Hola navegantes.
Ayer hicimos la que supusimos la peor etapa de todo el viaje, la salida a de Arcachon y la entrada en Royan, que al final fueron 80 millas y teniendo que calcular para salir de Arcachon con la vaciante y entrar en Royan con la marea entrante. Pues lo conseguimos y más fácil de lo que parecía.
En Arcachon amaneció con chubascos de los fuertes, nos imaginamos todo el día mojados, y salimos con los pescanovas puestos. Pero al poco de salir se acabaron, y todo el día hizo un sol de derretir coletas. Lo más desesperante es que hay que salir de Arcachon hacia el Sur para salvar los bancos de arena, y luego virar hacia el Norte para dirigirte a Royan. Cuando llevábamos 3 horas navegando es cuando alcanzamos la misma latitud del puerto de Arcachon, de donde habíamos salido.
Hizo un día extraordinario, de pura vela, primero con viento del Sur que nos permitió navegar con la mayor y el espi en orejas de burro, y luego del Oeste, con el génova y la mayor amurados a babor, y en muchos tramos haciendo más de 6 nudos. De hecho, como nos daba hora de llegada a Royan de noche y no nos apetecía, al final de la noche fuimos frenando y navegando sólo con la mayor para llegar con luz de día.
Lo malo, tener que dormir en el hotel de las más de mil estrellas, que siempre es agotador. Yo he dormido menos de 2 horas.
Y tampoco daba buen rollo oír y ver a los cazas sobrevolándonos, porque os recuerdo que ayer navegamos otra vez paralelos y por dentro del campo de tiro "grande".
En mitad de la noche, estando yo de guardia, sonó un ruido como de un disparo, y era que se había roto el grillete de la trapa. Es el aparejillo que evita que se levante la botavara y no es prudente navegar sin él. Así que, a cinco o seis nudos y en la oscuridad, tuve que ir a la base del palo a sustituirlo.
Llegamos a Royan con la claridad del orto, y aún así fue difícil seguir el balizamiento porque algunas balizas estaban sin luz. A pesar de ello llegamos a puerto sin incidentes.
Como aún no habían abierto las oficinas (eran las 6) nos quedamos en el pantalán de espera a dormir unas horas, y puse un cartel para que no nos despertaran.
Por desgracia no quedaban plazas, y no es prudente ir con tu barco porque tienes que vararlo en mitad del estuario y dejarlo allí sin vigilancia durante la visita, expuesto a las olas del Cantábrico. Lo intentaremos a la vuelta.
He recorrido este pueblo en la bici para recordar visitas anteriores. Fue destruido en la guerra mundial y reconstruido con espíritu modernista. La Iglesia de Notre Dame, una oda al hormigón, en mi visita anterior se estaba cayendo la fachada, pero ya la han arreglado y abierto al culto.
Es tan alta (60 metros) que sirve de marca de navegación para encontrar Royan desde el mar.
La siguiente foto es para los que se quejan de nuestras playas. Es la playa de Royan en bajamar:
Mañana intentaremos llegar a La Rochelle. Me despido con una foto del Corto Maltés en Royan:
Con cuidado, navegantes.
Si de algo no podéis quejaros es de como se os están dando las cosas, cuánto me alegro, estimado Álvaro...
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