Hoy salimos de San Vicente con intención de llegar como mucho a Ribadesella, pero lo mejoramos.
Por la mañana tuvimos un tiempo desagradable, nublado, con llovizna y poco viento, que nos obligó a tirar de la brisa de 95 octanos. Pero a eso de las 14 se despejó y salió el viento pronosticado del NE, de fuerza 4-5 que nos llevó a propulsión hacia el Oeste, embistiendo a las olas que llevábamos delante, porque con el espí y el génova en orejas de burro íbamos a 5-6 nudos, con picos de más de 7, y las adelantábamos.
Íbamos a tanta velocidad que decidimos echar las rastras por la popa para frenar un poco y estabilizar el barco.
Os lo expliqué aquí:
Finalmente llegamos a Lastres, un precioso pueblo asturiano en la falda de una montaña, uno de mis preferidos de esta costa.
Mañana intentaremos superar el Cabo de Peñas.
Con cuidado, navegantes.
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