Hola navegantes.
La deserción de Bartomeu nos está trayendo a Luis y a mi la desagradable obligación de hacer etapas larguísimas como la de ayer, 66 millas, para poder cumplir las etapas y llegar a la cita con los siguientes tripulantes.
Yo suelo planificar etapas de 20 o 30 millas diarias, que vienen a ser 6 u 8 horas de navegación a vela, o sea, como una jornada laboral. Eso nos permite navegar por la mañana, llegar a destino a primera hora de la tarde y tener algunas horas para visitar los sitios y para la intendencia. Pero estas etapas maratonianas forzadas por su deserción nos obligan a estar en el mar haga como haga, y al llegar a destino encontrarnos todo cerrado, lo que nos dificulta la vida práctica y nos impide disfrutar de un poco de turismo. Y no veáis cómo jode tragar millas sin conocer nada. Y además nos obligan a tirar mucho del motor, para poder hacer rumbos directos.
Hoy salimos de Cherburgo lloviendo, y así estuvo toda la mañana. Dejamos por babor el Castillo del Centro, en los gigantescos espigones que protegen el puerto:
Las tres primeras horas estuvimos navegando entre los escollos, siguiendo una ruta paralela a la costa sólo apta para embarcaciones pequeñas. Vuelvo a comprobar que el Navionics no aplica un margen de seguridad al calado que has dado de tu barco. El otro día amplié el del Corto Maltés a 2 metros, y hoy me ha trazado la ruta por bajíos de rocas como éste, rozando la sonda de los 2 metros:
Está recién inaugurado y dragado y, como veis, está casi vacío. Antes de enterarnos de su existencia nos amarramos en un pantalán cutre y ruinoso, partido por la mitad, sin agua ni electricidad ni nada, donde para llegar a la pasarela había que dar un salto sobre el agua. Creímos tener que pasar la noche allí. Llegamos junto con otro barco holandés con el que habíamos navegado las últimas millas, y cuál no sería nuestra sorpresa al ver salir de él, para amarrar, a una señora como de 70 años que navegaba sola. Hizo la maniobra ella sola y todavía se ofreció para ayudarnos a nosotros con nuestras amarras. Viaja con un perro, y nos pidió disculpas porque tenía una prioridad: llevar a cagar al perro. Servidumbres de los amigos peludos. Esperábamos haber coincidido con ella para charlar un rato, pero tardó en volver y luego no vino a los pantalanes nuevos.
Como incidentes, ayer se me rompió la tapa de la tecla SOS de la baliza. Sí, el mismo fallo que tuvo la anterior y que me obligó a comprar otra, porque de esa pieza tan sencilla no venden repuestos. Alucinante la obsolescencia programada. Es un fallo peligroso, porque sin esa tapa puedes dar a la tecla SOS sin querer, y eso desencadena un rescate que luego, al no estar justificado, te lo cobran. De momento lo he tapado con un velcro.
Con cuidado, navegantes.
Aunque más largas que las habituales, las jornadas están siendo más largas que las habituales, con lo cual, aparte de lo que explicas, el cansancio se acumula, pero al menos, la meteorología, por lo que cuentas,
ResponderEliminarse va "comportando" ya que la lluvia por alli es casi habitual....
Buenos vientos...