Hola navegantes.
Ayer fuimos a Puenteume en las bicis, porque finalmente nos dijeron que una parte de la pista costera era ciclable. Y, en efecto, lo era:
Aunque a veces pienso que exigimos mucho a nuestras minibicis, que están pensadas para hacer recados en la ciudad, no para hacer trial. Por suerte esta vez no se rompió nada.
Al llegar a Puentedeume comprobamos que, en efecto. El puente del ferrocarril está en obras y han colgado un andamio que reduce su vano como un metro. Pero aún queda un trozo sin instalar:
A simple vista parece difícil que por ahí quepa el Corto Maltés, que tiene 10,7 metros desde la línea de flotación a la perilla. Pero tuvimos la suerte de conocer a otro marino, Jose Antonio, que por necesidad tuvo que medir el puente ya que entra a menudo con su velero, el Alba. Para empezar nos dijo que la vía del tren tiene pendiente descendente hacia el Este, lo que es muy difícil de apreciar a simple vista. Se traduce en que el vano del puente es alrededor de un metro más alto hacia el Oeste que hacia el Este. Por supuesto hay que utilizar el vano central, acercándose más a la pilastra del Oeste. Da la casualidad, además, que es donde todavía está sin andamio.
Luego nos facilitó las medidas exactas, que tomó con una cinta métrica de 25 metros y una plomada (clic encima para verlo mejor):
La base de la pilastra tiene una primera zapata de granito con forma de sombrerete, que mide 90 cm. de alto, y debajo de ella otras que se diferencian perfectamente, de 50 cm. Cuando la marea está por el sombrerete el vano es de 10.8 metros, cuando asoma la primera zapata 11.7, la segunda 12.2, y la tercera 12.7 metros. Entrando a mitad de la marea tienes suficiente agua debajo y suficiente vano encima para pasar con un barco como el mío. Hay que pasar entre las pilastras 2 y 3, más cerca de la 3 pero no muy pegado porque debajo del agua tiene una base más ancha donde se calzó.
Con esta información tan valiosa, hoy vamos a intentar entrar a Puentedeume. Gracias, Jose Antonio.
Para terminar, os enseño las curiosas mesas de la escuela de vela de Ares, hechas con carcasas de balsas salvavidas:
Y cómo ha bautizado alguien a su barco: : "Amargavidas". ¡Vaya uno!. Es raro, porque el nombre se pone al comprar el barco, y normalmente se hace en un momento de optimismo sobre lo que te va a aportar. Los chascos vienen más tarde.
Y me despido con el segundo puente de Puentedeume, el de carretera, ya absolutamente infranqueable en velero, pero por suerte aguas arriba del pueblo:
Con cuidado, navegantes.
Hace unos 63 años, visité Puendeume y contemplé por primera vez, una gran cantidad de delfines en su bahia
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