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domingo, 15 de junio de 2025

Una pausa en Burdeos.

Hola navegantes. 

Lo primero que quiero es manifestaros mi desolación, pero a la vez mi alegría, por la situación de la navegación fluvial. Fijaos cómo está estos días el pantalán de honor de Burdeos:



A mediados de junio  y en pleno centro de una ciudad histórica, VACÍO. Un pantalán de unos 300 metros donde cabrían 40 barcos, que cuesta 22 €/día, y el único inquilino era el Corto Maltés. Una tristeza por el desconocimiento de la navegación fluvial, pero a la vez una alegría porque así los pocos que venimos lo tenemos fácil.

Aprovechando que estábamos amarrados en paralelo al pantalán hemos hecho la "trompa" para la parte posterior del palo, ya sabéis, por si golpea en las paredes de la esclusa que no se rompa nada.


En Royan no pudimos hacerla porque no alcanzábamos el extremo del palo desde el pantalán. 

También he puesto los muelles de amortiguación en las amarras. Cuesta creerlo pero en los ríos dan más tirones que en el mar, por la propia fuerza del río y por las olas de los barcos de turistas que pasan a toda caña a pocos metros de los barcos amarrados. 


También podéis ver el color marrón del agua, que ya va a ser así hasta el Mediterráneo.

Otro peligro de los ríos es el de los árboles que arrastran. Aquí os enseño el que se enganchó a esta peniche, que le bloqueó el motor aunque consiguió sacarlo con sus medios. Lo hemos dejado amarrado al pantalán hasta que la autoridad portuaria nos diga qué hacer con el. El de la peniche cree que le mandarán soltarlo cuando la marea esté bajando... y se lleve el tronco y el problema a otro barco y a otro lugar.



Yo estoy esperando en mi choza el reencuentro esta tarde con Ana, que se incorpora para navegar conmigo los siguientes dos meses. A ver lo que da de sí el verano. Casi seguro que nos quedemos el lunes en Burdeos para recorrer los sitios que conocimos en navegaciones anteriores, y el martes vayamos a Castets-en-Dorthe. Es la primera esclusa del canal, la que salva el desnivel entre el río Garona y los canales. Tiene una altura considerable y sólo se puede acceder cuando el río está en pleamar (sí, aunque parezca mentira estamos a 160 km del mar pero hasta aquí llega la marea). Por eso sólo se abre una vez al día, con la pleamar diurna. 


Además tiene una medidas de seguridad especiales, más pensadas para los que van en sentido contrario a nosotros, o sea  de los canales al mar. Ya os dije que las peniches de alquiler se pueden tripular sin ningún permiso. Todo va encaminado a que esos tripulantes inexpertos no puedan pasar al mar, donde no tienen permiso para navegar. Por eso las dos últimas esclusas no son automáticas, como todas las de ese tramo del canal, sino controladas por esclusero y solicitando cita previa. Los escluseros comprueban tus permisos y sólo te abren la esclusa si están en regla. 

Además (esto lo comprobamos en la vuelta a España) no paran de insistirle en que desde el mismo momento que flotas en el Garona, aparentemente tan lejos del mar,  estás sometido a las mareas, a efectos de los amarres en los puertos (para no quedarte colgado del muelle cuando baja la marea) como de las corrientes, que en el Garona pueden ser de 4 nudos. Los que vienen del Mediterráneo no están acostumbrados a esto y su primer contacto con el fenómeno de las mareas puede ser desastroso.

 Con cuidado, navegantes.

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3 comentarios:

  1. Hola Álvaro. No sé si llegarás a considerarlo como otro de los peligros de la navegación fluvial, pero viendo las fotos que os hicisteis llegando a Burdeos me pareció que tiene que haber cierto riesgo cuando te mueves por el barco, fuera de la bañera. Desarbolado, no hay donde agarrarse si te desequilibras.

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    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    2. Tienes toda la razón. Iba a contestarte que en los ríos caudalosos también echo la línea de vida por la popa, pero al revisar las fotos he visto que justo en esa etapa se me olvidó. Nadie es perfecto. Igual que no hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión, tampoco la hay si te caes al agua sin línea de vida, y menos con aquel agua marrón que si te hundes desapareces de la vista, y con aquellas tormentas. En los canales no la pongo porque la orilla está muy cerca y sería un incordio en las esclusas. Un saludo y gracias por seguirnos y fijarte en estos detalles.

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