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jueves, 27 de septiembre de 2018

Balance de la vuelta a Francia en Onda Vasca.

Hola navegantes.

El próximo domingo 30, a las 22 h., me entrevista Edu Araujo en Onda Vasca para valorar las experiencias adquiridas en la vuelta a Francia. Podréis escucharlo en directo aquí:

http://www.emisora.org.es/onda-bilbao/


Un saludo



sábado, 22 de septiembre de 2018

La leucemia vista por los ojos de un niño.

Esos ojos que se te quedan como dos posavasos al enterarte de que la tienes tú, y luego se acostumbran a llorar. Pues con esos ojos uno de nuestros grumetillos de vela, Javier, ha mirado la leucemia que le diagnosticaron a los 8 años, la quimioterapia, la recaída y el trasplante, y ha escrito un cuento. Ha imaginado que en su cuerpo había dos países en guerra, y los ejércitos de cada país estaban compuestos por personajes buenos o malos de los dibujos animados. Durante sus ingresos yo le escribía dibucartas con esos mismos personajes. Con ese material ExLibric va a publicar un libro titulado "Dibucartas al grumetillo" que estará próximamente disponible, ya os avisaré.

Hay que felicitar a Javier por su valentía y por el esfuerzo que realizó para escribir esa historia desde la cama del hospital y desde dentro de la burbuja, y a ExLibric como editorial por seguir comprometida en esta lucha contra el cáncer infantil.

Los beneficios del libro se destinarán a la lucha contra el cáncer. Cuando salga el libro os pediré un esfuerzo para apoyar esta causa tan noble.


 Y los que nos conozcan que se imaginen quiénes son los de la portada, el edificio del fondo y el velero de la esquina.

domingo, 16 de septiembre de 2018

¡Vaya navegantes!

Es cierto, cada vez se ve más esto:


¿Alguien se acordará de mirar al horizonte, sacar los prismáticos y ver lo que hay alrededor en el mundo real?. Porque aunque a algunos les parece imposible, la electrónica a veces falla y hasta se equivoca.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Momentos deprimentes de la vuelta a Francia en el Corto Maltés.

Hola navegantes.

Claro, en 3 meses no todo son momentos que entusiasmen al graderío. También los hay malos, de esos que te hacen replantearte lo que estás haciendo. He aquí algunos:

La falta de viento en Las Landas, la etapa más larga (125 millas, 33 horas) que nos obligó a escuchar el petardeo del motor un dia entero, a hacer noche en el mar, y que concidió con ejercicios de tiro del ejército francés que sólo nos dejaba una estrecha franja de 3 millas paralelas a la orilla para navegar. Y además se estropeó el timón automático (entrada del blog de 29-5-18). La imagen es de Capbreton:


 La meteorología adversa en algunas etapas de Bretaña, con lluvia, niebla, frío, escasa visibilidad, tormentas eléctricas... en pleno mes de junio (por ejemplo, entrada del blog de 17-6-18 cuando pasamos en Raz du Seine y casi no lo vemos por la niebla):


 Esquivar durante varios días los campos de tiro del ejército francés, que se iban desplazando al Oeste a medida que nosotros mismos avanzábamos hacia allí (entradas del blog de 13 y 14-6-18):

 

 Los días en que nos pillaba la marea en contra en el Canal de la Mancha, y en vez de avanzar retrocedíamos, como si quisiéramos volver a Santander por donde habíamos venido (entrada del blog de 12-7-18):

 

 Los problemas con el motor en los canales, por la colmatación de algas que bloqueaban la hélice y nos hacía avenzar a un nudo o menos entre aquella indisciplina vegetal, y además en plena ola de calor con 35 ºC a la sombra. Las paradas a la orilla del canal para solucionar los problemas mecánicos (entrada del blog de 7-8-18):


 

Hasta mañana navegantes.

martes, 11 de septiembre de 2018

Momentos estelares de la vuelta a Francia en el Corto Maltés.







