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jueves, 20 de julio de 2023

Llegamos a Londres.

 Hola navegantes.

Por fin, y a pesar de las vicisitudes y la deserción, ayer llegamos con el Corto Maltés a Londres. En las fotos podéis ver nuestras caras de satisfacción al cruzar la gran barrera de mareas y acercarnos a la city:




Salimos de Queenborough temprano, como siempre para aprovechar la marea. Teníamos que salir en la última hora de la vaciante, que nos arrastrara por el afluente donde estábamos hasta el Támesis, y luego la marea entrante nos arrastrara hasta Londres. Así lo hicimos, pero ya al salir nos cayó el primer chubasco, y estuvo lloviendo o con tiempo tormentoso y mala visibilidad toda la mañana. Imaginaos tener que navegar así en julio:

Tampoco acompañó la navegación el paisaje absolutamente feo y costroso del Támesis, que ha resultado ser una sucesión de muelles comerciales, mercantes, remolcadores, grúas y toda esa morralla. Y tener que ir esquivando todos los mercantes que se nos acercaban por delante y por detrás, saliendo de repente de la niebla. El tema "mercantes" ha sido mucho más complicado en el Támesis que en el Canal de la Mancha.

A eso de las 14 horas llegamos a la gran barrera de mareas del Támesis, de la que os hablé en otra entrada cuando estábamos preparando este viaje, y ni se nos ocurría pensar en la posibilidad de que llegáramos.

Clic aquí.

Es una obra faraónica para frenar las crecidas del río coincidentes con las mareas vivas o con temporales en el Mar del Norte. Os aconsejo volver a leerla para los detalles. Llamamos al organismo que coordina su tránsito, la autoridad portuaria de Londres, que es obligatorio,  y nos hicieron pasar por la puerta G, la más accesible por la derecha. Es raro porque suelen usarse las del centro del río, pero así lo hicimos. Es verdad que al pasar se sienten remolinos que tienden a desviar tu rumbo, pero nada peligroso. Otra aparente dificultad náutica que creo que se puede banalizar.

Respecto a la posibilidad de quedarnos en Greenwich, no nos contestaron al teléfono en toda la mañana, o sea que desistimos y cambiamos el destino a South Dock Marina, en la orilla derecha, cerca de Greenwich para poder visitarlo hoy, y también cerca del muelle de St. Katherine, justo bajo el Tower Bridge, a donde nos cambiaremos esta tarde. Os recuerdo que teníamos el atraque reservado desde hace meses, pero han tenido la compuerta cerrada por labores de mantenimiento y no nos avisaron. 

La parte buena, que Luis tenía ganas de vivir la experiencia de pasar una esclusa, y esta marina la tiene. Aunque casi no había desnivel con el río, porque llegamos justo en la pleamar, y fue fácil como la tabla del uno. Cuesta creer que el mismo sistema sirva para salvar diferencias de 25 metros, como en la vuelta a Francia. Y la mala, que la marina tiene una tarifa de caersete los empastes, y nos han recrujido: 92 euros por una noche (en Francia, entre 11 y 20 euros por noche). Es lo más alto que he conocido en mis años de navegante. Y no penséis que es que tiene casino, los grifos de oro o vecinas de pantalán al estilo Marilyn, Miss Lanzallamas . Qué va, la mayoría de las plazas están ocupadas por peniches usadas como vivienda por familias, los aseos son un prefabricado en los mismos pantalanes, y el wifi no se coge. Algo patético por ese precio.


A la marina acababan de llegar 6 chicas que han dado la vuelta al Reino Unido a remo. Han usado una barca de remo oceánico para 3 remeros. Son estancas y autoadrizables, y tienen una célula de supervivencia donde refugiarse en caso de temporal y donde llevan la electrónica. Han tardado cuarenta y tantos días, lo han hecho sin tocar tierra, turnándose para remar y dormir, y han batido un récord. Venían con esa risa que sólo se ve en los ojos, y creo que hoy saldrán en las portadas. No nos enrollamos mucho con ellas para dejarlas ir a descansar, aunque dijeron que lo primero era "una cervecita".

Ahora empiezan para mi las verdaderas vacaciones, una semana en Londres con Ana, en una marina cómoda justo al pie del Tower Bridge. Y luego emprender la navegación de vuelta, que seguro estará llena de sorpresas y no podremos cantar victoria hasta llegar a Santander. Pero "cuando llegue a ese río ya pensaré en el puente". De momento me despido con esta foto del Corto Maltés delante de los rascacielos de la City, que es en lo que hay que pensar hoy:

Con cuidado, navegantes.

5 comentarios:

  1. Siempre es fácil decir: "Estábamos seguros de que lo conseguirias" Solo tú sabes lo difícil y complicado que ha sido y los preparativos tan concienzudos que requiere una aventura así.
    Enhorabuena a tí y a todos tus tripulantes, especialmente a Luis que ha salvado el escollo más difícil e inesperado.
    Disfruta con Ana de estos días de vacaciones. Lo tienes muy merecido!
    Eduardo

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  2. Gracias, Eduardo, por tus palabras y por seguirnos en el blog. Un saludo.

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  3. Enhorabuena Alvaro y toda tu tripulación, este año te estoy siguiendo con más interés que a Alcaraz o al Tour de Francia, el corto maltés ha sido el descubrimiento del verano. A seguir disfrutando.
    José Antonio

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  4. Enhorabuena y gracias también por los diarios relatos de esta nueva aventura. Ecume

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  5. Mis felicitaciones, con tus preparativos y planificaciones las posibilidades de conseguir cualquier destino son muy muy altas. Un abrazo.

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