consiste en dejar en el mar un mensaje con la estela de tu barco, que queda registrado sólo en la pantalla del plotter. Es similar a lo que hicimos Ana y yo en la rada de Brest durante nuestra vuelta a Francia, escribir el nombre de nuestro barco con la estela:


En nuestro caso la pretensión fue más modesta, pues no recaudamos nada y fue solamente un saludo para nuestros grumetillos de oncología, para que supieran que seguíamos teniéndoles presentes. El regalo es inmaterial porque es algo que no existe ni ha existido, ya que mientras haces una letra en la superficie del mar ya se ha borrado la anterior. Al ser inmaterial, si se pone de moda no nos arriesgamos a dejar el mar pintarrajeado cono la puerta del baño de un bar de carretera. Limpio y emocionante, su valor radica en las horas y en las millas "inútiles" que les dedicamos por seguirnos con tanta ilusión, y en el recuerdo precioso que representa para nosotros. Como dijo el zorro de “El Principito”, “sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos... Lo que hace más importante a tu rosa es el tiempo que le has dedicado. Los hombres han olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla”.

También fue emocionante la pancarta gigante que le dedicaron a Samantha sus seguidores, hecha rastrillando la arena de la playa, y que sólo podía valorarse desde el aire. También un regalo efímero, porque en pocas horas la borraría la marea: 

Podéis ver el vídeo aquí:

Clic aquí 

Con cuidado, navegantes.

viernes, 26 de febrero de 2021

El resultado de los alerones o "foils".

 Hola navegantes.

Finalizada la Vendée Globe (regata de vuelta al mundo en solitario y sin escalas) puede hacerse ya un balance del resultado de los barcos con alerones, esas alas que les permiten salir del agua.

Aunque en aguas tranquilas alcanzan los 30-40 nudos, en los mares arbolados del océano austral las grandes olas no les permiten desarrollar todo su potencial, y las medias han sido de 20 nudos. Los barcos sin alerones consiguen en esas circunstancias 19,5 nudos.

En una regata que dura 80 días, los barcos con alerones han conseguido de media 24 horas de adelanto.

Muchos barcos han roto los alerones y uno de ellos se ha partido por la mitad y se ha hundido en pocos minutos. Su tripulante salvó la vida de milagro.

En las siguientes fotos, el estado de alguno de ellos a la llegada. Otros fueron pura y llanamente arrancados del barco, o tuvieron que ser serrados por el tripulante para que no se rompiera y terminara agujereando el casco.



 Todo ello con un incremento del coste del barco de 500.000 euros (en otra entrada os hablé de 150.000 euros, pero los modernos ya rondan el medio millón). Y con un coste total del barco, entre ésta y otras tecnologías, de 6-7 millones de euros. Como veis, no se transmite una imagen de la vela como deporte precisamente popular. La realidad es bien diferente, la mayoría de los aficionados navegamos en barcos que cuestan menos que un coche.

El futuro de estos barcos dependerá, en mi opinión, de si se da prioridad a la seguridad o a la experimentación, y del dinero que quieran tirar los patrocinadores.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 25 de febrero de 2021

La isla-prisión de homosexuales.

 Hola navegantes.

La costa Oeste de Italia tiene muchísimas islas, y todas muy conocidas: Elba, Capri, Isquia, Las Eolias, algunas han protagonizado películas o el exilio de personajes históricos. En la vuelta a Italia iremos a conocer las más posibles. Pero la costa Este sólo tiene un pequeño archipiélago, justo frente al espolón que dibuja la "bota" de Italia:

Se llaman las Islas Tremiti ("Temblores"), y por otro nombre "Islas Diomedee". Este último se debe al héroe troyano Diomedes, atribuyendo la mitología estas islas a que habían sido originadas por él al arrojar tres grandes peñascos al mar. Otra versión es que Diomedes  fue enterrado en estas islas, y que tras su muerte sus compañeros fueron transformados en pájaros. Y hay un ave marina con ese nombre, que es como un albatros pequeño, que al parecer sólo habita en este archipiélago. Aunque todo esto os lo confirmaré cuando las visitemos. 

Están habitadas por una pequeña población (unas 300 personas) que curiosamente se llaman "tremitesi", o sea, "temblorosos". Son 4 islas, San Domino, San Nicola, Capraia y Cretaccio, aunque por lo que he visto en Google Maps, sólo deben estar habitadas las dos primeras. Ambas tienen un puerto minúsculo, con calado de unos dos metros, donde espero encontrar sitio para el Corto Maltés, y las dos deshabitadas sólo fondeaderos. Tanto San Domino como San Nicola tienen un  muelle para los ferries, que puede utilizarse después de que se haya marchado el del último viaje, a las 19 h. Todo el archipiélago es reserva natural y tiene algunas restricciones a la navegación y las actividades acuáticas, pero se puede acceder a ellas. En las habitadas no se permite circular en vehículos de motor. Y como todas las islas, históricamente fueron monasterio, cuartel, prisión, y lugar de destierro.

