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domingo, 16 de julio de 2023

Fuerza 9 en el pantalán

 Hola navegantes.

Ayer se confirmó el temporal y estuvo soplando todo el día con rachas de fuerza 9. Nosotros nos fuimos a conocer Canterbury en tren, dejando duplicadas las amarras y las defensas, y dejando instalados los muelles de amortiguar los estrechonazos. Estoy muy contento de haberlos traído de Santander. En días como éste te da miedo que se arranquen las cornamusas, y el barco acabe chocando con el pantalán y haciendo gluglú.


 Canterbury está atravesada por un río que llaman Gran Stour, y que a pesar de su nombre es enano y no cubre ni por el tobillo.


A pesar de eso hay una especie de góndolas que hacen un pequeño recorrido.


Hay un montículo desde el que se ve toda la ciudad, y que la guía te recomienda que al bajar te tomes un refrigerio (¡y mide como 20 metros!)


algunos plátanos centenarios y curiosas esculturas en la calle:




Fuimos a ver su famosa Catedral, un sitio monumental para cantar los kiries los que se crean eso.  Me sorprendió ver una referencia a la ONG de la que estoy más orgulloso, Amnistía Internacional, que ha puesto su logotipo de la vela encendida y rodeada por un alambre de espino, como homenaje a los prisioneros de conciencia y a los que sufren persecución por sus creencias. Y el texto "todo lo que es necesario para el triunfo del demonio es que la gente buena no haga nada". Un poco rara esa referencia al demonio y la vela en una iglesia por parte e Amnistía, pero una forma de concienciar al fin y al cabo.


Hay una casa tan inclinada que parece que va a caerse de un momento a otro:



Y otra curiosidad, que algún iluminado de los negocios ha sacado una galletas especiales para la coronación de Carlos III:

A la vuelta fuimos conscientes de que el viento nos había seguido hasta tierra adentro. Había tirado algunas señales ferroviarias y tumbado algunos árboles sobre las vías, y la línea estaba cortada. Tuvimos que volver en autobús, por cierto uno de dos pisos que no paraba de dar tumbos y chocar con las ramas de los árboles impulsadas por el viento.

La noche ha sido toledana. Es duro intentar dormir cuando tu barco está sacudido de esa manera y hasta el estómago se te escora. A veces nos da la tentación de ir a un hotel y dejarlo solo, pero nos da miedo no estar presentes si ocurre algo y encontrarnos por la mañana con el barco suelto u otra desgracia.

Hoy el pronóstico es el mismo y seguiremos sin salir. Mañana continuaremos la navegación, calculando cuatro días para llegar a Londres.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

  1. Viéndolo desde el lado positivo, el temporal os ha permitido hacer una visita que, de otra forma quizá habríais obviado, esperemos no se prolongue más allá del día de hoy y podáis continuar mañana.

    Buenos vientos!

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    1. Claro que si, y hemos aprovechado para unos bricolajes que llevaban mucho tiempo pendientes. Un abrazo.

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