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jueves, 8 de junio de 2023

No nos dieron.

 Hola navegantes

Mis anteriores subidas por Las Landas fueron tan nefastas que siempre lo llamo "el purgatorio de Las Landas", o sea, lo que hay que sufrir para llegar al paraíso de las islas atlánticas de Francia. 

Pero esta vez ha sido todo lo contrario. Ayer salimos de Capbreton a las 6 y enseguida nos agarró un maravilloso viento del Este que nos impulsaba hacia el Norte con las velas bien impelidas. Como venía del Este, de tierra, no formaba olas, y con el mar liso y ese viento por el través (el mejor rumbo para un velero) nos hicimos casi todo el viaje a pura vela, entre 5 y 6 nudos. Como teníamos que hacer siempre más de 5 nudos para llegar a Arcachon al final de la marea entrante (si no llegáramos tendríamos que seguir hacia Royan, otras 60 millas de noche) estábamos tan felices. Todo el trayecto lo hicimos pegados a la costa, por dentro de la línea del meridiano 1º 28' W que marcaba el campo de tiro "grande", que como os dije abarcaba casi todo el Golfo de Vizcaya.

A eso de las 12 llegamos al campo de tiro "pequeño" enfrente de la base militar de Mimizan. Este había que pasarle por fuera del meridiano 1º 20' W. Al llegar a ese estrecho pasillo nos sobrevoló primero un caza volando bajo y luego dos helicópteros. Ellos no contactaron con nosotros. Llamé por la radio al Centro de Ensayos con Misiles para informarles que estábamos contorneando el campo de tiro una milla por fuera. Seguro que lo sabían porque nos habrían visto en su radar y desde los helicópteros, pero era como un recuerdo para que afinaran su puntería. Si estáis leyendo esto es porque no nos dieron.

Desde media tarde el viento decayó y tuvimos que seguir apoyados por el motor. En total han sido 66 millas en 13 horas, una paliza.

Por lo menos al llegar a Arcachon lo hicimos con la marea entrante, y entre la marea y el viento pudimos llegar desde la boya de recalada hasta la marina en otras 2 horas. En otro viaje nos pilló la marea vaciante y tardamos el doble, lo cual después de 13 horas de navegación es como una puñalada trapera. Todavía en la entrada a Arcachon nos sobrevolaron otros dos cazas. 

Un poco antes de la entrada de Arcachon nos pasó una cosa curiosa. Empezaron a aparecer moscas a bordo y estuvimos comentando qué se les habría perdido tan lejos de tierra. Fueron a más, y durante una hora estuvimos navegando entre una nube de insectos que se posaron en la cubierta y en la cabina. Eran mosquitos de dos tamaños, moscas, avispas y abejorros. Por supuesto algunos picaban y tuvimos que darnos repelente, y sin querer a algunos los pisamos y salían manchas de sangre en el suelo. Se fueron igual que habían venido.

En la marina de Arcachon mantienen la costumbre de dar la segunda noche gratis a los que venimos "del Océano" (llaman así a todo lo que está fuera de su bahía). Nos viene fenomenal porque nos vamos a quedar un día más para descansar de la paliza de ayer, para que Miguel conozca Arcachon y para que yo lo recuerde.

Como curiosidades, fijaos lo que hace éste para cargar su coche eléctrico:

Aparcarlo en la acera y tirar el cable desde casa con una pértiga. Y lo que hace éste otro para seguir recibiendo a sus amigos en el barco aunque esté en el varadero:

Por el otro lado del casco tiene una escalera, y están cenando allá arriba como si estuvieran en el agua.

Con cuidado, navegantes.

1 comentario:

  1. Qué alegría me da el saber que habéis pasado esa etapa sin tropiezos y con todo (o casi) a favor. Si a ello le sumas un día adicional de descanso en Arcachon "por la patilla", creo que no se puede pedir más...

    Buenos vientos...

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