Cuando San Nicola era una isla prisión, había una violencia extrema entre los prisioneros. Se atribuía a la falta de mujeres, y el rey de Nápoles decidió desterrar allí a las prostitutas de Nápoles. Desde entonces, y pese a la distancia, allí se habla el dialecto napolitano. Durante la época de la Italia fascista la isla de enfrente, San Domino, fue un centro de confinamiento de homosexuales. Esa aberración acabó con la segunda guerra mundial. En 1911 fueron confinados en las Tremiti 1.300 libios que se resistían a la ocupación colonial italiana de su país, y un año después aproximadamente la mitad habían muerto, por lo que aquél destierro era casi una sentencia de muerte, como ha pasado en otras islas-prisión. De hecho en Francia al destierro en las islas de la Guayana Francesa lo llamaban "la guillotina seca", porque al parecer era todavía peor que el expeditivo pero rápido sistema de aliviar al cuerpo del inútil peso de la cabeza.  La costa de las islas es rocosa y con acantilados, e incluso cuevas en las que se puede entrar con el anexo. Y con fondos extraordinarios para bucear.

Un poco más al Norte está la isla de Pianosa, que es plana y sin puerto ni fondeadero, y por si fuera poco está prohibido acceder a ella y acercarse a menos de 70 metros de la orilla. Naturalmente allí no pintamos nada. 

Como curiosidad, Pianosa y Capraia son también islas homónimas del archipiélago toscano, que conocimos en la navegación a la isla de Elba.

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 24 de febrero de 2021

Esculturas sumergidas en la costa del Mediterráneo.

 Hola navegantes.

En la navegación con el Corto Maltés a la isla de Elba conocimos, por casualidad, el Cristo del Abismo. Es una escultura de Jesucristo en el fondo del mar, frente a la bahía de San Fructuoso, en Italia (44º 18,84’ N; 9º 10,42’ E). Os reproduzco aquí la experiencia, como la cuento en el libro "Un tripulante llamado Murphy":

"Habíamos leído en la Guía Imray el siguiente comentario:

“Un amigo, Jan Roos, cuando buceaba en esta bahía fue sorprendido por encontrar una estatua de Cristo de unos cuatro metros de alto bajo el agua, en la posición señalada. En la base de la estatua está escrito: Il Cristo degli Abissi”.

Le preguntamos al “ormeggiatore” por la estatua y nos dijo que, en efecto, allí estaba y nos indicó más o menos la zona. Después de poner el toldo sobre la bañera, porque allí dentro no corría la brisa y el calor era insoportable, nos bañamos para ir a conocerla. Y cuando la vimos nos impresionó por su belleza y el halo de misterio y de majestuosidad que la rodeaba. La llaman “Il Cristo degli Abissi” (“el Cristo del Abismo”) y es una escultura colocada en 1954 en el fondo del mar a 17 metros de profundidad, en homenaje a los fallecidos en el mar. El Cristo está con la cabeza y las manos vueltas hacia la superficie, dicen que en señal de paz pero también puede interpretarse como buscando el aire, y está asentado sobre una base con forma de caracola. Es de bronce aunque por las incrustaciones marinas parece de piedra o de hormigón, de unos dos metros y medio de altura y pesa 260 Kg. La idea nació del buceador Duilio Marcante que, tras la muerte de su amigo Dario Gonzatti en 1947 durante una inmersión (Dario fue el primer italiano en utilizar equipo autónomo de buceo) insistió en la colocación de una estatua de Cristo sobre el fondo marino en un lugar cercano al accidente. Fue creada por el escultor Guido Galletti con bronce procedente de la fundición de medallas, campanas y elementos navales (incluso hélices de los submarinos estadounidenses donados por la U.S. Navy) y la colocó la Marina Italiana. Tras la muerte de Marcante se colocó una placa en la base de la estatua en su memoria. En 2003 fue restaurada para preservarla de la corrosión y de las incrustaciones que la afectaban y, sobre todo para volver a colocar la mano desprendida por culpa de un ancla, que pudo ser recuperada por un buzo. Ahora está prohibido fondear y sólo puedes quedarte cogiendo una boya, como hicimos nosotros.

