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domingo, 2 de julio de 2023

Un día en Saint Malo.

 Hola navegantes.

Ayer pasamos un día de descanso en Saint Malo. De descanso relativo, porque amaneció lloviendo y tuvimos que recoger y limpiar el barco del bardal del día anterior, conectar la electricidad del palo en una escampada, para no hacerlo con los cables mojados:


sellar una grieta del metacrilato de una ventana que se puso de manifiesto con tanta lluvia, y ajustar el reloj de mareas:


Os comento una cosa de este reloj. Tiene una sola aguja útil, la gorda (la del segundero es sólo para que veas si tiene pila). Cuando la aguja gorda está arriba es la pleamar, a la derecha la descendente, abajo la bajamar y a la izquierda la ascendente. Sirve para ver de un vistazo rápido el estado de la marea sin tener que consultar las tablas de mareas, y aunque no afina tanto como éstas, te sirve debido a su inmediatez. De una ojeada ves si está subiendo o bajando, y lo que falta para la pleamar o la bajamar. Por ejemplo, en la foto lleva poco más de media hora bajando. Pues al desembocar en el Canal de la Mancha resulta que ya tenía 3 horas de diferencia con las de Santander. Para que me sea útil he tenido que ajustarlo a las mareas de aquí.

Luego fuimos a recorrer Saint Malo. Lo más bonito son las vistas desde la muralla y cómo cambian según la marea. Hoy la marea ha subido casi 8 metros (en mareas vivas hasta 14). Está rodeado de islas que son accesibles en bajamar:


y una locura en pleamar:


Hay una piscina de mareas que en bajamar usan hasta los niños:

 
y en pleamar sólo asoma el trampolín en mitad de las olas:


Naturalmente hay muchos catetos que se van a la isla en bajamar y cuando ha empezado a subir la marea no son capaces de volver.


Ayer tuvimos que avisar a los de salvamento marítimo porque 3 o 4 personas estaban aisladas en una isla, y la bajamar era a la una de la madrugada. Esperar allí hasta esa hora tenía riesgo de hipotermia, y no os digo si se hubiera puesto a llover.

Como curiosidades, la última gracia sacerdotal. En la Catedral de Saint Vincent han puesto una forma curiosa de dar una donativo: clavando un clavo.
Hay 2 troncos al lado de un altar, con una bandeja de clavos y un martillo.


Hay clavos de 2, 5 y 10 euros. Supongo que no dejen clavarlos  durante la misa, para ostentación del que hace el donativo y que todos se enteren.


Me despido con una imagen del Corto Maltés en Saint Malo.

Con cuidado, navegantes. 

2 comentarios:

  1. La verdad es que Saint Malo es un sitio muy marcado por sus grandes fluctuaciones del nivel del mar, algo muy bien narrado en tu crónica como de costumbre...
    Buenos vientos en la nueva etapa que se avecina...

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  2. Gracias Rodolfo. El cargador de baterías va de maravilla. Un saludo.

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