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lunes, 13 de junio de 2022

Conseguimos entrar en Puentedeume.

 Hola navegantes.

Siguiendo las instrucciones de nuestro nuevo amigo, Jose Antonio, que como os dije tiene medido el puente de Puentedeume al dedillo por necesidad, ayer conseguimos pasar y amarrarnos en este precioso pero difícil puerto:


Salimos de Ares calculando bien la marea para llegar al puente a las 12, a mitad de la creciente. Había una brisa fuerte del NE que nos impulsaba sólo con el génova a 4-5 nudos en vez de los 3 que necesitábamos, y llegamos un poco antes. Eso nos obligó a navegar por encima de los arenales con poca agua, y lo hicimos con la orza y el timón subidos, y vigilando bien el calado desde la proa:


Al llegar al puente el agua estaba dejando en el aire los tres primeros bloques de granito de la pilastra, lo que según Jose Antonio deja 12,7 metros de vano, y el Corto Maltés tiene 10,7, o sea que íbamos sobrados. Pese a ello, desde abajo siempre te parece que vas a chocar, por la perspectiva. Me ha pasado hasta en puentes en los que me sobraban más de cinco metros. Eso me obligó a alguna maniobra rara, intentando frenar en marcha atrás contra la corriente de marea, que divirtió mucho a los espectadores (era domingo, hacia buen tiempo, y aquello estaba lleno de mirones). Pero finalmente pasamos sin incidentes y nos amarramos al pesquero "Mar de Jana". Es el de Manolo, un pescador que conocimos también en el puerto y que nos permitió abarloarnos,  ya que no sale a pescar hasta el lunes por la noche. Por cierto, no busquéis en Mar de Jana en Google Maps, el nombre se debe a su hija.


La tarde fue perfecta porque José Antonio se pasó en su generosidad como anfitrión y nos llevó en su coche a conocer todos los alrededores. Principalmente el parque natural de las Fragas del Eume (los bosques del Eume) unos bosques de ribera alrededor del río en cuya desembocadura está el barco, con unos paisajes fluviales de los que harían paliceder a un fabricante de postales:


Hasta el sitio de la foto se puede llegar en barcos pequeños en pleamar. Y algunos monasterios y castillos, como el Monasterio de Caaveiro, en restauración, o el Castillo de Andrade, en una colina desde la que se ve todo el estuario del Eume.

Volvimos al barco en plena bajamar, y entonces el puerto asusta al ver dónde te has metido, porque la mayoría de los barcos se quedan en seco:



En esas bajamares el acceso al barco, sobre todo con las bicis o con la compra, es divertido.


Y algunos te ponen  la navegación aún más difícil, echando amarras que atraviesan el estrecho canal de navegación, para apartar su barco del muelle:

En fin, uno de los sitios más difíciles donde he entrado con el Corto Maltés. Por suerte ya conozco el camino, y hoy saldremos con la misma altura de marea que ayer y por el mismo trak, con destino a Ferrol.

Con cuidado, navegantes.

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