Una segunda estatua de bronce fue creada con el mismo molde y sumergida en la isla de Granada, en el Caribe. Fue un regalo de la marina italiana por haber rescatado a los pasajeros del MV Bianca C, un barco de pasajeros que se hundió en 1961 junto a sus costas. Gracias a los pescadores, barcos y pequeñas embarcaciones del país, se rescataron a más de setecientas personas que fueron llevadas al hospital de la isla. El barco se hundió debido a una explosión en la sala de máquinas, en la que murió un trabajador. Rápidamente el fuego se extendió, por lo que fue necesario evacuar el barco, y las llamas terminaron consumiendo y hundiendo la nave ante la incapacidad de los habitantes de Granada de sofocar un incendio de tal magnitud. Como agradecimiento les fue entregado un Cristo de bronce igual al de San Fructuoso. El molde de Galletti dio origen, por fin, a una tercera escultura, que está en Cayo Largo, Florida, a ocho metros de profundidad. La estatua de arcilla original se exhibe en el Museo Nacional de Actividades Submarinas de Rávena, Italia.

Fue impresionante bajar buceando al fondo a hacerle compañía y ver el Cristo entre cardúmenes de peces que se movían a la vez como un latido, en aquella luz tamizada por el agua, y sintiendo la presión de las profundidades en las gafas submarinas, los oídos y hasta en la piel del pecho, que hacía ondulaciones desplazándose sobre los músculos pectorales al descender. Nunca había buceado tan profundo a pulmón y yo mismo no me lo creía, pero como demostración recogí del fondo una pinza de nariz que había perdido otro buceador. Aunque para nosotros, y para el autor de la Guía Imray, el descubrimiento del Cristo había sido una novedad inesperada, el sitio ya estaba publicitado y el buceo para observar la estatua era una de las excursiones más populares de la costa de Liguria. Más adelante llegaron barcas y excursiones de buceo desde otros pueblos de la costa para verla, y el propio “ormeggiatore” tenía un embudo de visión submarina para que pudieran verla desde su lancha, sin ni siquiera bañarse, los que no se atrevían o no podían bucear tan hondo. Al parecer el Cristo se ha convertido en el símbolo de la pasión por el buceo y el mar, y para nosotros fue una de las mejores sorpresas de esta navegación. Murphy: 19, Corto Maltés: 17.


 Posteriormente me he enterado de que hay por lo menos otras 10 estatuas o grupos escultóricos sumergidos en distintas partes del mundo. El más grande es una de 60 toneladas en Bahamas, y el más variopinto un grupo humano de 500 esculturas de tamaño natural, incluyendo un hombre hecho sólo de orejas, en México. Y muy cerca de donde estábamos, en la Isla Gallinara, hay otro Cristo por encima del que pasamos, sin saberlo, en la navegación de ida, y del que os contaré algo en el siguiente capítulo".

Hasta aquí  la transcripción. Bueno, pues este verano, si conseguimos salir para intentar la vuelta a Italia,  no sólo volveremos a pasar por allí,sino que conoceremos otro grupo escultórico sumergido. Lo han colocado en los fondos marinos de la costa francesa, en el archipiélago de las Lèrins, a sólo 3 millas al Sur de Cannes. El archipiélago está constituido por dos islas, Santa Margarita y San Honorato, y algunos islotes. San Honorato fue un ermitaño que ocupó la isla del Sur, y según una leyenda Santa Margarita sería su hermana. En la navegación a Elba nuestra idea inicial era ir a San Honorato, la de más al Sur y más pequeña, que tiene un puerto y pasar allí la noche porque en Santa Margarita no hay muelle para visitantes. Pero nos habían dicho en la capitanía de Cannes que ya no tiene un metro de calado, como afirma la guía Imray, sino 80 cm, y esa diferencia fue suficiente para decidirnos. El Corto Maltés cala 70 cm con la orza subida y cualquier olita nos haría chocar con el fondo. Por eso nos quedamos en Santa Margarita. Pues en el estrecho entre ambas acaban de instalar, en enero, un grupo de seis esculturas monumentales (2 metros de altura y 9 toneladas cada una) a entre 3 y 5 metros de profundidad:

