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jueves, 30 de mayo de 2019

Más sobre el accidente del My Song.

Hola navegantes.


Un refrán turco dice que "cuando el carro se ha roto, muchos os dirán por dónde no se debía pasar".  No quisiera caer en ese tópico, pero al  ver las fotos de cómo iba sujeto el My Song en el mercante no puedo aguantarme dar una opinión:





Y mi opinión, aunque por supuesto puede estar equivocada, es que me parece increíble que un barco de 120 toneladas vaya sujeto con esas cintas, apoyado sólo en dos cunas tan altas y estrechas, en el borde de la cubierta del mercante, y con el mástil puesto, lo que eleva el centro de gravedad y aumenta el balance de todo el velero sobre su cuna con las olas. Parece amarrado para un transporte por canales más que por el océano, donde se sufren olas de cinco metros a diario, y en los temporales de 12-15 metros. Vamos, que está amarrado como para tentar al diablo, y así les fue.

Fijaos ahora lo que probablemente acabe en el fondo del mar:



Cualquier parecido de "eso" con lo que entendemos por un "barco" es pura coincidencia.

¡Con cuidado, navegantes!.

Por cierto, qué risa en las fotos de ayer la brocheta de 28 tripulantes sentados para hacer bandas. Más de dos toneladas de "lastre" para equilibrar bien el supervelero.

miércoles, 29 de mayo de 2019

El superyate My Song, de 40 metros, se cae de un mercante.


 Hola navegantes.

Veréis que las desgracias no nos ocurren sólo a los barquitos modestos. En efecto, el superyate My Song, con un valor de 30  millones de euros y propiedad del multimillonario italiano Pierluigi Loro Piana (uno de los más ricos de la lista Forbes) se ha caído al agua desde la cubierta del mercante que le trasladaba del Caribe a Las Baleares el pasado sábado, un poco antes de llegar a las islas. Este tipo de transporte es habitual para los veleros que cruzan el Atlántico y luego se ven sin fuerzas, sin tripulación o sin tiempo de hacer la navegación de vuelta a Europa a vela. Aunque eso sí, las tarifas de este tipo de transporte también son  multimillonarias.


 
El My Song tiene 40 metros de eslora, 8 y pico de manga, pesa 120 toneladas (el Corto Maltés poco más de una tonelada) y tiene una quilla retractable de 30 toneladas, que hace pasar el calado del barco de 7 metros a 4,8 al retraerla. El barco está construido en carbono, el material más ligero y resistente conocido en la náutica, pero que por su precio suele utilizarse sólo en embarcaciones pequeñas.

La superficie vélica era de 2.210 metros cuadrados (el Corto Maltés 30 m2) lo que le permitía alcanzar unos picos de velocidad de 28 nudos. La motorización era un 6 cilindros de 8.700 cc. El depósito de combustible era de 7.000 litros (18 días de autonomía) y el de agua de 2.400 litros. 
 



Su destino final era Porto Cervo, para participar en una regata de superyates. El mercante que le transportaba era el "Brattingsbord" de la compañía Peters & May. La caída de la carga al agua sucede raramente (temporales que escoran el barco y hacen que se suelte la carga, especialmente contenedores), constituyendo un peligro para otros barcos que pueden chocar con ellos, porque suelen quedar flotando entre dos aguas. En las siguientes fotos, el My Song después de caer al agua:





   Por ahora no se sabe si el barco podrá ser recuperado ni la extensión de los daños, aunque una caída libre desde esa altura es muy probable que lo haya dislocado o roto sin remedio.


¡Con cuidado, navegantes!.

domingo, 26 de mayo de 2019

Primera navegación Carpe Diem de 2019.

Hola navegantes.

Ayer hicimos nuestra primera navegación con los niños de Valdecilla de este verano. Por la mañana estuvo nublado y cayeron algunas gotas, pero esta vez el pronóstico acertó y por la tarde se despejó y pudimos navegar tranquilamente con un viento del Oeste que se dejaba tutear, y luciendo el sol entre las nubes. Vino muy bien, porque algunos niños era la primera vez en su vida que embarcaban y si en su primera navegación se marean o lo pasan mal es difícil que prenda la afición.

Empezamos enseñándoles las normas de seguridad y a continuación las maniobras para desamarrar. Aquí podéis ver a la benjamina del grupo, con cuatro añitos, aprendiendo a manejarse con las amarras y con el bichero:



Luego dimos unos bordos por la bahía junto a los otros barcos que salieron con el grupo, el Kalama y el Karen V. Aunque este año se han apuntado al grupo 21 niños, en esta primera salida vinieron pocos porque algunos están todavía con exámenes. Hicimos un intento de salir de la bahía hacia la Isla de Mouro, pero al empezar a recibir las olas nuestra benjamina se mareaba, y dimos media vuelta.





