Efectivamente, se confirmó el pronóstico o incluso empeoró, y hoy ha habido vientos del NE de fuerza 5-6 y nos hemos quedado en Muxía.
En un pueblo marinero en plena costa da Morte vinculado en su origen a una orden monástica o "monxía", la de Moraime, y de ahí su nombre. Hemos dedicado el día a conocer los alrededores.
Hemos subido al Monte Corpiño, desde donde se tiene una vista del pueblo y de los principales cabos, y donde un cruceiro parece haberse convertido en la etapa final de algunos que hacen el camino de Santiago, a juzgar por las zapatillas allí abandonadas y las conchas y recuerdos:
Luego fuimos a ver el Santuario de Nuestra Señora de la Barca, la que supuestamente vino navegando en una roca de varias toneladas a ayudar a Santiago, la roca que durante muchos años se balanceaba por la fuerza de una sola persona (la "pedra de abalar"), que os conté en otra entrada:
En el santuario me llamó la atención del exvoto de un barco militar. El exvoto de un barco es una ofrenda a la Virgen como agradecimiento de haberle salvado de un naufragio. Me sorprende que la armada crea en esas cosas.
También está el monumento a los voluntarios del Prestige, una mole de granito con una raja que simboliza la del casco del petrolero, y que llaman "La Ferida".
En el paseo marítimo está el Muelle de Don Manolo, un muelle que fue privado, construido por un empresario para atracar sus embarcaciones dedicadas al transporte marítimo, y que usa de noray un antiguo cañón:
Y cerca del mar el secadero de congrios, donde secaban estos peces antes de exportarlos al resto de España. Al parecer es el último de Galicia, pero está en tal estado de abandono que pronto será solo una historia:
Mañana intentaremos llegar ciñendo contra el NE de fuerza 5 hasta Laxe, para estar un poco más cerca de La Coruña. Son 16 millas a rumbo directo, que con los bordos de ceñida pueden convertirse en más de 30. Si por el camino lo vemos difícil volveremos a Muxía, porque el domingo volverá a soplar del Sur y será más fácil.
Con cuidado, navegantes.
Adelante, a todo trapo, navegantes. Que los vientos os sean favorables.
ResponderEliminarDesde La Alcayna, Mario, Martín, Estela y yo te deseamos buenas singladuras.
Gracias por vuestros buenos deseos. Hoy los vientos no nos han sido favorables, pero hemos conseguido sacarles partido.
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