Están realizadas por el escultor británico James de Caires, que se ha inspirado en "el hombre de la máscara de hierro", un personaje misterioso que estuvo encarcelado en la prisión de la isla de Santa Margarita. A este personaje le hicieron célebre Voltaire y Alejandro Dumas. Se cree que era el hermano gemelo del rey Luis XIV cuando Francia era una monarquía, al que correspondía el trono, y que su hermano le mantuvo encarcelado con una máscara para que nadie se diera cuenta cuánto se parecía al rey. Los derechos dinásticos de los hermanos gemelos corresponden al que nace primero, lo cual es un puro azar pues si el parto es por cesárea se saca primero al que por parto natural hubiera sido el segundo. Por eso son frecuentes las rivalidades, sobre todo si uno de los hermanos tiene fácil el gatillo. "El hombre de la máscara de hierro" estuvo encarcelado, sin juicio ni archivos policiales, durante 34 años, de los cuales 11 en Santa Margarita. Sólo se le dejaba salir para asistir a misa, eso sí, todos los días. Aunque esta teoría del hermano gemelo del rey es la más extendida, en realidad la identidad del enmascarado no está clara. Hay más de 60 nombres que distintos investigadores han atribuido al personaje, incluyendo la hipótesis de que fuera una mujer, y la de que fuera el médico que hizo la autopsia al anterior rey, Luis XIII, en la que descubrió que era estéril y por lo tanto el sucesor era ilegítimo. 

Las esculturas recién sumergidas son de cemento marino no contaminante, y se espera que sirvan de refugio a numerosas especies, aparte de suponer un atractivo turístico para la zona. Cuando pasemos por allí sin duda que iremos a conocerlas.

Con cuidado, navegantes.

martes, 23 de febrero de 2021

Los barcos araña.

 Hola navegantes.

Si los barcos del futuro terminan siendo como estos, yo me borro.


Está claro que en nuestro cortísimo paso por la vida cada uno persigue su ballena blanca, pero me parece que los diseñadores de barcos están buscando la suya en el lugar equivocado, en el aire en vez de en el agua. Estos barcos parecen arañas, o mejor todavía, zapateros, esos insectos que se deslizan sobre el agua apoyándose en las patas, en realidad andando sobre la superficie sin  mojarse. 


Y ya os conté en otra entrada que el Trimarán gigante "Gitana 17", dotado de alerones y que iba a intentar batir el récord de la vuelta al mundo, había contratado para su tripulación a dos pilotos de avión en vez de a dos marinos, lo que da idea de cómo consideran los diseñadores a ese "vehículo".

Y lo malo es que ya no intentan sólo diseños para la alta competición, sino que pretenden difundirlos convirtiéndolos en barcos de serie, lo que se va a hacer con el de la primera foto, el "650 pro". Ya os lo he dicho otras veces, cuando me cruce con uno de esos, en vez de acercarme a admirarlo, que es lo que se intenta, me alejaré para que no me corte el Corto Maltés por la mitad con el alerón de barlovento.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 18 de febrero de 2021

Si Covid quiere.

 Hola navegantes.

Antiguamente los capillitas acompañaban la expresión de sus deseos con la frase "si Dios quiere", dejando claro que la última palabra la tenía el de arriba. En los tiempos que corren vamos a tener que sustituirla por "si Covid quiere", ya que ahora es el coronavirus el que la tiene, pero además en sentido literal, no figurado. Todos nuestros planes dependen de si la evolución de la campaña de vacunación permite adquirir inmunidad de rebaño, de la epidemiología en cada país y de que abran las fronteras. Con esas limitaciones, esta sería nuestra ruta definitiva de la vuelta a Italia este verano:


Hemos sustituido el plan inicial de ir al Mediterráneo por el Canal de  Midi por finalizar la vuelta tierra adentro, por el río Po hasta donde deje de ser navegable. El Canal de Midi ya le conocemos, el Po no, y los kilómetros de camión van a ser parecidos, así como la duración del viaje. Nos quedaremos a 50 millas de cerrar una vuelta completa a Italia navegando, porque más no se puede avanzar (por el Po nos meteríamos en los Alpes, y eso es demasiado hasta para el Corto Maltés).

Por lo tanto, llevaremos el Corto Maltés hasta Port La Nouvelle en un camión, y al final de Plasencia (Italia) hasta Santander. En total serán algo más de 3 meses de navegación y unas 2.200 millas en líneas rectas, aunque ya sabéis que a vela las distancias se incrementan mucho por los inevitables bordos para seguir el viento.

En el descenso por la costa Oeste de Italia iremos a conocer algunas de las islas del Mar Tirreno, y cerca de Sicilia las Islas Eolias y la costa Norte de Sicilia. En la costa Este sólo están las islas San Domino y San Nicola, que a lo mejor también nos acercamos a conocer. Y desde Venecia acabaremos con unas 300  millas por las aguas interiores, los canales del Po y finalmente por el mismo río Po hasta Plasencia.

