Hoy no ha habido suerte. Hemos venido de Laredo a Santurce con menos viento del que dispersaría el humo de un cigarrillo, todo el rato a motor y con las velas izadas solo para recordar que somos un velero. Y por si fuera poco, con chirimiri que nos ha dejado el barco mojado por dentro y por fuera, y con una niebla espesa justo el día que teníamos que negociar el tránsito entre todos los mercantes que entran y salen de Bilbao, y los que esperan fondeados. Hoy había 9 fondeados y nos hemos cruzado con un ferry que salía del superpuerto. Hemos llegado a comer a Santurce y yo he dedicado la tarde a limpiar el barco.
Mientras estaba en la tarea han venido a saludarme Iker y su hijita Noa. Es un antiguo tripulante que compartió alguna de nuestras aventuras en el Corto Maltés, que ahora tiene su propio velero y está inculcándole la afición. Les saludo desde aquí y dedico la foto a Noa, para que vea lo que le expliqué de que no se pueden poner fotos de menores en la red.
Mañana el pronóstico es de vientos del NE por la mañana y del NW por la tarde, siempre con lluvia. Nos tocará volver a subir al cuadrilátero, e intentaremos llegar a Lekeitio.
Por cierto, el bajo colchón que os explique en otra entrada para que no condense humedad el colchón, funciona perfectamente:
Con cuidado, navegantes.
Bueno, al menos el bajo colchón ha funcionado, que no es poco!
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