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viernes, 16 de junio de 2023

Recuperar el tiempo perdido.

 Hola navegantes. 

Hoy hay poco que contar de nuestra etapa maratoniana. Ayer salimos de Bourgenay con la intención de llegar a la Isla de Yeu. Todo el día tuvimos un viento maravilloso del NW que nos permitió hacer casi toda la etapa a vela, en una ceñida abierta magnífica, con sol y con poca ola. Tanto es así que pasamos frente a la Isla de Yeu a las 14 h, y nos dio pena desaprovechar la tarde para avanzar hacia el Norte. Así que decidimos tratar de recuperar lo perdido en los días anteriores y llegar hasta L'Herbaudeière, en la esquina Norte de la Isla de Noirmoutier. 

Y así fue. Después de 58 millas y 14 horas de barco, llegamos. 

Las últimas millas de esta etapa son enervantes, porque ya llegas cansado y la Isla de Noirmoutier tiene una meseta sumergida en su costa Oeste de más de 4 millas (¡8 km!), cuando la parte emergida de la isla es de 2 millas. Eso te obliga a dar un rodeo de varias horas, cuando ya estás viendo tu destino al alcance de la mano. Pero si no lo haces así da tu barco por perdido, porque son fondos de roca y en la bajamar quedan a flor de agua. Nosotros vimos ya una de esas rocas emergiendo en mitad del mar, a varios km de la orilla, algo para asustar. Imaginaos esta alfombra de rocas a 8 km de la costa:

Justo antes de contornear la costa Norte se pasa junto al Islote Pilier, que parece un submarino. 

En el islote anidan unos patos buceadores que hacen el nido con el plumón de las hembras en vez de con ramas. Tras el nacimiento de los pollitos los nidos se recogen para hacer edredones, que son carísimos (unos 4.000 euros cada uno). En la época de cría (mayo y junio) no se puede desembarcar.

Hoy pasaremos parte del día en L'Herbaudière y luego iremos a dormir a Pornichet, en la desembocadura del Loira, que embocaremos mañana para llegar a Nantes. Ahora sabemos que vamos a poder cumplir con nuestra cita con Ana el domingo en Nantes. Ha habido un pequeño cambio de planes porque el puerto de La Turballe, donde pensábamos dejar el barco para ir a Nantes en tren o autobús, no tiene plazas. Resulta que hay una manifestación náutica y está el puerto lleno. La parte buena, que subiremos el río Loira hasta Nantes en el Corto Maltés, un río mágico que parece de Alicia en el Pais de las Maravillas, ya veréis. A cambio tendremos que volver a descenderlo Ana y yo hasta el mar, porque ya os dije que el canal que lo une con los que atraviesan Bretaña hasta Saint Malo está cerrado y seco por obras. Eso nos hará dar un rodeo inesperado a Ana y a mí hasta llegar a Redón, en el interior de Francia, donde tendremos que desarbolar antes de seguir tierra adentro.

Me despido con una imagen del Corto Maltés en L'Herbaudière que ha tomado un amigo de la webcam del puerto. Como llegamos muy tarde nos abarloamos a otro velero hasta que hoy nos den plaza.

Con cuidado, navegantes.

3 comentarios:

  1. Me alegro, mucho animo y buena proa.

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  2. Nada!, que, a pesar de algún que otro inconveniente, el crucero su curso, y ayer habéis podido navegar a vela como corresponde...
    A seguir como hasta ahora al menos!
    Buenos vientos...

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  3. Acabo de ver que habéis atracado en Pornichet y con el mapa de satélite se ve que os tenían el hueco preparado. Vaya máquinas…
    José Antonio

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