Hola navegantes.
Esta semana estamos recorriendo Sicilia en un coche alquilado, porque hacerlo con el barco habría significado alargar el viaje un mes. Es la isla más grande del Mediterráneo, y la vuelta a Italia ya va a ser demasiado larga como para alargarla con Sicilia. Estos días no he publicado ninguna entrada para no aburriros con asuntos turísticos ajenos a la navegación, pero voy a hacer una excepción con el volcán Etna.
Estábamos alojados en un Bed and Breakfast a pocos kilómetros de la base, y de madrugada empecé a oír truenos. Pensé "qué mala suerte, vamos a hacer el treking lloviendo". Y volví a dormirme. Pero al levantarnos seguían los truenos y, al haber luz, estaba claro que no era una tormenta. Resulta que era la actividad explosiva del volcán, que justo esta madrugada ha tenido un pequeño "despertar". Han elevado el nivel de alarma al 4 (el más alto) aunque las excursiones se han podido seguir haciendo porque no llegan a la cima.
Con la novedad, la carretera hasta la cima estaba llena de gente haciendo fotos. En la zona del Refugio Sapienza, en la base del volcán, tuvimos la suerte de encontrar una empresa de treking que prestaba botas y anoraks, porque caímos en la típica turistada: habíamos salido del barco, de la zona de costa, hace una semana con la ropa de verano, hartos de luchar contra el calor, sin pensar que el cono volcánico está a casi 3000 metros, donde la temperatura es muchísimo más fría. Ese detalle nos evitó tener que dedicar otro día al Etna.
Llegamos a la cota de 2.900 metros, donde se veía una de las coladas de lava, pudiendo acercarnos hasta unos 20 metros. La verdad es que da miedo estar tan cerca, pensando que en cualquier momento puede escupir un chorro más fuerte y salpicarte.
Una sorpresa fue ver que el volcán está lleno de Mariquitas Pérez, siendo una zona árida y sin que se me ocurra qué pueden comer allí arriba.
También ver el cono enorme que se creó en 2001, en un periodo de actividad explosiva como el de hoy, que duró 3 meses:
Acabamos el treking sin más incidentes.
Mañana volvemos a Milazzo, donde está el barco, y pasado mañana empezaremos a navegar por las Eolias. Espero volver a contaros anécdotas de navegación cada día. De momento mañana por la tarde he quedado con Salvatore, que tiene una velería en Milazzo, y me va a hacer una oferta por un espinaker de segunda mano (es simétrico y tendría que recortarlo para hacerlo asimétrico) así como por uno nuevo a la medida. En los dos casos se compromete a tenerlos terminados para el 1 de agosto, que es cuando tengo previsto seguir ruta hacia el Adriático. Espero poder contaros pronto cómo termina este culebrón.
Con cuidado, navegantes.
Holà Alvaro, es casi menos difícil que escalar los pequeños volcanes de Fuerteventura. En las Eolas, hay Vulcano que Yo escaló durante un giro del Tyreneo en 2012. No grande como l' Etna pero interesante. Continuo a seguir tous tripulaciones que me gustan y me recuerdan ciertas navigaciones mias. Buenos vientos. Dominique
ResponderEliminarHola Dominique. Te aseguro que el de Fuerteventura fue más difícil que el Etna, aunque no tan impresionante por las coladas de lava. Pero allí no teníamos nadie que nos ayudara y todo fue improvisado.¡Qué buenos recuerdos!. Un abrazo.
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