Hola navegantes.
Cuando veáis el trak de hoy que nadie piense que habíamos desayunado un carajillo. Ha sido otra vez culpa del viento de cara.
Hoy no madrugamos porque pensábamos hacer una etapa corta, hasta las Islas Lerins, visitarlas, bucear las esculturas sumergidas y por la tarde hacer una etapa corta hasta Port Vauban, unas 8 millas. Pero amaneció con un viento del Este de fuerza 5-6 que nos hizo salir ya del puerto de Cannes solo con el génova al 50 %, y enseguida cambiarlo por el tormentín y la mayor en el segundo rizo. Todos los bucles que veis en el trak fueron porque tuvimos que ponernos a la capa para cambiar las velas. Y con ese vientazo derivábamos mucho.
Al asomarnos al canal entre Santa Margarita y San Honorato, donde están las esculturas sumergidas, fue evidente que con ese viento de romperlo todo no sería seguro el fondeo, y menos dejar el barco solo para ir a bucear. Por no hablar del peligro de bucear con esas olas. Así que, con gran dolor de corazón, tuvimos que renunciar.
Entonces nos planteamos seguir hasta Port Vauban o renunciar a pasar el Cabo Antibes hoy y quedarnos en Port Galice, a sotavento del Cabo. Decidimos ir a intentarlo y si no podíamos, renunciar. Entonces empezó una cabalgada loca, con las velas de tormenta, dando bordos contra un fuerza 5-6 y unas olas de 1,5 a 2 metros que varias veces nos pasaron por encima y nos empaparon. Menos mal que hacía mucho calor y nos secábamos enseguida. Al mediodía el viento empezó a bajar y decidimos seguir, llegando a Port Vauban después de hacernos 22 millas en 8 horas y media. Casi nada.
Port Vauban está volcado en la náutica rica. Su muelle principal de llama "Muelle de los Millonarios", así, sin complejos. Y los paquebotes que allí amarran sobresalen por encima de los espigones, porque tienen 4 o 5 pisos.
A nosotros, por ser pequeños, nos han mandado donde la plebe, el sitio donde la satisfacción nos sale a devolver:
Port Vauban también es famoso porque aquí vivió unos años Picasso, dejó muchas de su obras, y han hecho un museo. La pena, que se enrolló con una francesita de 20 años, Françoise Gilot (él tenía 65) que le sirvió de modelo muchos años, y terminó dejándole porque no quería "estar casada con un monumento histórico". Por desgracia el museo estaba ya cerrado.
En la siguiente podéis ver al Corto Maltés en Port Vauban, que se reconoce por el muro y la escultura del nómada sobre él:
Es una escultura del busto de un hombre, sentado y sujetándose las rodillas, hecha con letras. No he podido encontrar su significado.
Casi no me atrevo a decirlo, pero mañana nos espera otra etapa corta, unas 8 millas hasta Niza, para el cambio de tripulación. A ver qué sorpresas nos depara.
Hasta mañana, navegantes.
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