Hola navegantes.
Como dicen en los problemas de Capitán de Yate, "después de otros acaecimientos" hemos llegado a Gallipoli, en el tacón de la bota italiana.
Después de varios intentos infructuosos por conseguir atraque en las marinas, nos hemos quedado en el muelle de pesca, en el puerto viejo, justo bajo el castillo.
Como veis en el cartel, está prohibido amarrar allí. Pero unos navegantes italianos que conocimos en Ciro Marina nos dijeron que este era el sitio, y un pescador local nos dio el teléfono de un tal Ferdinando, que es el que da el visto bueno para utilizarlo. Le explicamos nuestra situación y nos dijo que podíamos quedarnos, que no nos preocupamos por el cartel. Hemos intentado quedar con él para conocerle, y para que nos lo explicara, pero no ha sido posible. Además cuando vinieron unos pescadores a trabajar con las redes que veis en la foto, hablé con ellos para ver si les estorbábamos y, después de decirme que no, me preguntaron que si había hablado con Ferdinando, y que si él me había dado el okey, estaba todo bien. Total, que nos vamos a ir sin conocer al influyente.
Aquí no tenemos ningún servicio pero el sitio creo que lo compensa. El principal problema ha sido conseguir hielo, porque al no tener electricidad no hay nevera y se nos iba a estropear la comida. Finalmente lo encontramos en un súper un poco alejado, y además una cafetería donde hemos tomado algunas granitas (granizados) nos ha guardado los frigolines en el congelador.
En el muelle nos acompaña una familia de gatos que han hecho de esta esquina del muelle su residencia.
Hemos conocido Gallipoli, que como ciudad es muy bonita, con un castillo que llevaba dos siglos en ruinas y ha empezado a rehabilitar una asociación sociocultural de ciudadanos (Gallipoli Nostra) con independencia de la Administración:
Como siempre, el castillo fue un baluarte defensivo, cárcel, almacén de sal, cuartel, y luego se abandonó. En la siguiente foto el Corto Maltés visto desde una de las celdas del castillo, porque está justo sobre los atraques del puerto viejo:
La parte mala que, como en toda Italia, se tiene asumida la mierda como algo natural, se derrocha el plástico con descaro, todo acaba en el mar y al parecer no les importa tener la joya de la corona de esta costa con el mar así:
Mañana intentaremos llegar a Santa María di Leuca, y nos costará porque hay anunciado un viento del Sur (Siroco) de fuerza 5 que nos vendrá justo de cara.
Con cuidado, navegantes.
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