La salida prevista sería a finales de mayo, como siempre, para aprovechar los días más largos y de buen tiempo. La parte mala, que llegaríamos a Venecia en pleno agosto, el peor mes para el turismo, y a lo mejor nos pasa como en París cuando dimos la vuelta a Francia, que entre el calor y las colas salimos escaldados. En cualquier caso, si finalmente salimos a intentarlo me voy a sentir como el que va a un tiroteo con una navaja, no podré evitarlo.

Con cuidado, navegantes.

martes, 16 de febrero de 2021

El balizamiento de la laguna de Venecia.

 Hola navegantes.

Yo sigo con los preparativos de la vuelta a Italia, aunque con el Covid empiezo a tener la sensación de tomar estos apuntes en la libreta de las cosas que no van a ningún lado. Como os dije, el balizamiento del entorno de Venecia data de los tiempos de Maricastaña y no se han molestado en adaptarlo al actual, quizás para mantener esa sensación de péndulo parado que rezuma toda la ciudad, aunque para los navegantes sea un quebradero de cabeza. O tal vez por su dificultad, porque la laguna tiene 600.000 hectáreas, y está plagada de canales entre una colección de islas habitadas o deshabitadas.

Los accesos a Venecia, como toda la parte del delta del Po,  pueden tener las balizas de babor marcadas con dos bandas paralelas blanca y roja en vez del color rojo estándar, y las de estribor marcadas con dos bandas paralelas negra y blanca, o pintadas enteras de negro, en vez del color verde estándar.

En la propia laguna de Venecia, todo el balizamiento está hecho con postes de madera como los del telégrafo, clavados en el fondo:

 

 

Hay que respetar los canales a rajatabla, porque aunque en ellos la profundidad es de 2 a 10 metros, fuera de ellos es de menos de un metro, con lo que la varada está garantizada. 

A estas balizas hechas con postes se les llama "Briccola" (en plural en italiano "Briccole") y las hay de tres tipos, cada una con su nombrecito:

"Dama":  son las balizas que marcan la entrada de un canal. Consisten en 4 postes, uno más alto rodeado de un trípode de 3 más bajos, y por lo menos éstos sí tienen los colores rojo y verde de babor y estribor:

 "Briccola": son las balizas estándar a o largo de los canales, y consisten en 3 postes unidos en forma de trípode en su parte superior por un aro metálico. Tienen una numeración correlativa para seguir un orden y no perder el canal, y el lado que marca la parte profunda es el del poste que tiene el numerito (o sea, tienes que navegar por el lado que te permita ir viendo los números). Si no tiene numerito, por el lado del poste que tiene una marca blanca. Si el canal tiene briccolas a ambos lados hay que ir por el centro. Al entrar en un canal nuevo que sólo tenga briccolas a un lado, en ese caso la anchura es desconocida. Si las briccolas las llevas a babor tienes que acercarte a ellas, y si las tienes a estribor alejarte. Saliendo del canal es al revés. O sea, se entra más bien por la izquierda y se sale más bien por la derecha.

 A veces las briccolas tienen un tope reflectante para verlas de noche. Entonces el reflectante rojo es el de la baliza de babor y el blanco el de la baliza de estribor.

Y a veces la misma briccola tiene el color verde para verlo desde un canal y el rojo desde otro. Si has dejado correctamente el verde a estribor cuando has entrado y te giras para ver la briccola cuando ya la has pasado, ¡entonces ves el rojo!. Para volverse loco. Hay que entrar en la laguna con todo muy clarito para no dejar una estela de uves dobles, y para no tener un accidente o una varada.

 "Meda": es como la anterior pero con un solo poste y con el mismo significado. En conjunto, ese plano de agua sembrado de postes me va a recordar mucho a la bahía de Arcachon, cuyos canales entre los parques de ostras también están señalados con estacas de madera numeradas. Hay que remontarse al mono para encontrar algo tan cutre, pero ha resistido al paso de los siglos, y tiene su tipismo.

Además, la laguna veneciana tiene límites de velocidad a la entrada de cada canal, expresados, curiosamente, en kilómetros por hora en vez de en  nudos. Algo muy poco marinero, pero es así en todos los canales que he conocido. Como curiosidad, es obligatorio navegar siempre con el motor arrancado, aunque se vaya a vela.

Finalmente, hay que sacarse una "placa LV" (por "Laguna veneciana"), equivalente a la Vignete del Canal de Midi, pero según  mis últimas informaciones sólo si el motor es superior a 10 CV, o sea que yo me libro.

