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martes, 13 de julio de 2021

El amputado, el sirocco y el sumergido

 Hola navegantes.

Hoy salimos de Tropea sin prisa porque nos esperaba una etapa corta y se suponía que el viento saldría al mediodía. Como había poco viento por la mañana, aprovechamos para probar el apaño que hicimos al espinaker para poder usarlo hasta conseguir uno nuevo. En primer lugar le amputamos la zona desprendida, con la suerte de que el refuerzo que nos habían cosido en Salerno quedó justo en su borde inferior, que va a ser el nuevo pujamen.

 Después le hicimos los nuevos puños. Para eso doblamos una tela vieja e hicimos con ella una bola, que luego introdujimos en la esquina de la vela haciendo un saquito:




Después de hace una ligada aprisionando la bolita de tela y se termina con una gaza:




El espí ha quedado amputado, pero pinta bien y supongo que durará hasta conseguir otro:



A eso de las 13 h. salió el viento pero no el anunciado. Fue un SW, que aquí llaman "Sirocco", soplando con fuerza 5 y levantando olas de 1,5 metros, alguna de las cuales barrió la cubierta y nos empapó. Lo que quedó de la etapa lo hicimos con la mayor en el primer rizo y el Genova enrollado a la mitad, y aún así sacábamos del pobre Corto Maltés unos 5 nudos. Este viento es uno de los temidos en el Sur. Viene del desierto del Sáhara y es caliente y húmedo (en origen es seco pero se carga de humedad al atravesar el Mediterráneo), y viene acompañado de mala visibilidad y nubes bajas. Si trae lluvia se llama la "lluvia roja" por la arena en suspensión.


A las 16 h llegamos a Porto di Palmi-Taureana. Es un puerto muy modesto que enternece por su forma de compartir la cutrería. Nada más llegar nos regalaron una botella bien fría de un vino blanco espumoso. Nuestro pantalán tiene dos barcos amarrados después de donde termina el pasillo flotante, y le comenté a David lo fácil que sería calcular mal y caerse allí agua.


 Pues decidimos hacernos una foto con Antonello, el marinero que nos regaló la botella, y esta fue la foto que les hice justo antes de caerme al agua al retroceder:


Y este el resultado en un servidor:


La marina tiene todo lo de las grandes pero en modesto. Hay dos bicis gratis para préstamo. Están viejas y no cambian de marcha, pero no piden ni una fianza por dejarlas.
 

Tienen una zona de relax con unas hamacas y balancines mirando al mar, y una zona de biblioteca donde hay un intercambiador de libros y una máquina de cervezas.



Y las duchas puedes elegirlas entre al aire libre o en un contenedor:


En resumen, un lugar acogedor que sustituye con valor humano su modestia de medios. Emocionante.

Mañana madrugamos para saltar del Continente a Sicilia y llegar a Milazzo, donde tenemos que estar a media tarde para recoger un coche alquilado, con el que ir el día siguiente temprano al aeropuerto.

Con cuidado, navegantes.

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