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martes, 29 de junio de 2021

Remover Roma con Santiago.

 Hola navegantes.

Como era de esperar, la noche fondeados nos ha dejado baldados, por los despertares debidos a la alarma de garreo que se activaba cuando el viento cambiaba de dirección y desplazaba al barco. Madrugamos, nos bañamos en el mar en vez de la ducha, y salimos para Civitavecchia a las 7, con una travesía por delante de 37 millas.

La navegación ha sido perfecta, con una gran variación en la intensidad del viento, desde fuerza 5-6 para ir con la mayor rizada, hasta calma chicha donde el único soplo venía de nuestros suspiros por la lentitud del avance. Pero lo malo ha sido que me he pasado toda la mañana al teléfono, como si estuviera en la oficina, para resolver el tema del atraque. 

En Civitavecchia me dijeron que no tenían, y me pareció tan sorprendente que llame a la autoridad portuaria (Civitavecchia es un puerto comercial) y me dijeron que esos atraques los gestionaban agencias privadas. Al preguntarle si podía darme algún teléfono me dijo que los buscara en Internet (¡y estaba en mitad del mar!). Para mayor desesperación los siguientes puertos no cogían el teléfono.

Entonces tiré de mis amistades hasta encontrar, de rebote, a Marco, un italiano que vive en Venecia, casado con una santanderina, que sin conocerme de nada nos hizo el favor de localizar una de esas agencias, confirmar que en Civitavecchia no había atraques, y conseguirme uno en un puerto cercano, Riva di Traiano:


Gracias Marco. Te debo una para cuando pase por Venecia (si llego). Este problema sólo lo hemos encontrado en el entorno de Roma, y mi sospecha, aunque puedo estar equivocado, es que los puertos de alrededor permiten a los navegantes romanos ocupar los atraques de tránsito, dejando sin ellos a los que viajamos. Ya os diré si lo confirmo. De momento un navegante italiano que hemos conocido hoy me ha asegurado que de aquí hacia el Sur no voy a encontrar ese problema.  Desde luego en la navegación a Elba me pasé en Italia 2 meses, y no me ocurrió nunca.

La verdad es que al pasar frente a Civitavecchia se te quitan las ganas de conocerla. Igual es que estoy sesgado por el problema de hoy, pero su fachada marítima es completamente anodina y además afeada por una industria química:


Y los grandes ferries:


Las fotos publicitarias donde se ve una fortaleza con un islote están con el encuadre trucado, pues todo ello está junto a los grandes muelles de hormigón del puerto comercial, que lógicamente dejan fuera de la foto. Nosotros estuvimos dudando si retroceder mañana en autobús para conocerla y enseguida lo hemos descartado. Adelantaremos un día la llegada a Roma y tendremos un día libre para volver a visitarla.

Riva di Traiano debe ser el puerto de descarga de Civitavecchia. Está solo 3 millas más al Sur, y consiste en un gigantesco espigón de un kilómetro y medio en mitad del mar, o sea, no cierra una ensenada natural, con 1.800 atraques. Los amarristas disponen de plaza de aparcamiento y de un local para trastero:


Hay un proyecto para ampliarlo al doble de su capacidad actual, lo que apoya mi teoría sobre los navegantes romanos. Como curiosidad, fijaos cómo está la que debería ser la boya roja de la entrada:


Un poco de pintura ya le falta.

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Con cuidado, navegantes.


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