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sábado, 29 de julio de 2023

Costó volver a Francia (+41,7=1241,4 millas).

 Hola navegantes. 

Ayer por la mañana, antes de salir de Ramsgate y con todo preparado para ir a Boulogne Sur Mer, se me ocurrió llamar al puerto de destino para pedir plaza y preguntar si había que poner la bandera amarilla y hacer trámites de inmigración, por venir del Reino Unido. La chica me dijo que tenía que ir obligatoriamente a Calais, el único puerto de entrada en Francia que tiene oficina de aduanas y que te puede sellar el pasaporte. Ante mi incredulidad y el obligado cambio de planes que suponía, le dije que preguntara a su jefe. Y entonces se aclaró todo. Me estaba diciendo lo que se aplica a un inglés que viene a Francia en un barco inglés. Al decirle que era español me dijo que entonces podía llegar sin ningún trámite y al puerto que quisiera. ¡Qué alivio!.

Salimos de Ramsgate un poco tarde para aprovechar la corriente de marea, y fue una de las navegaciones más duras de este viaje. El barco saltaba tanto que no pude escribir en el cuaderno de bitácora, ni pudimos comer, ni por supuesto hacer fotos. Pero conseguimos llegar a Francia y eso ya es un alivio. Estaba deseando salir de Inglaterra, con su meteorología podrida, su lenguaje gutural que no se esfuerzan en que comprendas, y los precios exorbitados de sus marinas y de la compra.

Al salir de Ramsgate nos tocó dar unos bordos antes de entrar en el Canal de la Mancha, y eso trastornó toda la planificación. Eso, y que el viento fue más fuerte de lo anunciado pero siempre de cara, obligándonos a una dura ceñida. Nos hicimos las 42 millas con la mayor en el primer rizo y el tormentín,  dando saltos entre olas de 1,5 a 2 metros y con un periodo muy corto, unos 5 segundos. En cada pantocazo la proa pulverizaba el agua hasta la mitad del mástil y el barco se frenaba, y claro, con el retraso se nos invirtió la marea, y las últimas dos horas la tuvimos en contra. Llegamos empapados (está vez de agua salada) y exhaustos a Boulogne a punto de cerrar las oficinas, porque en Francia es una hora más tarde y no lo habíamos tenido en cuenta.

El cruce del Canal esta vez fue más complicado que a la ida. En el sector hacia el Oeste (el del lado inglés) nos cruzamos con 10 o 15 mercantes, pero solo a 3 o 4 tuvimos que esquivarlos maniobrando. En el sector hacia el Este (el del lado francés) sólo con 3 y no tuvimos que maniobrar. Además nos cruzamos con 3 o 4 ferries de los que atraviesan el Canal entre Dover y Calais. 

Al doblar las escolleras de Boulogne saboreamos el placer de cambiar por fin el caos del Canal por la superficie lisa del puerto. En la Capitanía nos dejaron una manguera y lo primero fue endulzar todo el barco, las ropas y las botas de agua, los chalecos y el tormentín, ducharnos, cenar, y caímos rendidos cerca de la una.

Para los próximos 3 días hay anunciado un temporal del Oeste de fuerza 6-8 que nos tendrá inmovilizados aquí, y nos obligará a recuperar el tiempo perdido en las próximas etapas, que se prevén duras.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

  1. Menudo retorno de la pérfida Albión!
    Menos mal que tiene el premio de volver al continente...
    Ánimo valientes!
    Eduardo

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  2. Los ingleses son tan raros, que encuentran un especial placer en confundirnos de todas las formas imaginables. Ánimo. Un abrazo Milo

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