Y como curiosidad, a pesar de estar tan dentro del Mediterráneo, en Venecia las mareas pueden alcanzar un metro, lo que hay que tener en cuenta al dimensionar las amarras. De forma excepcional -cuando coinciden grandes coeficientes con viento del Sur (Sirocco) y crecidas de los ríos- puede subir 1,94 metros, lo que se conoce como "aqua alta" y sumerge toda la ciudad. Estas mareas pueden generar corrientes de hasta 4 nudos, aunque comparado con lo que vivimos en Bretaña (hasta 11 nudos) será un juego de niños.

Lo que está claro es que para conocer la propia ciudad de Venecia hay que ir a pie o en Vaporetto. Aunque se puede circular por muchos de sus canales con tu propio barco, habría que desarbolar, y además no hay sitio donde amarrarlo. Y si lo hubiera, está prohibido dejar un barco amarrado sin nadie dentro, bajo multa de 135 euros. Es poco práctico quedarse uno bordo y el otro ir a hacer turismo.

Con cuidado, navegantes.

sábado, 13 de febrero de 2021

El balizamiento del Po.

 Hola navegantes. 

Aprovechando un viaje a Madrid he pasado por la librería Robinson a recoger el libro con la cartografía del río Po y sus canales. Aprovecho para deciros que considero esta librería una de las mejores del país en lo que se refiere a literatura náutica. Primero me localizaron la guía necesaria, que yo no encontraba ni por internet, y como no la tenían en existencias me la encargaron a Italia. Gracias, Juan.

Nada más empezar a leer me encuentro algunas sorpresas. La primera, que el río y sus canales tienen un balizamiento propio, distintos del que estudiamos en el CEVNI (es el permiso de navegación fluvial). Cuesta creer que con los años que hace que se homologaron las señales fluviales en Europa, algunas vías de navegación no hayan adaptado las suyas todavía. En el Po y sus canales se basan sobre todo en los triángulos rojos y blancos:

No voy a aburriros con los detalles, pero en un vistazo rápido podéis ver, abajo, que las de babor y estribor, en vez de rojas y verdes y con una marca de un rectángulo o un triángulo arriba, son rojas y blancas y con un rombo o una especie de espátula arriba. Muy originales, aunque ya veréis que son superadas por las de las laguna de Venecia, que son a base de estacas, y que os contaré otro día.

También me ha sorprendido encontrar la información del vano de los puentes pero no el calado de los canales, y que no informen de la existencia de grúas para arbolar y desarbolar. Por cierto, el vano de los puentes es de 4-5 metros, por lo que obviamente hay que desarbolar.

Ello me hace sospechar que esa vía fluvial no es utilizada por los veleros, lo que no es extraño pues no conduce a ninguna parte, al contrario que el Canal de Midi. Al ser un río y unos canales que terminan en una vía muerta no tiene mucho sentido meterse por allí con un velero, como intento hacer yo para cerrar lo más posible la vuelta a Italia. Es lo que más me gusta de mi velero de orza abatible, que vas con él al fin del mundo y, lo que es mejor todavía, vuelves, aunque sea en un camión. Si finalmente acabo con el Corto Maltés por esas aguas os contaré si estoy en lo cierto. Lo que no cabe duda es que me queda un buen número de gestiones telefónicas para aclarar estos extremos, y para encontrar un lugar donde me pueda recoger el camión que me devolverá a Santander.

Otra sorpresa es que la última esclusa antes de Mantova está en obras y cerrada, por lo que no sé si podré llegar hasta esa ciudad por los canales. Hay una vía alternativa que es bajar al propio río Mincio, un afluente del Po, y por él a Mantova, pero la navegación por el propio río es más arriesgada, por los bajos, que cambian cada año, los arenales, la propia corriente del río (que no existe en los canales) y la diferencia del nivel de agua según la meteorología (periodos de sequía o al revés, crecidas). Es otro detalle que tendré que aclarar.

Finalmente, me ha llamado la atención que las esclusas son de las grandes, de 100 o 200 metros, por lo que es de suponer que nos encontraremos mucho tráfico de gabarras de carga. ¡Qué ganas!.

Con cuidado, navegantes.

jueves, 11 de febrero de 2021

Graciosillo, el cura.

 Hola navegantes.

A veces a un publicista le da la vena original y hace algo como esto:

Para anunciar el catálogo náutico de Uship y poder decir que es el Sursum corda de la navegación, va y pone a uno con alzacuellos y zapatos náuticos diciendo "Mi biblia para la navegación". Supongo que la otra, la palabra de su dios encuadernada, se la tome  más en serio y no la llame "mi catálogo de navegación para la religión".

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 10 de febrero de 2021

Finaliza la vuelta al mundo con 81 años.

 Hola navegantes.

