Hola navegantes.
Hoy salimos de Palmi-Taureana con el sol, preocupados de que nos saliera un vientazo como el de ayer y no llegásemos a Milazzo, al Norte de Sicilia, a tiempo para recoger el coche de alquiler con el que vamos a ir mañana al aeropuerto para el intercambio de tripulación. Pero fue todo lo contrario: un viento del NW de fuerza 4, magnífico para poder navegar sin tomar rizos a más de 5 nudos de promedio, y con poca ola. Y por si fuera poco, después de muchas semanas hoy estaba nublado y no hemos ido achicharrados.
Así que llegamos a Milazzo a la hora de comer. Su entrada es fea fea, con una industria petroquímica y un montón de petroleros fondeados esperando su turno. Lo podéis ver al fondo de la foto, que sería preciosa sin ese decorado:
Pero Milazzo también tiene cosas muy bonitas que os contaré otro día. Porque aquí vamos a hacer una pequeña pausa en esta travesía, y durante 15 días en vez de avanzar en la vuelta a Italia vamos a quedarnos a conocer Sicilia y las islas Eolias.
Por la tarde intentamos aprovechar para cambiar el aceite al fueraborda, otra de las tareas incómodas de las travesías:
Pero nos encontramos con la sorpresa de que en la última revisión en el taller habían apretado tanto las tuercas que no hemos sido capaces de aflojar el tapón de vaciado. No hemos querido forzarlo porque lo último que desearía ahora, tan lejos de casa, es una avería mecánica en el motor. Así que más adelante cambiaré el aceite vaciándolo por el tapón de llenado. Una chapuza porque no se vacía entero, pero mejor que dejarlo sin cambiar. Ya que estaba fuera lo que sí hicimos es renovarle la patente.
Luego nos dimos una vuelta por unas jaimas con productos típicos de Sicilia, y en la de los derivados del jabalí tenían a un pobre jabalí disecado al lado de los productos de su cuerpo. Por si fuera poca macabra la broma, mirad cómo le tenían:
Y otra curiosidad de este puerto es que al anochecer se apoderan de él las golondrinas, y en algunos barcos se posan por centenares:
Si me entero por qué eligen un barco para cagarlo y respetan a otro os lo contaré. Espero que el mío entre en el segundo grupo.
Con cuidado, navegantes.
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