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miércoles, 9 de julio de 2025

La santa de los gitanos.

Hola navegantes. 

Finalmente ayer no sopló más que fuerza 5 y nos decidimos a salir. Afortunadamente el viento era del NW y por lo tanto portante: al principio de la etapa, que nuestro rumbo era SE, por la aleta de babor, y el resto, con rumbo Este, por el través de babor. La hicimos sólo con el génova y a 4-5 nudos  llegando a primera hora de la tarde a Port Gardian. 

Ese tramo de costa es el delta del Ródano, una costa baja y arenosa,
parecida a la del delta del Ebro, de unas 50 millas y muy peligrosa
por estar mal cartografiada, ya que cambia constantemente con los aportes de sedimentos del río y los efectos de los temporales.
Para proteger a los navegantes de estas incertidumbres han situado
varias boyas cardinales que se ven desde muy lejos, y que tenemos que dejar siempre a babor, es decir, pasar por fuera de ellas
para no acercarnos a la costa. Están a una milla más o menos de
la orilla y cada una está bautizada con un nombre propio: “Les
Baronnets”, “Beauduc”, “Faraman”, “Piemanson”, etc. 

En esas 50 millas el único puerto es Port Gardian, en el pueblo de Saintes Maries de la Mer. Debido a los movimientos de arena del delta el pueblo ahora está en la orilla del mar  pero hace dos siglos estaba 1.200 metros tierra adentro, y hace tres, 12 o 15 millas tierra adentro. Toda la costa está protegida con un muro de piedra y escollera para evitar que siga retrocediendo. Este muro se ha convertido en
una atracción turística, tiene un recorrido peatonal y ciclable, y
se ve desde lejos en el mar, pudiendo confundirse con las escollera del puerto.

 El nombre Saintes Maries de la Mer, así, en plural, homenajea a las dos Marías, la Salomé y la Jacobé. La tradición dice que pocos años tras la muerte de Cristo a esta
costa llegó una barca a la deriva llena de santos: María Magdalena,
María Jacobé (la hermana de la Virgen María) María Salomé (la
madre de los discípulos Santiago y Juan) y otros, así como algunos de los curados por Jesucristo: Lázaro, el resucitado, el ciego al que devolvió la vista, y otros. También venía Sarah, la sirviente negra de las Marías. 

Habían sido expulsados de Jerusalén por los judíos en un botecito que derivó hasta esta costa. Desde aquí se dividieron para predicar el evangelio, quedándose las dos Marías y Sarah predicando en esa región de Camargue. Otras versiones
afirman que Sarah era la mujer repudiada de Poncio Pilatos o,
en la leyenda gitana, que era la reina gitana de Camargue cuando el botecito arribó a la costa y fue la que dio refugio a los
náufragos, en vez de venir ella misma dentro del esquife. 


No se sabe cuándo ni por qué los gitanos empezaron a venerar a Sarah y a peregrinar a Saintes-Maries de la Mer, lo que hacen todos los años  24 y 25 de mayo. Aunque Sarah no ha abrazado oficialmente la santidad, en la cripta de la iglesia de Notre Dame de la Mer o de las Dos Marías (una iglesia
fortificada que se ve desde el mar) hay una escultura suya que es
objeto de veneración supersticiosa.



 Ayer la cripta estaba desierta, pero en otro viaje que coincidimos con la peregrinación gitana vimos a mucha gente fuera de sí haciendo aspavientos y ritos raros alrededor de ella.

También hay una caja llena de un montón de sus huesos, incluyendo las palas ilíacas, una muela y una vértebra, llenas de polvo y en un cofre feo como una multa. 


También se conserva un pozo de agua dulce en mitad de la iglesia, que se dice que surgió como un milagro en el lugar exacto donde desembarcaron, y cuya agua se utiliza para los bautizos, y una urna llena de peticiones escritas y agradecimientos por supuestas ayudas o milagros:


Yo desconozco los detalles del sistema sacramental, pero me parece raro que se tolere esta especie de culto a alguien que no ha sido declarado santo.

Además el pueblo tiene plaza de toros con corridas como las españolas


y una especie de culto al toro, con monumentos a los toros, restaurantes con carne de toro, todo el merchandising hecho con toros, etc., ya que son muy famosos los rebaños de toros de Camargue, que pacen en libertad en las praderas del delta.
 
Luego fuimos a ver el famoso muro de contención del mar, sólo para sorprendernos de que eso te lo recomienden en la oficina de turismo.


Hoy va a soplar un mistral parecido a ayer e intentaremos llegar hasta el otro extremo del delta, Martigues. Es un pueblo que recuerda a Venecia, con canales, en la entrada del otro Etang que queremos conocer, el de Berre.

 Con cuidado, navegantes.

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