En primer lugar, la ruta realizada:


Y ahora algunos de los mejores momentos:

Abarloados al Joshua, de Moitessier, en La Rochelle (entrada del blog de 5-6-18):


 Pasando el Raz de Seine (entrada del blog de 17-6-18):


Explorando el río Aulne, hasta Chateaulin (entrada del blog de 24-6-18):


 Dejando el nombre del Corto Maltés con la estela en las aguas de la rada de Brest (entrada del blog de 29-6-18):
 

En La Rance, ese río frenado por una presa mareomotriz, que genera mareas artificiales ajenas a lo que sucede en el mar al otro lado de la presa, y saludando a Josefina (entrada del blog de 15-7-18):

 

Entrando en la isla de Jersey, donde pisamos suelo inglés, y conociendo sus mareas de hasta 13 metros en vertical (entrada del blog de 17-7-18):


Pasando el Raz Blanchard, sin ningún peligro pese a su mala reputación (entrada del blog de 20-7-18):


Entrando en Paris después de un rodeo de más de 200  millas (entrada del blog de 11-8-18):
 

Atravesando el túnel de Balesmes, navegando 5 km por el interior de una montaña a 340 metros sobre el mar (entrada del blog de 22-8-18):


Entrando en Lyon, después de haber pensado en abandonar y haber seguido adelante (entrada del blog de 27-8-18):

 
 Pasando la mayor esclusa de Francia, 23 metros de desnivel (entrada del blog de 31-8-18):



 Otro día os pondré los momentos más deprimentes, que también los hubo.



domingo, 9 de septiembre de 2018

Dibufirma de París.


Valoración del Tonic 23 para la vuelta a Francia.

Hola navegantes.

La vuelta a Francia ha tenido tres fases absolutamente diferentes: la marítima (unos dos tercios del recorrido), la fluvial y por los canales (un tercio del recorrido) y el regreso desde Avignon por carretera.

En la parte marítima no ha sido una novedad volver a comprobar el buen comportamiento del Tonic 23. Hemos aguantado los fuertes vientos (hasta fuerza 6) como los grandes, y hemos comprobado reiteradamente que cuando nosotros no salíamos a navegar por la meteorología adversa, la mayoría de los barcos mayores tampoco lo hacían y esperaban, como nosotros, la mejoría. El motor poco potente (8 CV) tampoco ha sido un handicap porque en Bretaña, con sus mareas impresionantes, nadie navega contra la corriente de marea, y cuando navegas a favor te da igual la potencia del motor porque vas sobrado. La orza abatible ha sido básica para entrar en muchísimos puertos con umbral o de varada, y claramente, con un barco de quilla fija este viaje no hubiera sido posible, o habría estado limitadísimo en cuanto a los horarios de entrada a los puertos o los sitios que habríamos dejado de visitar. Por otra parte en Bretaña casi nunca falta el viento, y hemos hecho a vela el 90 % del recorrido por mar, más que en otras navegaciones anteriores que teníamos que oír toser más del motor.  La habitabilidad del Tonic 23 es suficiente para dos personas, y la adaptación del WC para ducha (que conté en el blog el 12-2-17) ha demostrado toda su utilidad en las etapas en que no nos quedábamos en puerto, permitiéndonos ducharnos a diario en ese clima frío en que no apetece bañarse en el mar.

En la parte fluvial tal vez con un motor más potente habríamos ido más desahogados en las largas etapas de motor, y tal vez hubiéramos tenido menos problemas en los tramos colmatados de algas. Pero no es seguro porque la velocidad en los canales está limitada, y a cambio cuando se obstruye la hélice y los conductos de refrigeración con algas es más fácil sacar el fueraborda para limpiarlo que tirarte a bucear para limpiar la hélice de un motor interior fijo. La orza abatible añade aquí una ventaja vital al permitirte reducir el calado (en el Corto Maltés de 140 a 70 cm: la mitad). Nos hemos cruzado al menos con 3 barcos que tuvieron que dar la vuelta y buscar una ruta alternativa, por llegar a una zona donde no había suficiente agua para ellos y tocar en el fondo. Pero la "ruta alternativa" que se escribe tan pronto, en la vida real supone perder tus vacaciones, porque el rodeo es de cientos de millas. Hay que tener en cuenta que el calado teórico de los canales (el que se da en los libros) es siempre en el centro del canal y en condiciones climatológicas idóneas. En verano y cuando llueve poco disminuye, hasta el extremo de tener que cerrar a la navegación algunos tramos en verano. Y en cualquier canal el calado disminuye en las orillas, lo que te pone en verdaderas dificultades (hasta tener que dar media vuelta) si te cruzas con una gabarra de tráfico comercial, que tampoco puede apartarse del eje del canal y tiene preferencia.

