Visitas al blog:

jueves, 16 de mayo de 2024

Las orcas hunden otro velero.

Hola navegantes. 

 El pasado domingo las orcas que atacan a los veleros hundieron otro en el Estrecho de Gibraltar. Se trata del velero de 15 metros Alborán Cognac, que venía de Canarias con dos tripulantes a bordo. Con éste ya van cerca de 700 ataques y 7 hundimientos, de momento sin víctimas  mortales porque, como otras veces, la suerte estuvo de su lado y navegaba cerca un petrolero, el MT Lascaux, que recogió a los dos tripulantes y los llevó a tierra.


 En esta entrada os conté el problema, y lo que nosotros estábamos preparando por si nos atacaban en el Golfo de Vizcaya al volver de Londres:

 Clic aquí.

La única novedad es que las recomendaciones oficiales dieron un giro de 180º. Cuando escribí la entrada anterior eran insulsas como una película tolerada: dejar el barco quieto hasta que terminaran, apagar el motor y la electrónica, intentar grabarlas para identificar a los ejemplares, dejarles que te rompieran el timón y si tenías mala suerte que te hundieran el barco, y cuando terminasen llamar a Salvamento Marítimo. Esas recomendaciones “oficiales” algunos medios las repetían como el muñeco del ventrílocuo, sin una lectura mínimamente crítica, y hasta se editaron panfletos para hacer circular entre los navegantes. Más adelante, y con el asesoramiento de los grupos de estudio de los cetáceos, las recomendaciones cambiaron, y entonces lo que había que hacer era alejarse a pleno motor hacia aguas menos profundas, con la esperanza de que fueran ejemplares juveniles que estaban esperando en la superficie el regreso de su madre con la caza. Si esta hipótesis fuera la cierta, los juveniles no se alejarían mucho de donde nos hubieran atacado.



 La pasividad de todo lo demás permaneció igual, y no han hecho ninguna otra cosa que recordar lo que prohíbe el RD 1727/2017, de protección de los cetáceos, que para repeler un ataque es tan efectivo como pedir auxilio a una pared. Porque omite lo que obliga la ley 14/2014, de navegación marítima (ambas citadas en la entrada anterior) para proteger la vida humana en el mar. El argumento de ser una especie protegida es una interpretación torticera y perezosa de la realidad, porque una vida humana siempre estará por encima de la de una especie animal protegida. Sin ir más lejos, en el Ártico es obligatorio desembarcar con un rifle por si te ataca un oso polar, y si eso ocurre se considera normal dispararle para protegerte tú o tu familia. La inacción es comparable a que en un safari park un león atacara a tu coche con tu familia dentro, y fuese ilegal hacer cualquier cosa para protegerte. 

 Nosotros este año vamos a navegar a las Rías Bajas pero esperamos salir de allí antes de agosto, que es cuando suelen llegar las orcas emigrando detrás del atún rojo. Desde luego este problema dejado enquistar va a cargarse el turismo náutico de Galicia, Portugal y Andalucía. Cada vez nos pensamos más ir a navegar por allí, y si la amenaza sigue, los navegantes dejaremos de ir.

Con cuidado, navegantes.

martes, 14 de mayo de 2024

Presentación en Getxo.

Hola navegantes. 

 La Asociación Vasca de Capitanes, Patrones y Navegantes ITSASAMEZTEN me ha invitado a presentar el libro "Me acostumbré al cenizo" en Euskadi, concretamente en Getxo. Será el viernes 24 de mayo a las 19 h. en su sede, Paseo de Arriluze 1, junto al puerto deportivo.

Es el libro donde relato la navegación de Santander a Londres en el verano de 2023, hasta ahora la peor de las realizadas con el Corto Maltés por los temporales, las averías y la deserción de un tripulante, que me dejó tirado a 1.500 km de Santander en su primer día de navegación por un simple mareo. Y a eso obedece el título. El gafe de Murphy se embarcó en Granville (Francia)  y cogió tanta confianza a bordo que terminé acostumbrándome a él como a una cefalea o a un dolor de muelas. Durante todo el viaje el cenizo se me aparecía como un duendecillo haciéndome sus malditos comentarios y predicciones negativas al oído, y al final yo le miraba como el que mira a una verruga en el pie, que te molesta pero no puedes quitártela y te acostumbras a vivir con ella. Para que vosotros también le tengáis presente durante la lectura, he puesto los comentarios del gafe con otro tipo de letra. Al final del libro veréis que, aunque nos hizo el viaje más incómodo, ganarle la batalla y seguir pensando que esto de la vela merece la pena fue otra victoria, además de la principal que fue conseguir llegar a Londres. Porque os aseguro que el cenizo no va a hacerme dejar de navegar.