En las entradas de 28-2-20 y 26-10-20 os hablé de Yon Sanders, un prestigioso navegante oceánico que nada menos que con 81 años estaba intentando su undécima vuelta al  mundo a vela en solitario. Pues a pesar de la pandemia (que le inmovilizó 3 meses en el Caribe) y los típicos incidentes en estas aventuras, lo ha logrado. Ha llegado a su puerto de partida, Fremantle (Australia) el 31 de enero. Había salido de allí el 3 de noviembre de 2019 con su velero de 10 metros de eslora, el "Perie Banou II". En la foto, su estado a la llegada. Tened en cuenta que lleva en la chepa 450 días de navegación (15 meses)  al valorar su aspecto. ¿A que parece que viene de la piscina del hotel en vez de de dar una vuelta al mundo?.

 

Con esta hazaña se convierte, junto con el también australiano Bill Hatfield, en el hombre más mayor que ha dado la vuelta al mundo a vela (Bill lo hizo también el solitario, pero además sin escalas, sin asistencia, y "a la mala", o sea, de Este a Oeste, contra los vientos y las corrientes dominantes; os hablé de él en la entrada de 24-2-20). Algunos se preparan para apoyar la cabeza en la almohada de la eternidad sentados en una butaca con orejeras acariciando a un gato, otros prefieren aprovechar hasta el último día para disfrutar de sus aficiones y además transmitir algo a las generaciones venideras. En el caso de Yon, sensibilizar sobre la contaminación con plásticos del Océano. Había equipado su barco con materiales para tomar muestras de microplásticos de todos los mares que atravesaba, y cada día ha filtrado 115 litros de agua para analizar por los científicos.

A su llegada le preguntaron los periodistas si volvería a partir, a lo que contestó que aún  no se había planteado esa cuestión (¡acababa de llegar!) pero que nunca hay que decir "jamás".

Con cuidado, navegantes.

martes, 9 de febrero de 2021

Un velero sin casco.

 Hola navegantes.

Al verlo primero se me subieron las cejas hasta el flequillo, y luego me dio la risa. ¡Un velero sin casco!. Pero si lo pensáis bien, ya que con los alerones los veleros modernos navegan fuera del mar, y son capaces hasta de virar sin apoyarse en el agua, el casco sólo les sirve para entrar y salir de puerto. Y como esa parte no entra en la regata, para lo que es la pura competición podrían prescindir del casco, con lo que el engendro se aligeraría. Dicho y hecho, construyeron en Mirabaud LX, un velero sin casco:

 

Para alcanzar la velocidad inicial que le permita despegar necesita ser remolcado por dos semirrígidas, hasta que sale del agua como un esquiador y en ese momento le sueltan, y ya continúa navegando sobre los alerones. Debido a su ligereza, consigue navegar al doble de la velocidad del viento  que recibe, alucinante. Eso sí, no penséis en usar el barco para nada que no sea correr entre tres boyas. Es la superespecialización llevada al absurdo, como esas bicis de hacer malabares o esas motos de trial que no tienen sillín.

Con cuidado, navegantes.



lunes, 8 de febrero de 2021

domingo, 7 de febrero de 2021

Otra vez "la turbia".

 Hola navegantes.

Otra vez las lluvias intensas han decorado la bahía con el fenómeno de "la turbia", del que os he hablado otras veces, haciéndola parecer una peli en Technicolor:

Consiste en que el mar adquiere dos colores que no se juntan. El río Cubas arrastra tal cantidad de sedimentos que el color del agua en su desembocadura es marrón. Como además es agua dulce, no se mezcla con el agua salada y de color azul que ha entrado del mar, sino que quedan separadas por una línea que tarda varias mareas en difuminarse. Algo similar ocurre en el Amazonas donde confluye con su afluente el río Negro, cerca de Manaos, haciendo las aguas de dos colores un recorrido de más de cien kilómetros antes de mezclarse. 

En Santander, y visto desde lejos, la bahía adquiere un aspecto bicolor extraordinario. Si se navega por la línea de separación se comprueba que la parte azul está limpia y la marrón asquerosa (de cerca no es tan bonito). La parte sucia lleva muchos animalillos (caracoles, babosas, grillos y otros insectos, etc.) arrastrados de los campos que recorre el río Cubas, y en la línea de intersección, al confluir el agua dulce con la salada, se generan remolinos que hacen aflorar a la superficie todos esos animalillos. Por este motivo los peces se sitúan en esa frontera para alimentarse, y a su vez las gaviotas y otras aves marinas suelen revolotear por encima para comérselos a ellos. 

