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sábado, 20 de julio de 2024

Una pausa en Gijón.

Hola navegantes. 

Hoy hemos pasado Ana y yo un día de descanso en Gijón. Por la mañana hemos renovado el anclaje del casquillo que sujeta el piloto automático, que ya tenía holgura. Al tener holgura no sujetaba bien el piloto y le hacía trabajar más cada vez que corregía el rumbo. Para eso hemos decidido sujetarlo con un tornillo pasante y frenarlo con una arandela gorda. Para el tornillo tuvimos que perforar el casquillo con el taladro. El resultado ha sido extraordinario y está durísimo. No creo que vuelva a moverse.



Y por la tarde nos hemos deleitado con una competición de salto de trampolín, desde una estructura de 13 metros que han montado en el puerto.


La torre está justo a nuestra popa, y hemos podido ver el espectáculo cómodamente sentados en la bañera y con los prismáticos. Aunque os parezca mentira competía un niño  de 13 años, que encima ha quedado el segundo. Increíble cómo saltaba el chaval.

Y también es increíble que mientras toda España está sufriendo una ola de calor, aquí en Asturias estamos pasando frío, y ahora mismo estamos en el barco con el calefactor. Tenemos que aprovechar esta circunstancia antes de que todo el turismo del Mediterráneo se venga al Norte.

Mañana nos quedamos en Gijón, y seguiremos para Santander el lunes. Estas paradas voluntarias motivadas por llevar bien el programa son muy agradables, todo lo contrario de las motivadas por la meteorología o las averías, que son odiosas. Una de mis peores experiencias fue cuando Mario y yo casi estuvimos a punto de empadronarnos en Boulogne sur Mer al volver de Londres, retenidos por una serie de temporales.

Y me despido con una foto del Corto Maltés en Gijón: 


 Con cuidado, navegantes.

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