Hoy estaba pronosticado un viento fuerte del Nordeste y por desgracia se cumplió. Nuestro rumbo hacia Santander ya va a ser todos los días hacia el Este, y este viento típico del verano en el Cantábrico nos va a coger justo de morro. Hoy la ruta teórica de Gijón a Lastres eran 19 millas, y a base de dar bordos nos han salido 28.
Hay que tomárselo con resignación. Por si fuera poco en Lastres sólo trabaja el marinero de 8 a 15 h, y si llegas más tarde no sólo no te dan acceso a los aseos y las duchas, es que ni te dan las llaves del pantalán. Al salir al pueblo tienes que volver saltando de la valla del puerto a la pasarela de acceso al pantalán, como si fueras un delincuente. Creo que aquí podría aplicarse el dicho "¿Quieres conocer a Fulanito?. Dale un carguito", porque sería bien fácil confiar las llaves al personal del bar, que cierra muy tarde, firmando un pequeño protocolo. Ningún navegante llega a puerto antes de las 15 h. y ese horario te obliga a pagar sin recibir ningún servicio a cambio. Mal rollo.
Mañana intentaremos llegar a Llanes.
Con cuidado, navegantes.
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