Como siempre podéis pedirme el libro a alvarogaledo@gmail.com, y os lo enviaré dedicado con una dibucarta. Además durante el mes de mayo, que haré las presentaciones, os ofrezco juntos el de la vuelta a Italia y el de la navegación a Londres por 30 € los dos (su precio normal son 40 € los dos).

 


 Con cuidado, navegantes.

domingo, 12 de mayo de 2024

Volcar o no volcar.

Hola navegantes. 

 Volcar es lo segundo peor que le puede pasar a un velero de crucero, por detrás del hundimiento y al mismo nivel que el incendio.

 Un velero puede volcar de dos formas: de lado o por la proa. 

1) El vuelco de lado es el más habitual, cuando la escora supera su capacidad de adrizamiento o cuando un a ola rompiente le golpea de lado. Ya os dije que es suficiente una ola cuya altura sea el 30% de la eslora del barco para volcarlo.


2) El vuelco por la proa, o "pasar por ojo" es mucho más excepcional. Sólo ocurre con las olas  monstruosas de los cuarenta rugientes (las altas latitudes del hemisferio Sur) y en las olas rompientes de las entradas de los ríos. Cuando esas olas te vienen por la popa, en la bajada de una de ellas el barco puede coger tanta velocidad que la adelante, y "pinche" a la que lleva delante. Entonces la proa se frena en seco y la popa se eleva, volcando hacia delante.

Para evitar el vuelco por la proa de llevan rastras o un ancla de capa por la popa para frenar el barco, como os expliqué aquí:

Clic aquí. 

 En los dos casos las consecuencias peores son la rotura del palo, la inundación parcial y la proyección de todos los objetos sueltos del interior (ollas, cuchillos, herramientas, líquidos, botella de gas de la cocina,  etc.) que dejan  malherido a cualquiera que se encuentre dentro, la pérdida de los tripulantes de cubierta si no llevan el arnés o su ahogamiento si lo llevan y quedan atrapados debajo del agua, etc. Los tripulantes que han quedado atrapados dentro suelen quedar impresionados por el silencio que sobreviene en el barco volcado (deja de oírse el rugir del viento en la jarcia y el romper de las olas) y la blandura de su  nuevo suelo (están andando sobre lo que antes era el techo de la cabina, donde la fibra es más fina y ondula con los  movimientos del mar).

En los  monocascos es habitual que otra ola los enderece, por el peso de la quilla al aire, pero en los trimaranes y catamaranes eso no ocurre nunca, ya que son más estables boca abajo que en su posición normal. Por eso llevan trampillas de evacuación para poder salir al exterior con el barco volcado.

 Una vez enderezado el barco vuelves al mundo exterior, más penoso que el silencio del que sales, para enfrentar nuevos problemas. Porque los restos del palo quedan unidos al barco por la jarcia, y en mitad del temporal golpean contra el casco y la cubierta y pueden hacerle una vía de agua.Por eso es básico llevar, en el material de seguridad, una cizalla para cortar los cables y una VHF portátil, ya que la antena de la principal (en el palo) se arranca con el vuelco. Y luego queda, por supuesto, rescatar a los que han caído al agua, atender a los heridos, achicar la inundación, y colocar lo mejor posible el cafarnaún del interior.

Por contra, en la vela ligera el vuelco no sólo no es un drama sino que a veces, en las escuelas de vela, se les obliga a volcar para practicar la maniobra de desvolcado. Aquí no se pierde nada, el palo no se rompe, los niños salen nadando riéndose con carcajadas líquidas, y aprenden a subirse sobre el casco volcado, hacer palanca colgándose de la orza, y saltar en el último momento para no quedarse debajo del barco. Y a veces hasta aprovechan para hacerse fotos:

Dos consecuencias muy diferentes según la vela que se practique.

 Con cuidado, navegantes.

domingo, 5 de mayo de 2024

jueves, 2 de mayo de 2024

El libro de la navegación a Londres, ya está disponible.

Hola navegantes. 

 Ya está disponible en libro de la navegación a Londres en el Corto Maltés. Aparte de en todas las librerías de Internet, es mejor comprarlo a la propia editorial ExLibric a través de la columna derecha de este blog.


Un poco más abajo en la misma columna podéis acceder a las fotos del libro, donde dice "Para ver las fotos de "Me acostumbré al cenizo...": clic aquí". Están clasificadas por capítulos, y en el libro cuando corresponde una foto el texto está en negrita.

Con cuidado, navegantes.