Si el río trae suficiente caudal, la mezcla no se produce dentro de la bahía sino en alta mar, y el agua marrón consigue "echar" de la bahía al agua azul y limpia, y su combate se prolonga hasta las inmediaciones de la Isla de los Ratones, en la entrada de nuestra bahía, o más allá.

Entonces la totalidad de la bahía queda de color marrón. Si además hay temporal en alta mar, se añaden más colores a la paleta, como en esta foto donde yo cuento al menos 6 colores distintos en el mar (gris, azul cielo, azul oscuro, marrón, negro y blanco):

En resumen, todo un espectáculo de vida que se disfruta mucho viéndolo de cerca. A veces pienso que debería ser obligatorio contemplar tanta belleza antes de que uno decidiera dónde iba a pasar el resto de sus días.

La parte mala, que por el fondo todo ese lodo de la turbia se va depositando, contribuyendo a cegar los canales de navegación y a colmatar la bahía.  

Con cuidado, navegantes.

sábado, 6 de febrero de 2021

Despedida de un amigo.

Es el padre del grumetillo  (clic encima para verla mejor). Tened cuidado porque el tiempo corre más deprisa que nosotros. Descanse en paz.

jueves, 4 de febrero de 2021

El feo, feo, catamarán hotel.

 Hola navegantes.

Uno puede construir el catamarán que quiera. Basta con elegir la longitud de dos cascos (será la eslora), unirlos por dos vigas (su longitud será la manga) y construir encima la superestructura que quiera. La estabilidad en el mar se la da la manga, más que el centro de gravedad como en los monocascos. Por eso hay tantos catamaranes de autoconstrucción.

Pero esa facilidad lleva a veces a construir auténticas odas a la fealdad. Claro que hay tantas canciones como versiones, y lo que para mí es horrible al dueño le parecerá precioso, por eso esta entrada está llena de subjetividad, y lo reconozco. Pero fijaos lo que han construido en Sri Lanka:


Un catamarán de 26 metros de eslora destinado a hotel. Sí, lo habéis leído bien, a hotel. El objetivo era disponer de un confort a bordo como el de los grandes cruceros a motor. Tiene diez camarotes, todos con una terraza privada al mar, capacidad para 22 personas, y se alimenta con energías limpias (todo el techo cubierto de paneles solares). El calado es sólo de 1,70 metros y desplaza 90 toneladas.

Aunque como barco es, quizás, lo más feo que he visto en mi vida, hay que reconocer el esfuerzo del astillero (Sri Lanka Yachting Club) por potenciar la economía de este país, que es una isla con forma de lágrima al Sur de India. Mano de obra barata, creación de formación profesional y empleos, situación en el corazón del Océano Índico, un destino creciente de la vela de crucero, etc. De hecho, algunos astilleros europeos y asiáticos le están encargando parte de su producción, aunque el catamarán hotel es de su propio desarrollo (por ahora un único ejemplar).

En cuanto a la navegación, pongo en duda que esa única vela sirva para algo más que para hacer creer a los clientes que van a vela. Tiene un único "mástil", que son en realidad dos haciendo un bípode que se une en lo alto, donde se enverga una única vela de proa, especie de génova gigante. Pienso que sólo servirá para apoyar un poco al motor y sólo con vientos portantes, porque desde luego es imposible que esa mole ciña con sólo una vela de proa. Y el abatimiento debido a la superficie de obra muerta expuesta al viento seguro que es imposible de contrarrestar con su pequeño calado. Pero en fin, se hizo para lo que se hizo, que es brindar vacaciones a los turistas y potenciar la economía local, y para eso seguro que sirve.

Con cuidado, navegantes.

miércoles, 3 de febrero de 2021

La tormenta se traga un puerto.

 Hola navegantes.

Esta es la tormenta Justine, y el puerto es Pors Loubous, en la Bretaña Norte, un poco antes del famoso Raz du Seine. Las olas sumergen completamente los rompeolas del puerto, dejándolo varios metros bajo el agua:



Mario y yo, al pasar por allí en la vuelta a Francia en el Corto Maltés, preferimos quedarnos en Audierne, el puerto anterior, que está en el interior de un río y por lo tanto más protegido del oleaje. Aunque también hacía un tiempo de no sacar al perro, aquél día no había ni mucho menos esas olas, pero no  me hubiera gustado entrar a pasar la noche allí, la verdad. Aquí el vídeo:

Clic aquí.

 Por cierto, allí quisieron hacer una central nuclear en 1978, y el proyecto se paralizó por la oposición popular. Después de ver lo que pasó en la de Japón con el tsunami, parece que fue una decisión acertada.

Con cuidado, navegantes.