Ésta está siendo una navegación bipolar. Ayer lo veíamos todo positivo, hoy todo negativo. Porque salimos de Pointe Rouge con pronóstico de vientos del Oeste pero de fuerza 4, muy manejables, y la realidad ha sido que soplaba con fuerza 5-6, de cara y con olas de más de un metro. Total, que no hemos sido capaces de salir del Golfo de Marsella a pesar de haberlo intentado todo (mayor en primer rizo más motor o con génova). Nos hemos quedado en un puerto que tampoco conocíamos, Carry-le-Rouet, con la diferencia respecto al de ayer de que éste no tiene nada.
Pero eso no es todo. Ahora tenemos un pronóstico de mistral en grado de temporal (fuerza 6 los mejores días, los demás hasta fuerza 10) que durarán hasta el miércoles 30. Aparte de que es imposible y suicida para nuestro barquito, es que a ver qué hacemos en este pueblaco encerrados una semana. Me gustaría ser un niño y creer que puedo cambiar ese pronóstico con el Magia Borrás.
Por eso hemos tenido que volver a cambiar los planes. Por no volver a cruzar toda Francia por los canales, ya habíamos decidido que el camión iba a recogernos el barco en Narbona a mediados de agosto. Para evitar el tramo de Port-la-Nouvelle a Narbona, que está petado de algas, habíamos decidido coger el canal en Sète. Así aprovechábamos para recorrer el tercer mar interior que nos habíamos propuesto en este viaje, el Etang de Thau.
Pero con este pronóstico de una semana de mistral no llegaríamos a Sète a tiempo para desarbolar, y luego a Narbona a la cita con el camión. Porque, por si fuera poco, los canales están aplicando las política de pasar las esclusas en convoy debido a la sequía. Significa que no pueden pasar las esclusas los barcos en solitario, sino que esperan a que se llene con un grupo de barcos con el objetivo de ahorrar agua. Eso hace el tránsito mucho más lento.
"Por suerte" también se puede acceder al canal de Midi por Port-Saint-Louis-du-Rhon, que lo tenemos a la vuelta de la esquina, en el fondo del Golfo de Fos. Lo malo, que significa meterse otras dos semanas a los canales, con la mala experiencia de la venida. Pero lo preferimos a estar aquí inmovilizados una semana, y con el riesgo de llegar tarde a la cita con el camión en Narbona.
Además Port-Saint-Louis-du-Rhon nos va a traer unos recuerdos negros del viaje a la Isla de Elba, porque es donde estuvimos más de una semana inmovilizados por una avería del fueraborda. Con esta dibufirma lo recordé en el libro "Un tripulante llamado Murphy":
En fin, que mañana antes de que empiece todo lo peor vamos a intentar llegar a Port-Saint-Louis-du-Rhon, desarbolar el sábado, y empezar el Via Crucis de los canales el domingo. A ver si sobrevivimos.
Con cuidado, navegantes.
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