También aprendieron a izar las velas,  manejar el winchi y llevar el timón:





A media tarde fondeamos frente a La Magdalena para merendar. Lo hicimos como siempre, en  fila en lugar de abarloarnos, porque en la posición de abarloados (o sea, amarrados de costado) si vienen olas los cascos se golpean y, en los veleros, los mástiles pueden engancharse. Además así tiene más emoción pasar de un velero a otro para merendar y saludar a los amigos. Todavía no hacía calor y el agua estaba fría, y nadie se bañó.


Como fondeamos en un lugar expuesto a la marea, dio la mala suerte de que el viento y la corriente eran contrarios (el viento del Oeste y la marea del Este) y en esas condiciones los barcos de descolocan. Según la forma de cada uno les afecta más la corriente (los que tienen mucha obra viva, o sea, mucha parte sumergida) o más el viento (los que tienen más arboladura, o sea, palos más grandes) y terminan yéndose unos contra otros y no dejándote tranquilo. Para evitarlo echamos por la popa del Corto Maltés el ancla de capa, que al aumentar la fuerza con que tiraba la corriente mantuvo bien la fila fila todo el tiempo que estuvimos fondeados.

Después vino otra plácida navegación a vela para volver cada uno a su puerto. Como llegamos pronto, esperamos a los padres enseñándoles a pescar quisquillas y cangrejos con el esquilero


En resumen, una tarde magnífica para empezar la actividad. La siguiente salida será el 8 de junio.

Para terminar, aquí va la dibucarta de nuestra primera navegación. Instrucciones para los nuevos: hay que ir girando la pantalla a medida que se lee. Cuando la frase se interrumpe con puntos suspensivos, hay que seguir donde vuelve a aparecer el mismo número de puntos suspensivos: si son dos, donde vuelve a haber dos puntos, y si son tres, donde vuelve a haber tres. Hay que poner la traducción abajo, en el apartado de "Comentarios". Cada dibucarta que se acierte suma puntos y al que la acierte le regalo el dibujo original. A  largo del verano el que acumule 10 puntos tiene premio, que es poder llevar a navegar a un hermano o un amigo. ¡Animo que es fácil!.



¡Con cuidado, navegantes!.

martes, 21 de mayo de 2019

Empieza Carpe Diem en Murcia.

Hola navegantes.

Será en el Mar Menor, de Murcia, y van a llamarlo "Navegando por la vida", pero es una nueva localización de la actividad de vela solidaria con niños de oncología, en este caso del Hospital Virgen de la Arrixaca. Aquí podéis oír la entrevista:

Clic aquí

Esta actividad se está haciendo ya en:

  • Cantabria desde 2003.
  • Getxo desde 2016.
  • Laredo desde 2017.
  • Huelva y Sevilla desde 2018.
  • Murcia ahora, desde 2019.
Podemos estar orgullosos, los más de 100 capitanes y sanitarios que hemos participado en Santander, de que la actividad se extienda.

viernes, 17 de mayo de 2019

El Corto Maltés en la revista náutica "Practical Boat Owner".

Hola navegantes.

La revista "Practical Boat Owner", una de las de mayor tirada de la náutica deportiva (más de 29.000 ejemplares de difusión mensual) recoge en su número de junio de 2019 nuestro paso por las esclusas del Canal de Midi cuando volvíamos al Golfo de Vizcaya terminando de dar la vuelta a España. Era en el ya lejano mes de agosto de 2012, y Luis y yo, en esas etapas acompañados de nuestras chicas, disfrutábamos de las plácidas aguas interiores de Francia: 600 km y 174 esclusas que nos hicimos  en poco más de dos semanas. Como comparación, en la vuelta a Francia de 2018 cruzar Francia de Norte a Sur significó recorrer 713 km y 200 esclusas por los ríos y canales, y nos llevó un mes.



La segunda foto es del Corto Maltés en la esclusa de Castets-en-Dorthe, la última antes de desembocar en el río Garona, y que por eso es una esclusa especial. 
 


