Visitas al blog:

miércoles, 4 de agosto de 2021

Otra paliza (nocturna)

 Hola navegantes.

Después de la paliza del día anterior, ayer nos las prometíamos tan felices con una etapa corta, hasta Puerto Badolato (20 millas). Nos levantamos tarde, anduvimos remoloneando, y cuando a punto de salir llamé  para pedir atraque, después de varios intentos infructuosos una voz me dijo que estaba cerrado. Le pregunté si era por la obstrucción de su entrada y sólo me repetía que estaba cerrado. Le pregunté a un italiano y me dijo que era por un problema legal relativo a su concesión. 

El siguiente problema fue que también el próximo puerto, Catanzaro, a unas 35 millas, estaba cerrado y por los mismos motivos. El puerto más cercano era Le Castella, a unas 50 millas, al otro extremo del enorme golfo de Squillace.

Con la hora que era nos resultaba imposible llegar a Le Castella de día, y además no contestaban al teléfono para preguntar si tenían marinero de guardia por la noche. 

Hice varias gestiones para intentar enterarme si los dos puertos cerrados por causas administrativas estaban físicamente abiertos. O sea, si seguían estando allí los pantalanes y era posible entrar, aunque no tuvieran ningún servicio, o si los habían cerrado con una cadena o similar. Si me hubieran dicho que estaban físicamente abiertos hubiera ido. Pero nadie parecía saberlo, y la chica de la marina de Rocella, un ejemplo de desinterés patológico, no me ayudó nada. 

Con esas dudas, y teniendo en cuenta que llegaríamos de noche, que la guía Imray ya advertía, cuando estaban abiertos, de la peligrosidad de entrar de noche, y que los dos tienen problemas de colmatación de arena que seguramente habían empeorado en los años que hayan estado cerrados, decidimos no ir. 

Entonces la única opción era llegar a Le Castella navegando toda la noche, y es lo que decidimos. Por si fuera poco, nada más salir nos vino un viento de cara, del NE, de fuerza 5, que nos obligó a dar bordos con la mayor en el primer rizo y el Génova parcialmente enrollado. Algo desesperante, porque cuando ya habíamos navegado 14 millas, unas 4 horas, sólo nos habíamos alejado de Rocella 7 millas. Hasta estuvimos valorando seriamente dar media vuelta, porque con ese vientazo ceñir 50 millas podía significar tener que navegar 100 millas, y justo el día que habíamos pensado descansar.

Por suerte pospusimos la decisión y el vientazo se calmó al mediodía, tanto que tuvimos que acabar la etapa, incluyendo la mayor parte de la noche, a motor. 

Al atardecer escuchamos por la radio una conversación entre un helicóptero de la Guardia Costera y una patrullera, que estaban detectando inmigración ilegal. Luego el helicóptero apareció en el cielo, dio alguna vueltas sobre nosotros... pero no les debimos parecer sospechosos, porque ni nos llamaron por la VHF.

Por cierto, la navegación nocturna me ha servido para recordar lo que es navegar con fresquito, algo que ya se me estaba olvidando. Además como la noche es tan larga, hemos podido avanzar un poco más de lo previsto y llegar a Crotone, 73 millas, porque a Le Castella hubiéramos llegado a las 4 o las 5 de la madrugada, con todo cerrado.

Para no contar sólo lo malo, aquí el amanecer que disfrutamos:

Con cuidado, navegantes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios son bienvenidos. Lo más cómodo es poner tu nombre al final del texto y luego elegir como identidad "anónimo".