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sábado, 21 de agosto de 2021

En las islas Tremiti

 Hola navegantes.

Hoy salimos de Rodi para una etapa corta, a las Islas Tremiti. Por desgracia el pronóstico volvió a fallar, y en vez de viento del Oeste, que nos hubiera permitido venir de un bordo, fue del N-NW, lo que nos obligó a dar otra vez bordos y a ayudarnos con el motor para no eternizarnos. Llegamos a las islas a las 15.30, justo para comer, echar una siesta y salir a conocerlas.

Las islas no tienen marina ni acceso al muelle. Son cuatro, San Domino y San Nicola, habitadas, y Cretacio y Caprara, deshabitadas. Se cuenta que un ermitaño encontró aquí un esqueleto con una vasija de oro. Volvió a la civilización, y a su muerte dejó el oro restante para hacer un monasterio, y es el de San Nicola.

Posteriormente fue una prisión. Como había mucha violencia y se atribuía a la falta de mujeres, el rey de Nápoles decidió mandar a las Tremiti a todas las prostitutas de Nápoles. Aún hoy se dice que los habitantes de las Tremiti hablan con acento napolitano.

Como las islas no tienen marina ni sitio en los muelles, sele haber boyas de alquiler, pero este año no las han puesto. Por el camino yo había llamado a la Capitanía para ver si podían dejarnos amarrar en el muelle de los ferries, que se queda libre cuando se va el último a las 18.45 h. Me dijeron que ya estaba adjudicado, pero al contarle nuestro periplo y el tamaño del barco me dijeron que volviera a llamarles por la tarde. 

Inicialmente nos fondeamos a sotavento del espigón del muelle de San Domino, protegidos del viento del NW:

 Tuvimos que contratar el servicio de un botero que nos desembarcase en la Isla de San Nicola, al no tener Zodiac. Allí visitanos el castillo y la pequeña población.

Más tarde contacté de nuevo con la Capitanía  me confirmó que podíamos quedarnos en el muelle de los ferries de San Domino. La maniobra es "a la mediterránea", dejando caer un ancla por la popa y acercando la proa al muelle. Tuvimos que sacar el ancla de popa, que ya hacía semanas que recogí por falta de uso. Este pequeño privilegió nos ha permitido desembarcar en San Domino, conocer la pequeña población, y pasar la noche con más seguridad que en el fondeo. 

En las dos islas había multitud de turistas rojos como un bistec crudo, que vienen en ferry desde varios puertos del Continente, y que les quitan a las Islas todo su encanto. El precio del desarrollo, pues supongo que es esto o algo similar a la España vaciada.

Mañana seguiremos nuestro camino hacía el Norte.

Con cuidado, navegantes.

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