Para las estancias en puerto siempre hemos tenido sitio, y lógicamente con tarifas asequibles (17 euros por noche de promedio, a dividir entre dos personas) que son proporcionales a la eslora.

Finalmente la vuelta por carretera es la guinda sobre el pastel de un barco pequeño y de orza abatible. Siempre te queda este "plan B" para cualquier dificultad mayor, que con un  barco grande te obliga a dejar el barco un invierno en el sitio donde te surge el problema y volver a recogerlo en tus siguientes vacaciones. En esta navegación estuvimos a punto de recurrir a ella en Joinville, un poco al Sur de París, cuando empezamos a tener problemas con el motor y no encontrábamos un mecánico que lo resolviera, en pleno agosto. Por suerte pudimos continuar y recurrir al camión desde el Mediterráneo, según lo previsto. El Corto Maltés pesa unos 1.500 Kg, se puede sacar con la pluma de un camión pequeño en cualquier lugar (no sólo en marinas con travelift o grúas específicas) y al ser de orza abatible se puede calzar con neumáticos en la plataforma plana de cualquier camión, sin recurrir a transportes especializados.

En resumen, sigo pensando que con un barco pequeño se puede hacer lo mismo que con uno grande y con muchas ventajas prácticas.


viernes, 7 de septiembre de 2018

Balance de la vuelta a Francia.

Hola navegantes.

Para hacerlo en caliente y que no se me olvide, aquí va el balance de la vuelta a Francia este verano:

Tiempo empleado: 104 días (24 de mayo a 4 de septiembre).

Millas recorridas: 2.065.

Millas en canales: 713.

Esclusas atravesadas: 200.

Pernoctaciones en marinas: 65, o sea, el 62 % de las noches.

Precio de las marinas: de 32 euros por noche (Jersey) a 6,5 euros por noche (Vitry Le François).

Coste: 640 euros por persona y mes.

Consumo de gasolina: 272 litros. Supone que hemos hecho a motor, solo o apoyando a las velas, el 10 % del recorrido por mar. No cuento los canales, que obligatoriamente se hacen a motor.

Operaciones de mantenimiento, reparaciones y bricolaje: 29.

Lo mejor: la entrada a París, que mereció sobradamente el rodeo de más de 200 millas sobre la ruta directa. Navegar por La Rance, ese río frenado por la presa mareomotriz, y conocer sus mareas artificiales y a la foca Josefina. Las islas Anglonormandas, por la curiosidad de esa metástasis de Inglaterra al lado de Francia, aunque me decepcionaron un poco al conocerlas. Haber aprendido a navegar con esas mareas impresionantes de La Mancha.

Lo peor: sin duda los canales, su falta de infraestructuras y de apoyos a la navegación deportiva, y especialmente su colmatación de algas en algunos lugares. Tener que navegar esquivando los ejercicios de tiro del ejército francés en la costa atlántica.

Otro día haré una valoración del velero de 23 pies para este tipo de viajes.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Hogar, dulce hogar.

Hola navegantes.

Sí,claro que me gusta navegar, pero volver a casa... Está bien salir a ver el mundo, qué se cuece un poco más allá del horizonte, pero también está bien volver a tu rincón, tus cosas y tu familia.

