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jueves, 13 de junio de 2024

A Creba, la guinda sobre el pastel.

Hola navegantes. 

Hoy hemos dedicado el día a conocer un poco mejor la ría de Muros y Noia. Por la mañana no hacía nada de viento y el mar estaba plano como una mesa de billar, y se apreciaba perfectamente la belleza de esa naturaleza intacta. Con esas condiciones tan buenas nos decidimos a visitar la Isla Da Creba, al fondo de la ría.



Es una isla privada pero se puede recorrer el deslinde marítimo-terrestre por toda su orilla. En el Norte tiene un desembarcadero cuya parte interior se seca, y la más exterior tiene 1 metro de calado, por lo que solo se puede acceder con barcos pequeños.


 Una vez allí te encuentras sumergido en una naturaleza desbordante, un pinar que llega casi hasta la orilla del mar, una senda costera adornada con chumberas y dientes de león, y unas piscinitas naturales entre las rocas en la bajamar, con fondos de arena. Navegando conoces sitios tan preciosos que tienes que esforzarte por seguir valorándolos y no acostumbrarte y que terminen siendo como el chocolate para un chocolatero. Y A Creba es uno ellos.







Como veis tiene hasta un burrito. Luego vinimos al puerto de Portosin, en la orilla Este de la ría, con unas instalaciones extraordinarias y con un precio ridículo (10 euros) al compararlo con el de otros "amarraderos", más que "puertos", de los que os hablé otros días. Agua y luz en los pantalanes, wifi, aseos y duchas en un edificio de obra y no en un prefabricado, lavadora y secadora, y bicicletas gratis hasta con sus cascos para poder recorrer los alrededores por carretera. Aquí vamos a dejar el barco dos días para ir a encontrar a Ana en Santiago de Compostela.

Por cierto, el logo del Club Náutico de Portosin representa el arca de Noé y la paloma con el ramo de olivo, porque según una tradición aquí desembarcó Noé tras el diluvio.


Si ya hay que hacer un acto de fé para creerse que metió en el arca los más de 7 millones de especies animales que hay en el mundo, que no se comieran entre ellos en los 40 días que duró el diluvio, o que consiguiera encontrar una pareja de pingüinos o de osos polares en Turquía, el malabarismo mental para creer que los primeros montes que emergieron estaban aquí, en Galicia, es ímprobo. A lo mejor lo ha demostrado el Reader's Digest.

 Con cuidado, navegantes.

4 comentarios:

  1. Vaya pasada la isla da Creba, un auténtico oasis. Buena travesía Álvaro.
    José Antonio

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  2. Pues entonces, creo que es un sitio estupendo para que Ana embarque...
    Buenos vientos!

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    Respuestas
    1. Desde luego. A ver si consigo repetir la excursión con ella. Un saludo.

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  3. Pues a pasarlo bien, qué el tiempo vuela!
    Saludos

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