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sábado, 12 de agosto de 2023

Empapados (+11 = 1.542 millas).

 Hola navegantes.

Ayer nos tocó la etapa de las muchas esclusas, concretamente las 11 encadenadas y muchas más, hasta totalizar 19. Lógicamente con tantas esclusas hicimos muy pocas millas, sólo 11, pero llegamos igual de reventados porque además no paró de llover. Nos da pena pensar en vosotros bajo la ola de calor, y nosotros tener que pasar las esclusas con el paraguas y los pescanovas:



Antes de salir aprovechamos estar abarloados a una motora con la cubierta alta para poner la "trompa" a la perilla del palo, donde va la luz. Es esa madera que la protege de los inevitables golpes en la esclusas, y que hasta ahora no habíamos puesto por no tener el palo. Nos lo dieron ayer en una esclusa y ya ha quedado instalado.


Las once esclusas son unas encadenadas que salvan un desnivel de 27 metros en 2 km. Son un reclamo turístico de la zona y da gusto conocerlas por dentro, pero una experiencia agotadora. En su parte alta está el lago artificial que alimenta las dos vertientes del canal, hacia el Atlántico y hacia el Canal de la Mancha. Está rodeado de árboles tan altos que lo conocen como "el pequeño Vietnam". Y es verdad, parece que te han teletransportado a Asia. Nadie diría que estamos en Francia.



Con tan mal tiempo sientan peor las informalidades de los escluseros. El primero de esta mañana tenía que entrar a trabajar a las 9, y a las 9.30 no había nadie en la esclusa ni cogía el teléfono. Tuvimos que llamar al de otra esclusa, que se desplazó en coche para hacernos pasar pero perdimos casi una hora. Y el primero de después de las 11 esclusas tampoco contestaba el teléfono ni estaba atento a las aguas de su canal, como es su obligación, porque no salió al acercarnos. Volvimos a llamar al esclusero de otra esclusa, que debió llamarme a su teléfono particular porque terminó apareciendo, (¡saliendo de la casa de la esclusa, estaba dentro!) para hacernos la maniobra con cara de sueño y fumando. Creo que le interrumpimos la siesta. Con 4 barcos que pasan cada día tienen tiempo para siestas muy largas. Nos hizo perder otra media hora y, por supuesto, ni se disculpó. 

Perder una hora y media por sus informalidades es un horror, cuando ya vamos muy limitados por su horario (de 9 a 19, con la pausa de la comida de 12.30 a 13.30). Por supuesto que hemos tenido que adaptarnos a su horario, y ahora comemos a las 12.30 h. También quiero decir que estos dos han sido la excepción, la mayoría son muy atentos y serviciales.

Con tantas esclusas y lloviendo acabas con las manos destrozadas, a pesar de los guantes. 


Y lo que es peor, con el "codo de fueraborda", una inflamación parecida al "codo de tenis" de tanto tirar del arranque del fueraborda y de tanto tirar de las amarras. 

Tened en cuenta que en los canales se tira del arranque decenas de veces cada día. En las esclusas hay que parar el motor y arrancarlo para salir, y luego en todas las otras paradas. Como en el Corto Maltés el fueraborda está en estribor, lo normal es arrancarlo con la mano izquierda. Yo lo hacía así hasta que me dio un codo de fueraborda en la vuelta a Francia, y aprendí a arrancarlo con la derecha, poniéndome en cuclillas en el banco. He estado haciéndolo así unos años, y ahora que me da el codo de fueraborda en el brazo derecho he tenido que volver a la zurda. 

Y respecto a las amarras, en las esclusas Ana se va a la proa para controlar la amarra de proa, la que evita que el barco se atraviese, y yo me quedo en la popa para controlar el motor, el timón, y la amarra de popa. Como amarramos por estribor al llevar el palo en babor, y hay que mirar a la pared para controlar los golpes que provocan las olas, aguanto todos los tirones con el brazo derecho. 

Hoy nos hemos quedado en el pueblecito de Saint -Medard-Sur-Ille, del que puede decirse sin temor a exagerar que es donde Cristo perdió las katiuskas, porque no tiene nada. Casi ni gente, las calles vacías, ni un comercio abierto a las 18.30, y el único restaurante nos dijo que estaba lleno (nosotros lo estábamos viendo vacío) y no nos aceptó a cenar. Por suerte tiene un camping al lado con ducha caliente gratis, y al final del día todo lo que has pasado mal queda compensado con dormir en un sitio como el de la foto, oyendo el rumor del agua:

y despertarte por la mañana lejos de la vorágine con estas vistas:


Con cuidado, navegantes.

3 comentarios:

  1. Pequeño paso en millas, pero notable en desnivel. Aquí hola de calor y extrema sequía, y ustedes empapados, lo que sobra en algunas partes, falta en otras.
    Las veces que he tenido que pasa la esclusa del puerto de Sevilla, que suman decenas, nunca ha habido un problema de impuntualidad, tanto en la antigua, como en la actual, a pesar de la fama negativa al respecto de los andaluces; nada que dondequiera cuecen habas...
    Esperemos que vaya a mayores el malestar de tu codo, porque repuestos no hay...
    Disfrutad de la tranquilidad y el frescor, y que hoy las esclusas estén más espaciadas, haya algo más de responsabilidad en el personal que las atiende, y la lluvia haga un alto al menos...

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  2. Ánimo, ya ha pasado ese empacho de esclusas y el sitio es magnífico. Lástima la lluvia .
    Manos de esclusa y codos de fueraborda, me recuerda el pie de trinchera y el codo de tenis :-(
    La verdad es que cuando tuve que cambiar de barco por culpa del temporal Gloria he agradecido mucho el arranque eléctrico de este fueraborda.
    Es un gran invento.
    Mucha suerte y buen tiempo os deseo!
    Eduardo

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  3. Lei en algun sitio, (creo que a Didac Costa), que para las manos de los navegantes es muy buena la crema Neutrogena o similar, que el la usaba una vez a diario y tenia las manos perfectas. Un abrazo, Daniel Tribaldos.

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