Visitas al blog:

miércoles, 11 de junio de 2025

Lo conseguimos.

Hola navegantes.

Así es, Luis y yo conseguimos superar vivos el Purgatorio de Las Landas. Han sido 152 millas en 42 horas, dos días y dos noches, y además dando botes porque con tal de no afrontar el campo de tiro salimos con un pronóstico de vientos del Norte (de cara) de fuerza 4-5. Eso nos ha obligado a interminables bordos de ceñida que han aumentado la distancia total (en rumbo directo habrían sido solo 130 millas), en algunos momentos recurriendo incluso al tormentín.


 El viaje ha producido nuevas heridas de guerra en el Corto Maltés. Se rompió uno de los refuerzos interiores del cadenote del obenque, que ya hemos sustituido: 




y se arrancó el borde de la encimera de la cocina, de tanto golpearnos y agarrarnos nosotros a él al intentar cocinar algo en aquella coctelera. Lo hemos pegado con Sikaflex y reforzado con 5 tornillos:


Por si fuera poco, antes de llegar al Garona nos sobrevoló un caza de los que estaban participando en los ejercicios de tiro, y aunque ya estábamos fuera de su campo nos pasó muy bajo y el corazón nos dio una voltereta.

Además no nos ocurrió por poco el principal defecto de los viajes largos, que es descuidar la atención cuando llegas a puerto a punto de darte una apoplejía, deseando pillar la cama y creyendo que lo peor estaba fuera. Desde la entrada del estuario del Garona hasta el puerto de Royan, donde vamos a desarbolar, hay todavía 11 millas  que tienes que recorrer lidiando con la fuerte corriente del río (ayer era "solo" de 2,5 nudos) y entre un laberinto de balizas, muchas de ellas sin luz, que había que ir identificando una a una cuando estábamos cayéndonos de sueño. Y por si fuera poco Luis se dio cuenta de que el calado de la entrada a Royan, que según mi guía Imray era de 1,70, en la cartografía electrónica era de sólo 0,1 metros en bajamar, y la baja mar había sido sólo hacia 2 horas. Total que ese canal se ha encenagado y podríamos varar, y habría sido una forma bien ridícula de terminar la etapa. Tuvimos que entrar con la orza y el timón subidos y prácticamente al ralentí, por si tocábamos fondo.

La parte buena, que las dos noches han sido maravillosas, con un viento suave y sin olas que transportaba al Corto Maltés como llevado por los ángeles,  y con una luna llena que convertía al mar en un sendero de oro.

Mañana desarbolamos en Royan y pasado mañana embocaremos el Garona hacia Burdeos, donde enbarcarán mis dos siguientes tripulantes: Ana y la felicidad.

 Con cuidado, navegantes.

7 comentarios:

  1. Seguro que somos muchos empujando al Colto Maltes y su tripulación en la buena dirección.
    Buena proa.

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué buenos sois! Milo

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena y a seguir... por cierto, ¿algún problema con el programa localizador? no nos da vuestra posición desde ayer.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, lo que pasa es que se me paró la baliza antes de llegar a Royan y hoy no la he conectado porque estamos todo el día dedicados a desarbolar. Luego le cuento.

      Eliminar
  4. Gracias Álvaro, ya he leído y todo perfecto, un saludo. Jesús;-)

    ResponderEliminar
  5. Bueno, de momento con esta accidentada etapa ha terminado la navegación atlántica. Cambio de tripulación, y de navegación. Al menos has tenido material para tu crónica de la etapa.
    ¡A disfrutar de los canales!
    ¡Saludos!
    Rodolfo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus ánimos Rodolfo. Ahora empiezan unas etapas raras porque no hay que consultar la meteorología y el windy sino los horarios de las esclusas y los sitios donde repostar agua y gasolina. A ver qué tal. Un saludo.

      Eliminar

Los comentarios son bienvenidos.