En primer lugar porque se usa muy poco, ya que las peniches de alquiler no tienen derecho a abandonar el canal, y por lo tanto ellas no la usan. En segundo lugar porque salva un desnivel enorme (más de 7 metros), o al menos así nos lo pareció en la vuelta a España. Si hubiéramos sabido que en vuelta a Francia, 6 años después, pasaríamos por esclusas, como la de Bollène, con 23 metros de desnivel, a lo mejor la calificaríamos de otra manera. Y en tercer lugar porque su horario está supeditado al de las mareas de ascienden por el río Garona. Por eso hay que solicitar hora de paso por teléfono y estar a lo que nos indique el esclusero. Con tantas variables y teniendo en cuenta además que tenía que coincidir una pleamar con el horario laboral de los escluseros (no sirven las pleamares nocturnas) nos preocupaba que hubiera cola para pasarla y perdiéramos un día o dos en descenderla. Por eso íbamos un poco apresurados. 

Llamamos por teléfono al esclusero de Castets-en-Dorthe, Jean Christophe, y quedamos en que le llamaríamos por el intercomunicador desde la esclusa 51 (la antepenúltima), nos dejaría activado el mecanismo automático de la 52 (la penúltima) y él estaría esperándonos en la 53 (la última). Nos sorprendió la precaución de tener en condiciones normales inactivada la penúltima, sin duda para que las peniches de alquiler no pudieran pasar más allá de ese punto. El paisaje entre las ultimas esclusas era diferente al que conocíamos: había muchísima animación en las orillas, muchos ensanchamientos del canal haciendo como lagos de montaña, rodeados de vegetación, y también aparcamientos de coches, restaurantes, prados con gente pasando el día, merendando en mantas sobre el césped, aspecto de ciudades de veraneo, etc. Se notaba que por aquellas esclusas, ya al final del Canal de Midi, navegaban pocos barcos, porque en todas ellas alguien nos veía acercarnos y luego los hechos se sucedían como un torbellino, hasta que todo el público estaba arremolinado alrededor para observar nuestras maniobras.

Jean Christophe era un tipo simpático pero muy serio y servicial. Tal vez influyera su deseo de agradar a los pocos veleros que ya pasábamos por su territorio. En varias ocasiones en la vuelta a España nos preguntamos qué había sido de la vela bohemia. Pues parece que ya estaba muriendo por sí misma; en todo el canal sólo nos cruzamos con cuatro veleros haciendo un tránsito como nosotros  de un mar a otro, cuando nos habíamos imaginado auténticas procesiones y multitud de contactos e intercambio de anécdotas con navegantes de las más diversas partes del mundo. 

Jean Christophe llamó personalmente a distintos sitios de Burdeos donde podríamos arbolar el Corto Maltés, ya que por el Canal de Midi íbamos desarbolados, a las marinas donde podríamos quedarnos a dormir, y nos dio indicaciones para el descenso del Garona con sus corrientes de marea impresionantes. Muchas personas se acercaron a preguntarnos a qué hora exacta íbamos a descender al Garona, para no perderse el espectáculo. Finalmente hacia las 18 h. bajamos la última esclusa en Castets-en-Dorthe que es de mecanismo manual, y llegamos a las aguas del estuario del río Garona que comunica directamente con el mar y donde ya se notaba el efecto de las mareas que nos llevarían a Burdeos. Fue la esclusa más alta de todo el viaje, y al tocar con el casco las aguas del río algunos espectadores aplaudieron, y nosotros nos dimos algún tímido abrazo emocionado. Habíamos terminado con éxito nuestra travesía de Francia por los canales, y ya paladeábamos el fin de la vuelta a España y el regreso a casa.

¡Con cuidado, navegantes!.

jueves, 16 de mayo de 2019

viernes, 10 de mayo de 2019

El jubilado del barril lo consiguió.



Hola navegantes.

En la entrada del 27 de diciembre de 2018 os conté le historia de Jean-Jacques Savin, un jubilado que, a los 72 años, intentaba cruzar el atlántico dentro de un barril de 6 metros cuadrados, simplemente arrastrado por las corrientes. Volved a leerlo por los detalles. Pues el tío lo ha conseguido.

Se ha pasado 4 meses dentro del barril arrastrado a una velocidad de caracol (2 nudos) sin  ningún tipo de control sobre su artefacto, que ha sido arrastrado al azar por las corrientes oceánicas. Aunque llamar "barril" a esto tal vez sea un poco exagerado:



Desde luego es más espacioso y cómodo que el Corto Maltés.

