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miércoles, 19 de julio de 2023

Nos libramos del loco.

 Hola navegantes.

Ayer salimos de Ramsgate temprano para conseguir la travesía más corta en tiempo, como os expliqué. No lo conseguimos en  5 horas y cuarto sino en 7, pero no está nada mal para un velerito de 6 metros. Obviamente la razón es que no todo el tiempo fuimos a 5 nudos, y que a veces paramos para tomar fotos.

Como tomamos la ruta más alejada de la costa resultó que nos acercamos más de lo deseado al Principado de Sealand, esa micronación de la que os hablé otro día cuando preparaba este viaje:

Clic aquí.

Aunque creo que nos metimos en "sus" aguas territoriales, por suerte el loco o no se enteró o no tenía ganas de meterse en líos, porque no mandó a nadie a hacernos prisioneros. Si os fijáis, Inglaterra le ha rodeado el Principado de eólicos.


También pasamos junto a los fuertes que Inglaterra instaló en el estuario para defenderse de la aviación enemiga. Os hablé de ellos otro día (Clic aquí) y por lo que parece la información que recogí era incorrecta. Os dije que los habían desmantelado todos, y por lo menos hemos visto 3 grupos de ellos. Con independencia de su origen triste y militar, dan una imagen curiosa y sorprendente del estuario.

Y también pasamos junto al pecio del Richard Montgomery, un buque de guerra naufragado, del que velan los mástiles y que tiene la friolera de 1.400 toneladas de explosivos. Tiene una zona de exclusión pequeñísima (unos 500 metros) más pensada para que nadie se acerque a curiosear o bucear que para proteger nada en caso de explosión. Pero desde luego no protege al pecio de un accidente, y menos aún de su propio desplazamiento en el fondo marino por los movimientos de la arena. Las 1.400 toneladas de explosivos que contiene son todavía susceptibles de explotar, en lo que sería la explosión no nuclear más importante de la historia y provocaría un desastre en todo en entorno del estuario. Generaría un géiser de agua de un kilómetro de alto y 300 metros de diámetro, y una ola de tsunami que sumergiría una parte del estuario y de la ciudad de Londres. Da miedo ver algo tan peligroso de cerca, justo al lado del canal de navegación, aunque por suerte lleva casi 80 años sin explotar y no se le ha ocurrido hacerlo a nuestro paso.

Llegamos a Queenborough pronto y pudimos quedarnos en el pantalán en vez de en la boya, abarloados a otro velero. He tenido que poner de nuevo los muelles en las amarras, porque los pesqueros corren como si no hubiera mañana, y levantan unas olas que lo romperían todo.

Aunque es un pantalán muy cutre, y no tiene duchas, estamos contentos porque pudimos ir a comprar gasolina, y a dar una vuelta por el pueblo. La gasolina en Inglaterra tiene el mismo problema que en Francia, que la de 95 octanos tiene un 10% de etanol y hay que comprar la súper, en este caso con 5%.

El pantalán en el que estamos se queda casi en seco en bajamar, y solo mantiene un poco de agua la punta:


Y este es el río en bajamar. Para que nos quejemos de nuestros atraques:


En las tablas del pantalán tienen un emotivo homenaje a sus marinos y vecinos fallecidos, con una chapa conmemorativa, y con flores y frases de recuerdo en sus aniversarios:

La pena, cuando una familia se confunde o no sabe el valor real de lo que tiene su ser querido. Por ejemplo ésta, cuyo recuerdo es que era "Duquesa de Sealand", que es un título que vende, sólo por dinero, el loco de la plataforma, sin ningún otro mérito:


Hoy intentaremos pasar la barrera de mareas del Támesis y llegar a Greenwich, en el meridiano cero que divide a La Tierra en dos mitades, la Este y la Oeste. Tiene un pantalán en aguas profundas que a veces te autorizan a usar para una noche. Todavía no hemos decidido si dormiremos con la cabeza en la mitad Este y los pies en la Oeste o al revés. Y si nada se tuerce, mañana llegaremos a Londres.

Con cuidado, navegantes.

3 comentarios:

  1. Flores, recuerdos y una cerveza Stella Artois checoslovaca, ese si que entendía de cervezas y no los ingleses. Un abrazo.

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  2. Vaya singladura del Corto Maltés!, las fuerzas de la naturalezap, siempre que se puedan aprovechar, nos pueden dar más de una alegria. Pues con seguridad ya vais camino de "longitudes W", ya se huele la etapa final "a pesar de los pesares"

    Buenos vientos!

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  3. Fantástico viaje, y emocionante relato. Mil gracias por contarnos la aventura, lejos de la rutina! Javier, navegante navarro y seguidor del Corto Maltés.

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