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martes, 20 de junio de 2023

Más sorpresas en Nantes.

 Hola navegantes.

Ayer pasamos el día en Nantes. Lo primero que quiero comentaros es la pena que da el desconocimiento de la navegación fluvial, aunque egoistamente para mí sea mejor porque me facilita las cosas. Fijaos cómo está el pantalán de cortesía de Nantes:

Donde cabrían 100 barcos o más (porque pueden ponernos abarloados) sólo hemos estado dos. Y eso en una ciudad preciosa, y que tiene una navegación sorprendente de un solo día desde muchos puertos de la costa de Bretaña. Una pena.

Por la mañana fuimos a la Isla de Nantes, una isla fluvial que ahora conocen como Isla de las Máquinas, porque es donde se concentran el elefante mecánico y una exposición de engendros volantes y flotantes. Allí hay un planeta Tierra del tamaño que se ve desde la Luna:



 
Para darle más realismo, en el suelo han hecho una superficie lunar, con cráteres y las huellas de los astronautas, y para simular la ingravidez de la luna en los cráteres hay camas elásticas. No veáis cómo se lo pasan los niños.

Poco a poco llegamos a la punta Este de la isla, y allí la sorpresa es la naturaleza salvaje, porque está ocupada por un parque, el Parque de Beaulieu, que más parece una selva, y hace raro que esté tan cerca de esa gran ciudad:


Luego fuimos a conocer la ruta fluvial que deberíamos haber cogido para llegar al Canal de la Mancha, si no llega a ser por las obras que tienen secos una parte de los canales. Tendríamos que haber desarbolado en Nantes, haber tomado esta esclusa en la propia ciudad:


haber atravesado un túnel de un kilómetro por el subsuelo de Nantes, y haber salido al Río Erdre, por el que habríamos navegado hacia Saint Malo:

Pero de nada sirve lamentarse. Los canales están secos y en obras, y no queda otra que volver al mar e intentarlo por otro río, el Vilaine. En la siguiente foto, uno de los colosos con los que tenemos que compartir los canales y las esclusas.

Y termino con un grupo escultórico de la Plaza Royale (a pesar de este nombre, nunca ha tenido la escultura de un rey). 

La figura central, de mármol blanco, representa a Nantes. La mujer con dos jofainas vertiendo agua, debajo de la anterior, representa al río Loira, y las cuatro figuran humanas de las esquinas a los cuatro afluentes del Loira (los ríos Erdre, Sèrve, Cher y Loiret). Una bonita composición.

Hoy seguiremos Ana y yo el viaje bajando de nuevo al mar por el Loira. Esta vez la estrategia es inversa: coger la marea en pleamar a las 7 h, y dejarnos arrastrar por ella río abajo hasta algún puerto de la desembocadura. Los días siguientes seguir costeando hacia el Norte, hasta entrar de nuevo al Continente por el Río Vilaine, que finalmente nos permitirá llegar a Saint Malo.

Con cuidado, navegantes.

1 comentario:

  1. Es una pena que no lleguen tantos barcos, con todo lo que tiene Nantes que mostrar.
    Que tengáis una placentera navegación "cuesta abajo" hacia el Atlántico...

    Un abrazo

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