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jueves, 27 de julio de 2023

Una etapa maratoniana (1.128+71=1.199).

 Hola navegantes.

Como para hoy se había pronosticado otro temporal del SW de fuerza 6-7 en el Canal y no íbamos a poder navegar, ayer decidimos Mario y yo hacer una etapa larga. Y conseguimos llegar desde Londres a Ramsgate (71 millas) haciendo en un día lo que a la ida nos costó dos. Por cierto, voy a añadir después del título de cada día un contador de las millas náuticas navegadas y el total desde que salimos de Santander, para que os hagáis una idea de la magnitud del viaje. De Santander a Londres fueron 1.128, y ahora empezaré a sumar las de la vuelta. Para saber los kilómetros hay que multiplicar las millas náuticas por 1,8.


Por la mañana descendimos el Támesis. Salimos en la primera apertura de la esclusa, a las 6, con otros barcos, y en la siguiente foto podéis ver por qué a la gente le sorprenden los viajes que hacemos con mi barquito. Parece el barco de los liliputienses del viaje de Gulliver.


Y si, a pesar de la luz eran las 6 de la mañana, que aquí sale el sol a las 5.

Nos despedimos del Tower Bridge y del Cutty Sark , y volvimos a pasar la gran barrera de mareas.




Hizo una mañana soleada pero fría, y sin viento. En un momento se nos acercó una foca a menos de 20 metros del velero y se quedó mirándonos con curiosidad, como otras veces hacen los delfines. 

Al llegar al mar se levantó el esperado viento del SW, incluso más fuerte de lo esperado, y pudimos navegar a vela a una velocidad endiablada, 6-7 nudos cuando la marea nos fue favorable. Al final de la tarde incluso tuvimos que tomar el primer rizo de la mayor y enrollar parte del génova. Aún así pasábamos de los 5 nudos.

En una de las marcas cardinales del recorrido alguien ha colocado una bandera gay. Si ya son difíciles de identificar de lejos, sólo faltaba que los colectivos empiecen a utilizar las señales de navegación para sus reivindicaciones y nos lo pongan más difícil todavía.


Al doblar el cabo North Foreland, el más al SE de Inglaterra, nuestro rumbo a Ramsgate era Sur, y el viento que nos había estado entrando por la aleta empezó a venirnos de proa. Por eso las últimas millas fueron de una dura ceñida, y además bajo la lluvia. Como el puerto de Ramsgate tiene un amplio antepuerto protegido por las escolleras, decidimos hacer la maniobra de velas dentro. Y menos mal que lo hicimos así, porque se trabó un patín de la mayor con el cabo del amantillo y la vela no bajaba. Tardamos un buen rato en resolverlo, y no quiero imaginarme que ese problema lo hubiéramos tenido fuera, con las olas, el viento y la corriente castigando a nuestro barco.

Hoy pasaremos el día en Ramsgate protegidos del temporal, y si todo se da bien a lo mejor mañana cruzamos a Francia desde aquí.

Con cuidado, navegantes.

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