Hola navegantes.
Hoy hemos dedicado el día a conocer Brindisi, y además con la visita inesperada de la familia de mi sobrina Alicia, que este año no ha podido acompañarme en la navegación.
De todo lo que hemos visto destaco el final de la Via Apia, que unía Roma con Brindisi, con unas escaleras monumentales y una de las dos columnas que las adornaban. Está restaurada y el capitel original está a pocos metros, en la oficina de turismo.
Hace tanto calor que a esta ola de calor la han bautizado "Lucifer". No me extraña. Aquí los bancos los tienen protegidos con cartones, para no quemarte el culo.
En un museo me enteré de por qué el escudo de Brindisi lleva un ciervo:
Es porque desde el aire su bahía recuerda la silueta de la cabeza y la cornamenta de un ciervo:
En el escudo han añadido las dos columnas de la Vía Apia.
Y lo más emocionante, el monumento a los marinos italianos:
Es una torre de hormigón de 68 metros de alto, que imita la forma del timón de un barco. Se construyó en un año, entre 1.932 y 33, para homenajear a los marinos muertos en la primera guerra mundial, y luego se extendió a los de la segunda (6.000 y 34.000 respectivamente), cuyos nombres están grabados en una cripta.
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