Ayer botamos el Corto Maltés en Santander. Para que no nos abandonara el estrés ni el el último minuto del viaje, estaba bajando la marea y toda la maniobra la hicimos viendo cómo se acercaban las rocas del fondo. Por suerte nos ayudaron mis amigos Nacho, Miguel, Luis y Maribel, y con tantas manos ayudando nos dió tiempo a todo. Repasamos la patente de la obra viva que venía muy desgastada por el efecto de lija de tántas millas hechas entre algas, sustituimos la luz de tope del palo que se había roto en una esclusa, desengarrotamos la orza que no subía del todo, y luego echamos el barco al agua y le pusimos el palo. Ahora quedan muchas horas de trabajo para reglar la jarcia, poner las velas, limpiar todo, vaciar el material que se lleva en un viaje pero no necesito a bordo en Santander, y reponer o arreglar lo que se ha ido desgastando en una navegación tan larga. Ya estoy deseando volver a navegar a vela, sin el maldito ruido del fueraborda, sólo con el silencio del mar y el run-run de las olitas en la proa. ¡Qué ganas!.


Hasta mañana navegantes.

martes, 4 de septiembre de 2018

¡Qué final tan raro!.

Hola navegantes.

Ya lo sabíamos, la vuelta a Francia podía terminar por carretera y es una de las cosas que me gustan del
Corto Maltés, que su tamaño y la orza abatible le permiten esta versatilidad. Le puedo sacar en cualquier parte si el camión tiene grúa, no necesita un transporte especial por carretera, y te facilita el plan B si cualquier cosa se tuerce. Pero hace raro, muy raro, haber empleado más de 3 meses en llegar aquí y que ahora vuelva a Santander en 10 horas.


Cualquiera de las dificultades técnicas que he tenido con el motor se hubiera saldado, en un barco más grande y con motor interior, en tener que dejar el barco invernando en donde se hubiera parado y volver a por él con un mecánico en las siguientes vacaciones. ¡Menudo panorama!.¡Y menudo presupuesto!.

Ahora nos queda botarlo mañana en Santander, madurar en la cabeza todas las experiencias de esta vuelta a Francia,  y empezar a soñar con nuevas aventuras.


Hasta mañana navegantes.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Curiosidades de Avignon.

Hola navegantes.

Estos días de parada obligada en Avignon, esperando al camión, los estamos utilizando para visitar la ciudad y los alrededores y no me resisto a comentar algunas curiosidades.
En primer lugar referentes a la Iglesia. En un museo tienen como reliquia una vértebra del Papa Inocencio VI, donada por un particular, un tal M. Osiol. Aparte de la artrosis bestial que tenía el pobre Papa, es curioso lo que se toleraba antes. Ese particular hoy iría a la cárcel por profanar un cadáver. Y luego nos reímos del templo con la muela de Buda.


Luego están las veleidades con el sexo. Después de ser el pecado "estrella" por el que te preguntaban en cada confesión, como si los otros no existieran, fijaos lo que venden ahora en el Palacio de los Papas, junto a rosarios y medallas pías:


Un "Filtro de amor", que asegura: "Nadie se resiste: pruébelo. Testado y aprobado por todos los amantes". O este otro:


"La demonia. Una tisana que le hará sucumbir a todas las tentaciones. ¡Atrévase!".
Vendiendo afrodisíacos en la iglesia, ver para creer. Como la pretenciosidad, el lujo y la pompa de que se presume aquí mismo, en el Palacio de los Papas, que harían sonrojar al mismo Jesucristo. Aunque por supuesto no es más que una opinión y puedo estar equivocado.

Ahora os enseño cómo se lleva el sistema de reenvío del timón a la entrada del tambucho. Te permite ir cómodamente sentado y protegido por el paraguas tanto del sol como de la lluvia. El carro sujeta el timón donde lo has dejado como si fuera un timón automático. De vez en cuando levantas la vista de la lectura y corriges un poquito.


Si todo va según lo previsto, el martes montamos el barco en el camión y el miércoles o el jueves lo botaremos en Santander.

Hasta mañana navegantes.

sábado, 1 de septiembre de 2018