Ayer pasamos un día descanso en Llanes, gracias a nuestros anfitriones Miguel y Ana. Aprovechamos para conocer un poco mejor los rincones de este pueblo.
El mirador de San Pedro, un paseo aéreo por el borde del acantilado, con vistas al Cantábrico, a Llanes y a los islotes que rodean su puerto.
Los cubos de la memoria, de Ibarrola, y la estatua de la mujer mirando el mar y la escollera:
El secadero de redes y la descarga de algas de los pesqueros:
El extraño Cristo de la basílica de Santa María, con dextrocardia (significa tener el corazón a la derecha en vez de a la izquierda y es una malformación congénita, supongo que el artista no lo sabía):
Y finalmente otra imagen del Corto Maltés frente a la puerta de la esclusa del puerto:
Hoy seguimos hacia el Este camino de Santander, esperando recalar en San Vicente o en Comillas. Y me parece que vamos a salir como Mambrú cuando se fue a la guerra, porque se ha pasado toda la noche lloviendo y volvemos a tener el viento de cara.
Con cuidado, navegantes.
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