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domingo, 13 de junio de 2021

No volver a donde has sido feliz.

 Hola navegantes.

Hoy hemos salido de Port Gardian después de ir a visitar la iglesia de "Santa Sara", la sirvienta negra de las dos Marías que los gitanos consideran su patrona, aunque oficialmente no es "Santa". En su cripta había una caja llena de una especie de maderas de color gris. Le pregunté al sacristán si eran los restos de la barca en la que llegaron a la costa, y resulta que no, que son un montón de sus huesos, incluyendo las palas ilíacas, una muela y una vértebra. 

¡Qué morbo con las reliquias!. Después hemos hecho una navegación larga (48 millas) pero magnífica. Al principio el viento fue muy fuerte (fuerza 5) y la primera mitad del día fuimos con la mayor en el primer rizo y el Genova entero, yendo a una media de 6 nudos pero con picos de hasta 8,3. Al mediodía hubo un rato de calma en que tuvimos que ir 45 minutos a motor, y finalmente se estableció en fuerza 3 del SW, acabando el día con la mayor y el espinaker. En total 48 millas en algo más de 9 horas. 


Por el camino nos desviamos dos veces. La primera porque vimos a unas 5 millas de la playa un artefacto flotante infantil, una especie de pato con alas, derivando muy deprisa, y nos temimos que pudiera haber algún niño encima. Por suerte resultó que no, y allí lo dejamos continuando su viaje a ninguna parte:


Más adelante vimos una lancha derivando frente al golfo de Fos, a unas 6 millas de la costa. Nos pareció lejísimos para esa barca y nos acercamos por si necesitaban ayuda. Al estar casi a su altura vimos a los tripulantes en bañador y no nos pidieron ayuda, así que seguimos nuestra ruta.

Al final de la tarde vimos desde lejos nuestro objetivo, las islas Frioul, frente a Marsella, y con las horas que llevábamos en el barco la tierra crecía de tamaño en proporción con nuestras esperanzas. Yo ya conocía estás islas y es mi tercera recalada en ellas, pero llegar a una isla siempre es emocionante. En este caso se pasa por la isla de If, con su impresionante castillo construido al borde de la roca que lo sustenta, y donde estuvo preso el protagonista del Conde de Montecristo:


Luego frente al edificio de los prácticos de Frioul, con forma de mercante, y que al principio asusta porque realmente parece un mercante encallado:


Tiene hasta su ancla. Y finalmente entramos en el puerto que se ha construido tras el muro de protección que une las dos islas principales del archipiélago. Y aquí vino mi decepción, porque recordaba una isla virgen, con poca gente, con senderos prohibidos hasta para las bicis y muy natural, y tal vez por ser domingo por la tarde he visto mucho de lo contrario. Restaurantes, música en alto, las calles llenas de turistas y hasta un tren turístico para enseñar los paisajes:

En fin, la vida misma. Mañana visitaremos la isla por la mañana, y luego seguiremos hacia el Este.

Con cuidado, navegantes.

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