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lunes, 17 de julio de 2023

A un paso del estuario del Támesis.

 Hola navegantes.

Hoy hemos salido de Dover con un vientazo más fuerte de lo esperado, del W de fuerza 5, con olas de 2 metros del mismo sector y con chubascos.  Pusimos sólo el génova, con la orza levantada y rastras por la popa, y aún así íbamos a 6 nudos con la corriente de marea en contra. Cuando la marea se invirtió y la tuvimos a favor, 7 nudos. O sea que nos hicimos las 16 millas en menos de 3 horas, contando las maniobras de entrada y salida a puerto. Un chollo, si no fuera por los chubascos que nos cayeron encima, con todo el aparato eléctrico de que la naturaleza puede presumir. Y llegamos a Ramsgate antes de comer.

Ramsgate es el último puerto accesible antes del estuario del Támesis. Como llegamos pronto estaba casi vacío, pero a lo largo de la tarde se ha llenado. Seguramente todos los veleros han estado encerrados en algún puerto los dos días del temporal, y todos hemos salido hoy a seguir viaje. Ahora por la noche está lleno.

Mañana entraremos en el estuario del Támesis. Nos hemos enrollado con un navegante local que tiene la guía Imray del estuario y nos ha ayudado a hacer los cálculos. Yo no me la compré porque me pareció complicadísima, y poco necesaria para un viaje de 3 meses en los que el estuario iba a ocuparme dos o cuatro días. 

Mañana vamos a intentar llegar a Queenboroug, un puerto en uno de los afluentes del Támesis en su orilla derecha (o sea, entrando en la orilla izquierda, porque el lado de los ríos se define desde el nacimiento a la desembocadura). Es el primer puerto accesible a cualquier hora de marea después de Ramsgate, y nos separan de aquí 37 millas. Aunque parece mucho, hay que tener en cuenta las corriente de marea, que nos hará ir más deprisa.

He dicho que es accesible a cualquier hora de la marea, pero lo que tiene son boyas en mitad del río y un botero que te baja a tierra, y trabaja de 9 a 21 horas. Algo muy incómodo tanto para la intendencia (volver con la gasolina, el agua y las compras al barco fondeado) como por lo mal que se duerme en la boya. También tiene unas pocas plazas en un único pantalán de tránsito, pero no las reservan y te dejan usarlo si hay sitio cuando llegas. A ver si tenemos suerte.

Hay dos posibles rutas para llegar a Queenborough, una que pasa cerca de la costa esquivando escollos, y otra que se aleja más, y va por aguas más profundas, pero por un canal compartido con los mercantes, que son tantos como en el Canal de la Mancha. Pasa por fuera del parque eólico, y es la que vamos a seguir.


A continuación hay que calcular la hora de salida, según tu velocidad sobre el agua (no sobre el fondo, que depende de la corriente) y si la marea es viva o muerta. Entonces se entra en unas tablas de doble entrada para sacar la hora ideal de salida de Ramsgate. Para mañana, con una marea viva, bajamar a las 7:45, velocidad del barco 5 nudos, y usando la ruta más alejada de la costa, resulta que la hora más adecuada es media hora antes de la bajamar, o sea a las 7:15, y es lo que vamos a hacer.


Por supuesto el cálculo es teórico, porque según el viento podremos hacer más o menos velocidad. Y siempre se hace el cálculo para la totalidad de la etapa. Por ejemplo mañana, saliendo a las 7:15, las dos o tres primeras horas tendremos una corriente en contra de casi dos nudos, pero una vez superada la esquina sureste de Inglaterra y entrados en el estuario, la tendremos a favor con una intensidad de un nudo y medio, y durante más horas, con lo que el resultado final es positivo. En teoría haríamos las 37 millas en 5 horas y cuarto, sin contar las maniobras para entrar y salir de puerto. Mañana os diré si afinamos en el cálculo. 

Como curiosidades de Ramsgate, una peniche que tiene hasta unos parterres de hierba natural en la cubierta:




y un recipiente para dejar los juguetes de playa y que los usen otros niños:

Por si ayer os pareció raro lo de los depósitos de sal en la calle para deshacer el hielo en invierno, aquí los hay hasta en los pantalanes:


Y lo más original, un contenedor de basura para los alimentos que se traen del extranjero:

Por cierto, aquí los contenedores no son de color estándar para cada residuo y encima el color cambia de unas ciudades a otras, un verdadero lío.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

  1. Espero que los cálculos te salgan y la etapa no se te complique. Entre los depósitos de sal en los pantalones y el contenedor no he podido menos que pensar: A dónde lleva Álvaro al Corto Maltés y su tripulación?
    Ya hablando en serio, espero que esta última etapa marina no se prolongue y podáis comenzar la navegación por el Támesis como os merecéis.

    Buenos vientos

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  2. Pues si que tiene que hacer frio por esa zona en invierno. Prefiero el sur que es mas calentito. Buena proa.

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