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viernes, 20 de agosto de 2021

Hoy todo bien.

 Hola navegantes.

Hoy salimos muy temprano de Vieste porque no teníamos claro nuestro destino, y la opción más pesimista (33 millas hasta las Islas Tremiti ciñendo contra un viento del NW, que las habría convertido en más de 60 millas) nos habría llevado a navegar hasta el anochecer. La opción más optimista era poder recalar en Rodi Gargánico, a 16 millas, y desde allí saltar a las Tremiti mañana.

El problema es que Rodi no tenía atraques para nuestra pequeña eslora, y sólo tenía plazas de 12 metros, pretendiendo cobrar por el tamaño de la plaza en vez de por el tamaño del barco, algo completamente atípico. En concreto pedían 65 euros, cuando ayer en Vieste pagamos 30 y anteayer en Trani 14. 

Después de una navegación a todo meter por la mañana, finalmente entramos en Rodi y pedimos hablar con el director. Resulta que hay 3 directores para 8 marineros, una proporción que dice mucho de sus pretensiones. Después de exponer nuestra situación fue comprensivo con el hecho de que con nuestra pequeña eslora estamos más obligados que los barcos grandes a disponer de escalas intermedias, y nos cobró la tarifa de hasta 8 metros. Gracias Emanuel.

La marina de Rodi creo que pretende convertirse en una perla de la náutica centrada en la clientela de alto poder adquisitivo. Por ejemplo nos regalaron como presente de bienvenida una planta con su tiesto y todo, que al parecer sirve para tratar las picaduras de medusa:


Espero que no sea una premonición, porque hoy vimos la primera medusa en todo el viaje. Les agradecimos el detalle, pero si en el Corto Maltés no nos cabe la comida de más de 2 días, menos una planta. Se la cambié por dos llaveros flotantes que nos resultan más prácticos. Supongo que en la mayoría de los barcos que recalan aquí recibir una planta no es un estorbo. La marina tiene recogida selectiva de basuras en el pantalán, los pantalanes son flotantes pero de hormigón, para más estabilidad, tiene una gran zona comercial con tiendas y restaurantes, y dos edificios de aseos enormes.

Una vez establecidos, con toda la tarde por delante, desarmamos el piloto automático para engrasar con aceite dieléctrico sus contactos, como me recomendó ayer en el blog mi amigo navegante José Schneider. Pues al abrirlo descubrimos que el compás fluxgate que lleva se había salido de su suspensión cardan (que le mantiene horizontal pese a las olas y la escora) y estaba inclinado y bloqueado. Por suerte los pequeñísimos ejes sobre los que gira no se habían perdido y pudimos volver a montarlo, trabajando con unas pinzas tipo "mosquito" de mi botiquín.


Casi seguro que es lo que no le dejaba funcionar bien, y estoy deseando probarlo mañana para salir de dudas. Por qué se habrá salido de su suspensión casi seguro que ha sido por alguno de los días duros que hemos tenido, en que el barco no paraba de dar pantocazos.

Hemos ido a conocer Rodi, que está en una ladera vertiginosa desde la que se tiene una vista panorámica del propio puerto


y de las islas Tremiti, nuestro destino de mañana, en el horizonte:


(son muy bajas y hay que ampliar la foto para distinguirlas).

Luego callejeamos un poco y os enseño algunas curiosidades: la mesa de un bar hecha con una moto, o la calle de los pantalones.




Mañana intentaremos llegar a las Islas Tremiti, uno de los sitios míticos de este viaje.

Con cuidado, navegantes.

2 comentarios:

  1. La planta parece aloe vera, ¿no os dijo como se llamaba? Un abrazo.

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  2. Mucho animo, ya nis contaras si se arreglo el piloto automatico.

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