Hola navegantes.
Esperando a mi nuevo tripulante mañana, hoy hemos hecho Mario y yo una pausa en la navegación y hemos ido en tren a Roma. Ha sido un día muy distinto de los anteriores, viendo monumentos y pasando muchísimo calor.
De todo lo que hemos visto lo que me ha resultado nuevo es la escultura de los inmigrantes en la Plaza de San Pedro. Sobre una barca al garete, un grupo de 140 inmigrantes, cuyos rostros corresponden a personas reales, miran esperanzados hacia la proa, mientras una madre evita que su hijo mire para atrás y los pocos que en la popa miran lo que dejan, lo hacen con cara de dolor. Sobre el grupo hay unas alas, porque la escultura se titula "Ángeles sin saberlo".
Me ha parecido un precioso homenaje a los que se juegan la vida por huir de la opresión, sin que esto sea una toma de postura sobre el dificilísimo tema de la inmigración, que se me escapa.
Al pedir atraque para el próximo puerto, Anzio, resulta que tampoco tienen plazas libres, y en el segundo, Marina de Nettuno, me lo tienen que confirmar. Esto sí que me desborda y os prometo que no me había pasado nunca. Me han vuelto a decir que es por los navegantes de Roma, que buscan puerto en Anzio y Nettuno para saltar fácilmente a las Islas Pontinas, y que de allí para el Sur no se va a repetir, pero esto me desborda. Estoy dedicando más tiempo a las gestiones de encontrar atraque que a disfrutar de la navegación. Os aseguro que aquí debe haber algo oculto que todavía desconozco, y que espero descubrir pronto. Cuando lo haga os lo contaré.
Mientras, el Corto Maltés descansa en el puerto de Ostia (Roma).
Con cuidado, navegantes
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