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domingo, 7 de julio de 2024

El pecado mortal de la ría de Vigo.

Hola navegantes. 

¿Os imagináis que la Isla de San Simón, de la que os hablé hace unos días, la hubieran unido al Continente con un puente y hubieran construido en ella un rascacielos de 20 pisos?. Pues eso pasó con la Isla Toralla, en la entrada de la ría de Vigo. Ayer volvimos de Baiona a Vigo y tuvimos que ir contorneándola, y es un dolor: 


A partir de 1969 se privatizó y se permitió que las personas de gorda billetera (2.500 euros el metro cuadrado) se construyeran allí su chalet. Alguien dirá que es lo que tiene vivir en una sociedad capitalista, que se compensa con otras cosas, y a lo mejor es verdad. Pero lo que no es lógico es que se permita construir allí un edificio de 70 metros de alto que estropea la vista de una ría tan preciosa, de las Islas Cíes,  y perjudica a todos los ciudadanos. 
 
La isla es privada, tiene seguridad privada 24 horas para que no accedan más que sus propietarios, y se construyeron las casas tan cerca del mar que no ha quedado una orilla accesible de dominio público, como en otras, por ejemplo A Creba, en la ría de Muros.


Después de muchas reivindicaciones populares se consiguió, creo que alrededor del 2018,  que se pudiera usar el puente, sólo peatonalmente, para acceder a la playita de su costa Sur, pero nadie lo hace porque se sigue pensando que está prohibido. Pero ya lo sabéis, a las playa sí se puede pasar andando. 

Si os parece poco, hace años se intentó construir una segundo mamotreto de 9 pisos, proyecto que se paralizó por la existencia bajo la tierra de un castro de la Edad de Hierro y una Necrópolis Romana que aún no se han investigado.

Me despido con una curiosidad de algunas zonas de Vigo, que ya vimos en otros países: como la gente ahora anda por la calle mirando el móvil, y por lo tanto con la vista para el suelo, los semáforos de peatones están en el suelo:



También hemos visto en otros países las instrucciones sobre mascarillas y otros temas del COVID en el suelo. 

Con cuidado, navegantes.

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