Hoy fuimos a las Islas Cíes, pero son tan conocidas que no voy a contar nada de ellas. Sólo decir que están tan abarrotadas de gente que han perdido parte de su encanto. Y que en Galicia venden un agua de Cabreiroa con publicidad engañosa, porque te hacen creer que es agua de las Islas Cíes cuando allí no hay ningún manantial, y mucho menos una embotelladora de agua.
Igualmente pedí plaza para mañana en el puerto de Baiona. Se repitió la conversación. Primero que estaba lleno, pero al decirle que la eslora es de seis metros y medio me dijo que lo iba a consultar con el marinero, y al final fue que sí. Eso es lo que a mí me gusta oír.
Con cuidado, navegantes.
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