Llegó a la isla de Saint Eustatitus (Statia), al Norte del arco del Caribe, una islita minúscula de 3000 habitantes, donde fue recogido por los miembros de un club de buceo, acercado a tierra y luego invitado a alojarse en un hotel. Le invitaron a una habitación con vistas al Océano (por si no había tenido suficiente) y le agasajaron con una "raclette" de queso suizo.
 


El barril fue remolcado a puerto y sacado del agua con una grúa:
 




A la llegada dijo que su entretenimiento principal en estos 128 días fue la pesca, a través de los ojos de buey de su barril.

 Ahora tiene que hacer los trámites para trasladar el tonel a la Isla francesa de Martinica, y desde ella llevarlo de vuelta a Francia en un mercante.




 ¡Bienvenido!.

jueves, 9 de mayo de 2019

Pasamos por el varadero.

Hola navegantes.

Como todos los años, pasamos por el incómodo trámite del varadero. Se hace para renovar la pintura antiincrustante, o "patente", que evita que se peguen algas y caracolillos en el casco y nos frenen en la navegación. Hay que sacar el barco del agua con una grúa, para trabajar en seco. Aunque es una de las inversiones importantes en el barco cada año, no veas qué contento te quedas cuando le ves salir así:




Y le devuelves al agua así:


En el intervalo, el barco se apoya en una "cuna" y se aprovecha para revisar todas las estructuras de la "obra viva", que es como se llama la parte sumergida del casco y que habitualmente no ves bien (puedes inspeccionarla buceando, pero no es lo mismo y no puedes trabajar en ella).


Finalmente vuelve al agua:


Y en ese momento te quedas todo contento, porque es como el pistoletazo de salida del verano y empiezas a soñar con todas las aventuras que te esperan en los meses de buen tiempo. Nosotros ya estamos empezando el adiestramiento de los médicos y enfermeras para las navegaciones Carpe Diem de los meses inmediatos (empezaremos a finales de mayo) y la navegación larga de este verano, que será hasta Anglet, en Francia, en la desembocadura del río Adour, recorriendo todos los puertos de Euskadi, especialmente los pocos en los que aún no hemos entrado. La vuelta a Italia la dejamos para el año que viene.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Sí, los barcos arden.


Hola navegantes.

Solemos relacionar el riesgo en los barcos con el hundimiento por una vía de agua.  En ese error incurre a veces hasta la Administración, hasta el punto de que en algunos países los barcos insumergibles están eximidos de llevar balsa salvavidas. Se asume que el único riesgo de tener que abandonar el barco en una balsa es el hundimiento, y como el barco es insumergible por su propia construcción  nunca habría que abandonarlo.

Pero no es así. Los barcos arden, y con mucha facilidad. Fijaos en este que se hundió hace poco en Baleares por un incendio. La llamas pudieron con el barco en 20 minutos, y se puede ver cómo la propia fibra del casco arde como si fuera cartón.


Ocurrió en Formentera. El capitán sintió olor a quemado, y detectó un incendio en la cocina. A pesar de utilizar los extintores de a bordo el fuego se extendió, y tuvo que saltar al agua para salvar la vida. El resto de la tripulación estaba en tierra y por suerte no hubo víctimas. Pero impresiona ver con qué facilidad ardió todo, hasta el casco, y cómo el barco se hunde en pocos minutos. Imaginaos en alta mar y sin balsa. Podéis ver el vídeo completo:

Clic aquí

En mi barquito la ley me exige llevar un extintor de 2 Kg de polvo seco, y llevo uno de 6 Kg (el triple). Toda precaución es poca. Podéis ver detalles en la entrada de 12-5-2017.

¡Con cuidado, navegantes!.

lunes, 6 de mayo de 2019

Dibufirma de Moitessier.

Hola navegantes.

A veces me preguntan si tengo algo contra Bernard Moitessier. Claro que no, lo que pasa es me da mucha curiosidad la otra parte de la vida de los héroes. Para que veáis que le aprecio como navegante y como narrador, aquí está su dibufirma con la silueta de su barco más famoso,  el Joshua:


domingo, 5 de mayo de 2019

Una pequeña gran artista.

Hola navegantes.

Ayer fue la reunión preparatoria de las navegaciones Carpe Diem, y una de nuestras grumetillas, Susana, fijaos lo que ha hecho:




Un auténtico "Corto Maltés" con todos sus detalles: los candeleros, el motor, la silueta del Corto, la pala y la caña del timón, el panel solar, el Génova enrollado, la funda de la mayor, las rayas del casco, el pabellón, ... todo. Eso sí, le ha llevado casi dos años el trabajo. Ha sido emocionante.

Gracias, Susana.